Guerra de Sucesión de Mantua (Italia, 1628-1631)
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La Guerra de Sucesión de Mantua (1628-1631) fue un conflicto creado por la extinción de la línea principal masculina de la Casa de los Gonzaga (Francisco IV, Fernando y Vicente II).
Esta guerra enfrentó a Francia con los Habsburgo en una lucha por el control del norte de Italia.
Antecedentes
Mantua fue gobernada por la Casa Gonzaga como marqueses, primero, después como duques (a partir de 1540) y finalmente como vasallos del Sacro Imperio Romano Germánico.
Montferrato es una región al este del Piamonte que fue un feudo del imperio desde los siglos XI o XII. Fue ducado desde 1574. Como dote de la esposa del duque Federico II Gonzaga la familia Gonzaga la recibió.
En 1612 murió el duque Francisco IV, de Mantua y de Monferrato (como Francisco II de Monferrato). Dejó una hija, María Gonzaga de Mantua (de 3 años de edad) y dos hermanos cardenales de la Iglesia, que no podían casarse y no fueron aptos para suceder el trono.
El hermano Fernando tomó el poder tras abandonar el capelo cardenalicio y contraer matrimonio para lograr la perpetuación de la línea familiar.
Falleció sin descendencia y le sucedió el otro hermano: Vicente II también cardenal y de salud precaria que también careciendo de descendencia adoptó medidas para garantizar su sucesión.
Vicente organizó el matrimonio entre su sobrina María y Carlos III de Nevers, duque de Nevers y de Rethel, cabeza de la llamada rama Gonzaga de Nevers, e hijo de uno de sus lejanos parientes franceses, ambos con 18 años de edad y con un bisabuelo a Federico II Gonzaga de Mantua. El 26 de diciembre de 1627 se celebró el matrimonio y Vicente II falleció tras solamente catorce meses de reinado.
Carlos de Nevers exigió su derecho a sucesión. A él se opuso el Duque de Saboya Carlos Manuel I. Austríacos y españoles se habían aliado al duque de Saboya que tenía la esperanza de incorporar el Monferrato a su ducado.
El emperador Fernando II, que desde hacía cinco años estaba casado con Leonor de Mantua (1598-1655), hermana de los tres últimos duques, siendo así cuñado de Vicente II, también se opuso e intentó reincorporar el ducado de Mantua al Imperio, y cedérselo a una línea menor, la de la Gonzaga de Guastalla, representada por un descendiente de un hermano pequeño de Federico II Gonzaga de Mantua, y que contaba con la ventaja de ser aliado de españoles y austríacos.
Opuesta también España que no veía bien la presencia francesa a las puertas del Ducado de Milán.
Las pretensiones de Carlos de Nevers fueron apoyadas por Francia, que veía el peligro a que le sometía la extensión de los dominios de los Habsburgo y sus aliados. Se envió un ejército francés de 20.000 hombres al Piamonte y tras una serie de batallas obliga al nuevo Duque de Saboya Víctor Amadeo I (recién había sucedido a su padre), a abandonar la alianza con España y a reconocer los derechos de Carlos a cambio de territorio en Trino y Alba en la firma del Tratado de Cherasco.
En 1630 terminó el asedio a Mantua por parte de España y del Imperio germánico, la ciudad —débil por la peste y el hambre— cedió, y fue saqueada brutalmente.
Tratado de Cherasco
Las acciones diplomáticas permitieron a Carlos volver a Mantua y tomar el gobierno al entregar a Saboya las concesiones territoriales exigidas y otro tanto a la Familia Gonzaga de Guastalla.
El 6 de abril de 1631 se firma el tratado de Cherasco, por medio del cual el el emperador reconoce la posesión de Mantua, el duque de Nevers y el de Saboya reciben una parte del Montferrato y Francia el control de Pinerolo, plaza estratégica en sus pretenciones sobre la llanura del río Po
Con este tratado se pone fin a este conflicto periférico de la Guerra de los 30 años.
Libro sobre esta guerra
En 2017 se publicó el libro La Guerra de Sucesión de Mantua (1628-1631): los tercios de Fernández de Córdova y de Spínola en Italia, escrito por Francisco Martínez Canales.[1]
El autor expone cómo la muerte de Vicente II Gonzaga, duque de Mantua y Monteferrato, abrió una disputa más en una Europa sobrada ya de conflictos. La cuestión de quién debía heredar los ducados en discordia, fronterizos (a levante y poniente con el Milanesado español), atrajo la atención de Francia, del Sacro Imperio Romano Germánico, del intrigante duque de Saboya y de España porque esas tierras, además de fronterizas con un territorio de la monarquía católica, lindaban con el camino usado por los tercios españoles para acceder al norte de Europa, donde otra guerra reclamaba sus servicios, la Guerra de Flandes. Por todas esas razones el conflicto era inevitable.
Fuentes
- ↑ «La Guerra de Sucesión de Mantua (1628-1631): los tercios de Fernández de Córdova y de Spínola en Italia», ficha bibliográfica del libro del Francisco Martínez Canales.
- «Guerra de Sucesión de Mantua», artículo publicado en el sitio web Wikipedia.
- «La Guerra de Sucesión de Mantua», artículo publicado en el sitio web Jean de Goudín (Wordpress).