El fútbol a sol y sombra (libro)

El fútbol a sol y sombra (libro)
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El fútbol a sol y sombra
Título originalEl fútbol a sol y sombra
Autor(a)(es)(as)Eduardo Galeano
Editorial:Siglo XXI de España S. A. Madrid, España
GéneroHistoria
ImprentaFederico Engels
Diseño de cubiertaCerámica de Ze Cabalo de Pernambuco, Brasil
ISBN978-84-323-1867-2
PaísBandera de España España

El fútbol a sol y sombra (1995). Libro del escritor uruguayo Eduardo Galeano. Es un libro en el cual Galeano le hace un homenaje al futbol, y por lo tanto le dedicó unas páginas al gol olímpico.

Argumento

Sobre este tema Galeano escribió:

"Cuando la selección uruguaya regresó de la Olimpíada del 24, los argentinos le ofrecieron un partido de festejo. El partido se jugó en Buenos Aires. Uruguay perdió por un gol.

El puntero izquierdo Cesáreo Onzari fue el autor de ese gol de la victoria. Lanzó un tiro de esquina y la pelota se metió en el arco sin que nadie la tocara. Era la primera vez en la historia del fútbol que se hacía un gol así. Los uruguayos se quedaron mudos. Cuando consiguieron hablar, protestaron. Según ellos, el arquero Mazali había sido empujado mientras la pelota venía en el aire. El árbitro no les hizo caso. Y entonces mascullaron que Onzari no había tenido la intención de disparar a puerta, y que el gol había sido cosa del viento.

Por homenaje o ironía, aquella rareza se llamó gol olímpico. Y todavía se llama así, las pocas veces que ocurre. Onzari pasó todo el resto de su vida jurando que no había sido casualidad. Y aunque han transcurrido muchos años, la desconfianza continúa: cada vez que un tiro de esquina sacude la red sin intermediarios, el público celebra el gol con una ovación, pero no se lo cree".

Homenaje al fútbol

Este libro rinde homenaje al fútbol, música del cuerpo, fiesta de los ojos, y también denuncia las estructuras de poder de uno de los negocios más lucrativos del mundo. La tecnocracia del deporte profesional —escribe el autor— ha ido imponiendo un fútbol de pura velocidad y mucha fuerza, que renuncia a la alegría, atrofia la fantasía y prohíbe la osadía. Por suerte todavía aparece en las canchas, aunque sea muy de vez en cuando, algún descarado carasucia que se sale del libreto y comete el disparate de gambetear a todo el equipo rival, y al juez, y al público de las tribunas, por el puro goce del cuerpo que se lanza a la prohibida aventura de la libertad.

Escribiendo este libro, el autor ha querido hacer con las manos lo que nunca pudo hacer con las piernas. Cuando era niño, Galeano quería ser jugador de fútbol, pero sólo jugaba bien, y hasta muy bien, mientras dormía.

Fuentes