Fiestas tradicionales de Salamanca

Fiestas tradicionales de Salamanca
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Fiestas tradicionales

FIESTAS TRADICIONALES DE SALAMANCA.

Historia

A Salamanca se la conoce como la ciudad del pensamiento y el saber, pero en ella también se encuentra arte y belleza. Su casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, posee un legado monumental magnífico, con ejemplos arquitectónicos sobresalientes de distintos estilos: románico, gótico, barroco, plateresco. La Universidad, además de ser de las más antiguas de Europa, es una de las mejores muestras del renacimiento en España. Es una ciudad viva, acogedora, dinámica, segura y bien cuidada, características que junto con el prestigio y tradición de su universidad, una de las más antiguas de Europa, y sus excelentes y sobradamente acreditados centros de enseñanza, hacen de Salamanca un lugar idóneo para el aprendizaje y perfeccionamiento del idioma; en definitiva, la convierten en la Ciudad del Español. Su tradición humanista y la riqueza de su patrimonio histórico artístico, propiciaron que en 1988 fuera nombrada Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y en 2002 Capital Europea de la Cultura. Festividades más importantes de Salamanca:

  • Ferias en honor a la Virgen de la Vega del 8 al 15 de septiembre. Durante esa semana se suceden los pasacalles, conciertos, mercadillos tradicionales, fuegos artificiales y muchas otras actividades.
  • En el recinto ferial de la Aldehuela, a las orillas del río Tormes, se sitúan las atracciones y el circo, entre el 7 y el 22 de septiembre.
  • Feria de día, que permite que numerosos establecimientos hosteleros saquen a la calle sus pinchos más sabrosos. Salamanca se llena de casetas, cada una con una especialidad gastronómica, y con la única condición de que el precio de la caña o el vino más el pincho es igual en todas ellas. Las casetas tienen gran afluencia de público desde primeras horas de la mañana hasta la medianoche.
  • Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo.
  • "El Mariquelo" 1 de noviembre

Tras el terremoto de Lisboa, en el año 1755, la última campana de la torre de la Catedral Nueva quedó sin posibilidad de acceso desde el interior, y, además, a juicio de algunos, mantiene desde entonces una leva inclinación claramente perceptible. Todos los años, en recuerdo de esta catástrofe, la víspera del día de Todos los Santos (1 de noviembre), el valiente "Mariquelo" asciende peligrosamente -por la parte exterior de la torre- el último tramo de esta, llevando consigo en tan arriesgada subida su tambor y su dulzaina. Una vez arriba, justo en la cruz que la corona, el famoso Ángel Rufino, popularmente conocido en toda la provincia y fuera de esta como el Mariquelo, toca la campana de la torre y entona una charrada ante la admiración y la ovación del gentío que, temeroso y entusiasmado en similares proporciones, le aclama desde abajo. Hay quien afirma que más que una tradición salmantina es una tradición de la familia a la que pertenece Ángel Rufino, el Mariquelo, pues ellos han sido lo que le han situado donde ahora está, transmitiéndose de padre a hijos dentro de una misma familia.

  • También el día de Todos los Santos es costumbre en Salamanca degustar los famosos "huesos de santo", producto típico de las reposterías salmantinas.
  • "San Blas" 3 de febrero

La tradición ha decaído un poco en los últimos años, pero, hasta hace relativamente poco tiempo, el tres de febrero, día de San Blas, las calles de la ciudad se llenaban con gentes que vendían y compraban unas populares gargantillas. Se llamaban las "gargantillas de san Blas", y todos querían lucirlas al cuello para prevenir las dolencias de la garganta. La tradición exigía, además quemar las cintas el Miércoles de Ceniza. Es una tradición que alcanzaba a toda la provincia de Salamanca, y que aún se mantiene en tiempos actuales en algunas localidades, aunque mucho menos en la capital.

Dos días después de San Blas, el cinco de febrero, se celebra el día de las Águedas. Se trata de una tradición que mantienen algunas mujeres casadas que, este día, se convierten en las que "mandan". Los días anteriores recorren algunos establecimientos y calles, pidiendo a los varones donativos que necesitan para sufragar los costes de su fiesta. Y ese día no son ellas quienes hacen los trabajos domésticos, sino sus maridos. Por la tarde se reúnen. Se visten con el traja charro y, como antaño, se van a una misa con precisión, tras la que llega la comida y el baile.

  • Semana Santa

En 1995 la Semana Santa salmantina fue declarada de Interés Turístico Regional. Aunque su importancia y mérito no esté considerada al mismo nivel que las de Valladolid o Zamora, la Semana Santa salmantina permanece muy fiel, igual que esas ciudades castellanas, al carácter de sus gentes y a su espíritu de sobriedad y recogimiento. La salmantina se caracteriza por su recogimiento y por la ausencia absoluta de grandes alardes como ocurre con sus gentes, edificios y la sobria piedra de Villamayor. Al igual que en el resto de la provincia, la Semana Santa resulta atrayente en gran medida por la riqueza escultórica de sus pasos, pero, además por el escenario incomparable y privilegiado por el que transcurren las procesiones. Muchas de estas se desarrollan de noche y consiguen, sin pretenderlo, formar un conjunto impresionante que, sin ninguna duda, merece la pena presenciar, independientemente de las creencias que cada uno pueda tener. En los años cuarenta la Semana Santa cobró nuevo auge, y en los setenta sufrió una nueva crisis, pero hoy, nuevamente, se puede hablar de una Semana Santa salmantina plenamente recuperada, e incluso superada pues el actual es un periodo muy brillante, con la existencia de multitud de cofradías, hermandades y congregaciones en las que participan miles de salmantinos.

  • Lunes de Aguas

Cuando la Semana Santa ya ha finalizado, más concretamente el lunes siguiente al de Pascua, y como fiesta de inicio de la primavera (si no es en el calendario, sí en el espíritu de los salmantinos), se celebra en la ciudad y en muchas localidades de la provincia el alegre día del Lunes de Agua. Es un día laborable, pero sólo en las páginas del calendario, ya que casi todos los establecimientos y empresas salmantinas cesan en su actividad en este día, al menos por la tarde. Sobre esta tradición, de origen incierto, se encuentran ya referencias en los escritos de algunos estudiantes de los siglos XVI y XVII.

  • La Mariseca

La Mariseca constituye el "primer aviso" de las ferias de septiembre. El 15 de agosto se coloca una veleta en forma de toro como emblemático reclamo en lo más alto del Ayuntamiento, en su espadaña. Permanece allí hasta el final de la feria taurina y de las Fiestas de San Mateo, el 21 de septiembre.

  • Las corridas de toros

Por antonomasia, en Salamanca al hablar de la fiesta se habla de los toros. No es de extrañar que la "fiesta" esté tan arraigada, ya que Salamanca es desde siempre tierra ganadera y criadora de auténtica y genuina raza de lidia. Prueba de la pasión taurina de sus habitantes es la existencia de la ciudad de una cantidad considerable de peñas y asociaciones taurinas de miles de aficionados. Se puede afirmar que, en toda la tierra de Salamanca, no hay fiestas sin toros. El toro de lidia es el rey indiscutible de las dehesas salmantinas. Los salmantinos son muy aficionados a los toros desde hace cientos y cientos de años. En un principio se desarrollaban en la Plaza grande de San Martín, y, más tarde, en el que estaba instalada en el campo de San Francisco. Las corridas se celebraban en la festividad de la Purísima, en la de San Juan de Sahagún, en la del Apóstol Santiago, y, además, cuando los estudiantes se graduaban.

Fuentes