Enterotoxemias de los rumiantes

Enterotoxemias de los rumiantes
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Concepto:Síndrome provocado por la diseminación por vía sanguínea de las toxinas producidas por miembros del género Clostridium (principalmente C. perfringens) en el intestino.

Enterotoxemias. Es un cuadro que cursa de forma aguda con altas tasas de mortalidad. La necesidad de un factor predisponente, generalmente de tipo alimentario, le confiere un carácter no transmisible.

Etiología:

Clostridium perfringens es una bacteria aerotolerante, Gram positiva, formadora de esporos subterminales que alteran la morfología de la célula e inmóvil, al contrario que el resto de los clostridios. De acuerdo con las toxinas principales que produce durante su multiplicación se ha dividido a C. perfringens en cinco tipos toxigénicos distintos (A,B, C, D, E).

  • tipo C acción patógena propia (adherencia y multiplicación a vellosidades intestinales)

Epidemiología:

Los esporos de clostridios son muy ubicuos y se pueden encontrar tanto en el suelo (tipo A, y en zonas endémicas, tipo B, C, y D, por poco tiempo), como en el intestino de los animales y el hombre. Esto hace que los cuadros producidos por estos agentes presenten una distribución mundial. En los animales sanos hay C. perfringens en el intestino (formas vegetativas). Las toxinas se eliminan por la motilidad intestinal normal. En la enterotoxemia hay pérdida de peso (30-40%) por anorexia y diarrea, la cual puede ser pastosa o acuosa de color amarillenta o marrón. ...

Patogenia:

Las enterotoxemias sólo se producen con la concurrencia de diversos factores predisponentes (que no afectan por igual a todos los animales) que originan una disminución en la motilidad intestinal. Esto hace que aumenten las concentraciones de hidratos de carbono y proteínas sin digerir sobre los que actúan las enzimas sacarolíticas y proteolíticas de C. perfringens, produciéndose una multiplicación masiva del agente y de sus toxinas, que tienen acción local y se absorben diseminándose por vía sanguínea. Generalmente el cuadro suele afectar sólo a un número reducido de animales, que suelen ser los más vigorosos y voraces.

Diagnóstico:

  • Diagnóstico clínico: carácter presuntivo. Es esencial para poder actuar con rapidez, e intentar detectar el factor desencadenante.
  • Diagnóstico laboratorial: aislamiento e identificación del agente a partir de muestras tomadas de animales recién muertos (mejor necropsia de animales moribundos). El aislamiento de estas bacterias es significativo a concentraciones iguales o superiores a 106 UFC/gramo, ya que los clostridios son habitantes habituales del tracto intestinal y son también invasores post-mortem de los tejidos. La toxina se identifica por técnicas inmunológicas.

Tratamiento:

Suele resultar ineficaz debido al carácter agudo o sobreagudo del cuadro. Debe intentarse en las fases iniciales del cuadro con carácter preventivo, aunque resulta caro. Se basa en eliminar el pienso (aunque los animales deben disponer de agua en abundancia y forraje seco que estimule la motilidad intestinal) y aplicar suero antitóxico a todos los animales afectados (deseable a todos los animales) y vacunar con toxoide polivalente. Si los animales responden a la terapia con suero, se debe continuar con un estimulante ruminal y comenzar a administrar alimento poco a poco, siempre y cuando éste no haya sido el responsable del brote.

Prevención:

Higiénico-sanitaria: (medidas de manejo): detectar y eliminar los posibles factores predisponentes. Médica: Vacunas inactivadas y polivalentes frente a los tipos A, B, C y D. Incluyen anatoxinas y anacultivos de C. perfringens y de otros clostridios. Recomendación general:

  • Vacunar madres un mes antes del parto
  • Empezar a las 4-6 semanas de vida y revacunar a 3-4 semanas
  • Vacunación sistemática cada 6 meses.

Fuente

  • http://www.viarural.com.ar/viarural.com.ar/ganaderia/equinos/enfermedades/enteroroxemias.htm