El Carnaval del Arlequín

El Carnaval del Arlequín
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El Carnaval de Arlequín es una pintura de Joan Miró realizada entre 1924 y 1925. Este es uno de los cuadros principales de la época surrealista del artista.
Datos Generales
Autor(es):Joan Miró
Año:1924 -1925
Estilo pictórico:Surrealismo
Técnica:óleo sobre tela
Localización:Actualmente se encuentra en la colección de Albright-Knox Art Gallery en Buffalo
Género:Arte abstracto, Alegoría


El carnaval del arlequín fue pintado por Joan Miró en 1924-1925 y supone el inicio de su etapa plenamente surrealista. En él nos encontramos con un lenguaje poético de signos que sugieren ensoñación, ingenuidad, fantasía y ambigüedad. Sobre los dibujos preparatorios de esta pintura, el propio Miró dijo: «no es que pintara lo que veía en sueños, como decían entonces Breton y los suyos, sino que el hambre me provocaba una manera de tránsito parecido al que experimentaban los orientales.

Descripción

En la obra aparecen representados una serie de elementos que se van a repetir posteriormente en otras obras, como las escaleras, que pueden servir tanto para reflejar la huida como la ascensión, o los insectos, el gato, la esfera oscura (el globo terráqueo), etc.

Entre sus formas mezcla miniaturas de objetos reales, como una guitara o un dado, con signos inventados; las notaciones musicales en un pentagrama corresponden al lenguaje de la guitarra junto a la que aparecen. Los objetos que se distribuyen por el espacio dan sensación de flotar al no estar colocados en una superficie; las figuras alargadas, gusanos y amebas resbalan y flotan en un espacio irreal entre objetos y animales; la habitación, sin embargo, presenta un suelo y una pared realizados con perfecta perspectiva. Una ventana abierta al exterior nos muestra un paisaje. Aparecen multitud de objetos, pero ya se empieza a sistematizar el lenguaje característico de Miró.

Las formas son el resultado de un proceso de transformación que las lleva a parecer abstractas, aunque el pintor siempre parte de figuras concretas de la naturaleza. Esos signos (la escalera, los pájaros, el sol, las estrellas...) se irán definiendo y simplificando a lo largo de su vida hasta convertirse en verdaderos ideogramas.

Todo está lleno de vida en movimiento. La técnica es verdaderamente miniaturista y meticulosa y casa perfectamente con el ambiente festivo que debe acompañar al carnaval. Los colores que aparecen en esta obra son fundamentalmente primarios: azul, amarillo y rojo, además de blanco y negro. Precisamente son los colores los que nos mueven a través de las diferentes figuras del cuadro.

Personajes

Los personajes centrales de la obra son por un lado un robot que toca la guitarra y por el otro un arlequín que destaca por el tamaño de sus bigotes. Además, extendiéndose por toda la pintura se pueden encontrar varios detalles basados en la imaginación como un pájaro azul escapando de un huevo, unos gatos jugando con ovillos de lana, insectos, peces, una escalera con una gran oreja colorida incrustada o una ventana a través de la cual se puede ver un paisaje. La mayoría de elementos que aparecen flotando por la habitación tienen un significado para el artista. Por ejemplo la escalera significa para él una vía de escape, el triángulo negro que se puede ver por la ventana representa la Torre Eiffel y la esfera verde que recuerda al globo terráqueo simboliza sus ganas de conquistar el mundo.

Surrealismo

El carnaval de Arlequín está fuertemente inspirado en el surrealismo, aunque esta influencia se hace más notoria en el tema tratado en el cuadro que en la técnica utilizada para pintarlo. A pesar de parecer una creación espontánea, la obra está precedida por varios bocetos y proyecciones de la estructura global. Estos trabajos previos muestran que el azar aparente característico de la obra en realidad resulta de una composición estudiada y precisa. Se entremezclan los elementos simbólicos con los demás objetos de la habitación consiguiendo la expresión artística típica del surrealismo. La realidad representada se debe tomar como el resultado del subconsciente y su forma peculiar de percibir y reaccionar ante los estímulos externos.

Exposiciones

El carnaval de Arlequín obtuvo un gran éxito en la exposición de pintura surrealista realizada en la Galeria Pierre de París en 1925. De hecho esta obra se considera el inicio de la plenitud surrealista de Joan Miró. Según las palabras del pintor, que pasó por momentos de gran penuria en la época, trataba de plasmar las alucinaciones que la falta de comida le producía.

Fuentes