El caballo y el jabalí (cuento)
| ||||||||
El caballo y el jabalí. Cuento para niños mayores de ocho años, sobre dos animales que vivían salvajes en el bosque
Datos del autor
Cayo Julio Fredo fue un escritor de fábulas romano, autor de 101 fábulas en 5 libros todas ellas altamente moralizantes y educativas. Alguna de ellas está inspiradas en las fábulas de Esopo o bien son versiones de éstas. Pero la mayor parte de sus obras estuvieron inspiradas en anécdotas y experiencias de su vida, o en los problemas de aquel momento de la sociedad romana.
En el prólogo de su obra, Fedro declara que la fábula fue inventada porque los esclavos que existían en aquel momento en la sociedad romana, temían ser castigados por sus amos si se atrevían a decir lo que pensaban. Así, idearon esta forma de expresar sus ideas por medio de fábulas en donde los animales hablan.
Personajes
El caballo, el jabalí y el hombre
Cuento
Todos los días el caballo salvaje saciaba su sed en un río poco profundo. Allí también acudía un jabalí que, al remover el barro del fondo con el morro y las patas, enturbiaba el agua. El caballo le pidió que tuviera más cuidado, pero el jabalí se ofendió y lo trató de loco.
Terminaron mirándose con odio, como los peores enemigos. Entonces el caballo salvaje, lleno de ira, fue a buscar al hombre y le pidió ayuda. -Yo enfrentaré a esa bestia -dijo el hombre- pero debes permitirme montar sobre tu lomo.
El caballo estuvo de acuerdo y allá fueron, en busca del enemigo. Lo encontraron cerca del bosque y, antes de que pudiera ocultarse en la espesura, el hombre lanzó su jabalina y le dio muerte. Libre ya del jabalí, el caballo enfiló hacia el río para beber en sus aguas claras, seguro de que no volvería a ser molestado. Pero el hombre no pensaba desmontar.
-Me alegro de haberte ayudado -le dijo-. No sólo maté a esa bestia, sino que capturé a un espléndido caballo. Y, aunque el animal se resistió, lo obligó a hacer su voluntad y le puso rienda y montura.
Él, que siempre había sido libre como el viento, por primera vez en su vida tuvo que obedecer a un amo. Aunque su suerte estaba echada, desde entonces se lamentó noche y día: -¡Tonto de mí! ¡Las molestias que me causaba el jabalí no eran nada comparadas con esto! ¡Por magnificar un asunto sin importancia, terminé siendo esclavo!
Moraleja
A veces, con el afán de castigar el daño que nos hacen, nos aliamos con quien sólo tiene interés en dominarnos.
Fuentes
https://www.mundoprimaria.com/fabulas-para-ninos/fabulas-de-animales
