Danza del caimán cienaguero

Danza del caimán cienaguero
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Historia

Esta danza es oriunda de Ciénaga, municipio del departamento del Magdalena, en la Costa Caribe de Colombia. Tiene sus raíces en la tradición oral, con las fábulas y mitos que surgieron alrededor de una historia pueblerina de comienzos del siglo XIX: en el vecino puerto de Cachimbero, un caimán de la ciénaga se comió a Tomasita Bujato, una niña hija de pescadores, en la fecha en que festejaba su cumpleaños, un 20 de enero, día de San Sebastián, fecha que desde la Colonia era considerada inicio del carnaval.Es común que los bailarines griten la siguiente frase "Hoy dia de San Sebastián cumple años Tomasita y este maldito animal se ha comido a mi hijitica! Mi hijita linda, ¿Dónde está tu hermana? , ¡el Caimán se la comió!"

Origen

Esta danza se origina en Ciénaga, Magdalena. Se basa en la historia que transcurre en un 20 Enero, día de San Sebastián, en el Guillermo Jato le celebra el cumpleaños a su hija Tomasita.La leyenda cuenta que la mamá descuidada dejó a su hija sola bailando y que un caimán se la comió. Cuando el padre de la menor pregunta por su hija, el caimán se pasea para hacer alusión al trágico destino de la niña.

Características de la danza

Se danza en círculos y/o por parejas, y uno de los miembros del grupo se pasea con una estructura en forma de caimán. Algunos de los pasos del baile son la rutina, la bajada, giro a la izquierda y giro a la derecha. Tanto hombres como mujeres marcan el ritmo con palmas, hombros y pies mientras se mueven ligeramente en filas paralelas y un disfraz de caimán balanceándose en el centro. Hoy con un vestuario informal, se danza en filas paralelas y un disfraz de caimán balanceándose en el centro. El baile se suspende para que improvisadores populares entonen versos a la vida, la mujer, la región, alternados con el coro: “El caimán se la llevó, el caimán se la comió”.

En la Danza de Caimán los danzantes trazan un juego coreográfico en torno a este episodio y su icono central es la figura del caimán. Al Caimán lo siguen y encierran los pescadores del pueblo. Hombres y mujeres avanzan bailando con paso suave y ligero mientras ellas mueven los hombros. El baile se detiene para dar paso a los versos y a la escenificación de los padres de Tomasita cuando preguntan por la niña. La danza evoluciona en círculos y por parejas, en tanto que el portador del caimán se pasea de aquí para allá con sugestivos gestos y marcada satisfacción, dando a entender maliciosamente cuál fue el destino de la púber Tomasita.

La Danza del Caimán se acompaña con el conjunto típico de los instrumentos costeños (caña'e millo, tambora, tambor alegre, llamador y guacharaca), aunque aquí el formato musical varía incorporando un acordeón, sin embargo, es a veces reemplazado por un clarinete, también un instrumento popular en la tradición. La letra de la tonada es interpretada por la voz de un cantor, quien lleva los versos de la danza y lo acompaña un coro.

Se danza en filas paralelas y un disfraz de caimán balanceándose en el centro. El baile se suspende para que improvisadores populares entonen versos a la vida, la mujer, la región, alternados con el coro: “El caimán se la llevó, el caimán se la comió”.

Personificación

La tragedia de Tomasita Ante los pedidos de auxilio todos salen armados de arpones a perseguir el caimán. Era una danza que sacaban en carnaval y que se bailaba entre hombres armados con simuladores de arpones, representando lo que significaba la danza: La cacería del caimán. A la cabeza de la danza iba el caimán bailado con destreza por uno de sus danzantes, que era el que llevaba la voz cantante que siempre era un buen improvisador.

El actor del drama

La genealogía del caimán lo hermana con el mítico cocodrilo del Nilo. Es un depredador que vive en ríos, lagunas, pantanos, caños y ciénagas . Es de color gris oscuro a negruzco, de hocico angosto y puntiagudo, y mide de cuatro a siete metros. La talla promedio del caimán de la Ciénaga Grande alcanza los cinco metros. Es carnívoro. En su dieta abundan los peces, patos, cangrejos, jaibas, iguanas, tortugas y, por supuesto, el hombre, que es el principal responsable del colapso que sufre entre nosotros y muchos pueblos lacustres y fluviales de la Costa Caribe.

Origen

Las leyendas siempre han formado parte de la vida de los pueblos. En el Caribe esta situación se da en grado superlativo. En ellas, a través de un lenguaje mágico, se expresan con gran espiritualidad e imaginación aspectos importantes de la realidad que nos rodea. Estos relatos de hechos reales, son transformados por la creencia e imaginería popular en fantásticas narraciones de carácter oral. El 20 de enero, día de San Sebastián, se celebran en las poblaciones de la Ciénaga Grande de Santa Marta las fiestas del caimán cienaguero, muy diferente a la leyenda del hombre caimán de Plato. El caimán cienaguero es un festejo con raíces históricas muy profundas, convertido en objeto de estudio por reconocidos investigadores como: Ismael Correa Diazgranados, Guillermo Henríquez, Clinton Ramírez, Darío Torregrosa Pérez, Luis E. Vidal, Javier Moscarella, Martin Orozco Cantillo, entre otros.

Temática

Existe otra historia relacionada con este reptil y es la Hombre Caimán de Plato. Es una leyenda que trata de la historia de un hombre cuya pasión por espiar a mujeres desnudas lo condenó a quedar convertido en un ser con cuerpo de caimán y cabeza humana. Se desarrolla en la población ribereña de Plato.

En Plato se celebra anualmente el Festival del Hombre Caimán. También existen una plaza y un monumento en su honor que son patrimonio cultural de la población. La leyenda del Hombre Caimán quedó inmortalizada en la canción "Se va el caimán" del barranquillero José María Peñaranda.

Cuentan que hace mucho tiempo existió un pescador muy mujeriego que tenía por afición espiar a las mujeres plateñas que se bañaban en las aguas del río Magdalena. Previendo que podría ser descubierto entre los arbustos, se desplazó a la Alta Guajira para que un brujo le preparara una pócima que lo convirtiera temporalmente en caimán, para así no despertar sospechas entre las bañistas y poderlas admirar a placer. Al cabo de su observación, otra pócima, aplicada por un amigo suyo, debía retornarlo a su estado humano. El brujo le preparó las dos pócimas, una roja que lo convertía en animal, y otra blanca que lo volvía hombre de nuevo.

Saúl disfrutó de algún tiempo de su ingenio, pero en una ocasión, el amigo que le echaba la pócima blanca no pudo acompañarlo. En su lugar fue otro que, al ver el caimán, se asustó al creer que era uno verdadero y dejó caer la botella blanca con el preciado líquido. Antes de derramarse completamente, algunas gotas del líquido salpicaron únicamente la cabeza de Saúl, por lo que el resto de su cuerpo quedó en forma de caimán. Desde entonces, se convirtió en el terror de las mujeres, que no volvieron a bañarse en el río.

La única persona que se atrevió a acercársele después fue su madre. Todas las noches lo visitaba en el río para consolarlo y llevarle su comida favorita: queso, yuca y pan mojado en ron. Tras la muerte de su madre, que murió de la tristeza por no haber podido encontrar al brujo que había elaborado las pócimas porque había muerto, el Hombre Caimán, solo y sin nadie que lo cuidara, decidió dejarse arrastrar hasta el mar por el río hasta Bocas de Ceniza, como se conoce la desembocadura del río Magdalena en el mar Caribe a la altura de Barranquilla. Desde entonces, los pescadores del Bajo Magdalena, desde Plato hasta Bocas de Ceniza, permanecen pendientes para pescarlo en el río o cazarlo en los pantanos de las riberas.

Fuentes