Templo de Diana en Éfeso

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Templo de Diana
Información sobre la plantilla
Obra Arquitectónica  |  (Templo)
Templo-de-artemisa.jpg
Templo construido para dar culto a la diosa de la fecundidad
Descripción
Tipo:Templo
Localización:Ciudad de Éfeso, actual aldea Aia Soluk, en Turquía
Datos de su construcción
Inicio:550 a.C.
Otros datos
Arquitecto(s):Chersiphrón y Metágenes

Templo de Diana. Considerado una de las siete maravillas del mundo antiguo para dar culto a la Diosa de la fecundidad en Éfeso, fue construido y reconstruido varias veces, hasta quedar en su total ruina.

Ubicación

Se encuentra en la ciudad de Éfeso, antigua localidad del Asia Menor, fue una de las doce ciudades jónicas a orillas del Mar Egeo.

Actualmente allí se levanta la aldea de Aia Soluk en Turquía.

Construcción

El Templo se construyó cerca del 550 a.C. en honor de Artemisa, diosa de la naturaleza selvática y de los animales salvajes. Los arquitectos fueron Chersiphrón y Metágenes, con la colaboración de Teodoros.

Plano del Templo



Se hablaba en toda Asia de los tesoros que atestaban sus galerías subterráneas, como también de su belleza arquitectónica debida al genio sus creadores; y de las esculturas que lo adornaban y cuyos autores eran Escopas y Praxíteles. Esta maravilla no impresionaba por sus dimensiones como la pirámide de Keops, pero la armonía de sus proporciones hacía de ella una auténtica joya del arte griego.

La distribución de las 127 impresionantes columnas, de 20 metros de altura, algo descomunal para su época daba la sensación de un bosque. Además de su majestuoso diseño, se destacaban su rica ornamentación con relieves y el material de fino mármol. Este templo ilumina la ciudad de Éfeso durante dos siglos.



Destrucción

En el año 356 a.C., durante una calurosa noche de verano, un mendigo demente llamado Eróstrato, incendió el edificio por puro afán de fama. La ciudad entera dormía, y no fue posible impedir que las llamas destruyeran este monumento incomparable, ni salvar las incalculables riquezas allí acumuladas.

Reconstrucción

Alrededor de veinte años después, Alejandro Magno ocupó la ciudad de Éfeso y residió en ella por un tiempo, escuchó la historia del templo de Artemisa y descubrió que había sido destruido la misma noche en que había nacido él. Al parecer fue esta coincidencia la que le impulsó a reconstruirlo, pero ya no sería de la majestuosidad del original.

Ruinas actuales

Resurgió nuevamente, en base al mismo plano, 127 columnas jónicas de 20 metros de alto rodeaban la celda donde se alzaba la estatua de la diosa y, entre ellas, 36 ricamente esculpidas en la base fueron donadas por Creso, rey de Lidia. Estaban coronadas por un amplio frontón triangular, también esculpido. En el interior, los frescos de Apeles llenaban de asombro a los visitantes por la belleza y habilidad del dibujo. Terminado en el año 323 a.C. el nuevo templo, fue semidestruido por las liordas odas entre los años 260 y 268 de nuestra era.

Más tarde, los portadores de Aia Soluk, incapaces de captar su belleza, utilizaron las piedras para construir sus viviendas. Los restos de la construcción acabaron sepultados bajo tierra para siempre.

Véase también

Enlaces externos

Fuente