Hemorroides
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Las hemorroides. También conocidas como almorranas, se producen cuando las venas situadas en la zona baja del recto o en el ano se dilatan excesivamente, convirtiéndose así en varicosidades. Estas dilataciones, además de ser molestas, pueden ser dolorosas.
Sumario
Descripción
Anatómicamente, las hemorroides son plexos, cojinetes o almohadillas de tejido submucoso donde están contenidas las vénulas y arteriolas del conducto anal. Solo son patológicas cuando el flujo de sangre en esta zona de vasos sanguíneos se interrumpe. Se habla de enfermedad hemorroidal cuando hay dilataciones varicosas de las venas hemorroidales.
Conjuntamente con los esfínteres del ano, las hemorroides cierran la salida externa del intestino. Las hemorroides ayudan al esfínter a permanecer cerrado, formando una especie de válvula, incluso con los aumentos de presión, como por ejemplo, al estornudar o reír. Generalmente engrosan la mucosa en tres “nudos” que se encuentran en la entrada de los vasos a los cuerpos cavernosos.
Tipos de Hemorroides
Se distinguen tres tipos de hemorroides atendiendo a su situación respecto al conducto anal:
Hemorroides Internas: si las venas afectadas se localizan en la zona baja del recto, por encima del ano, y están cubiertas por mucosa.
Hemorroides Externas: cuando están situadas debajo de la unión del ano con el recto.
Hemorroides Mixtas: si afectan a los dos tipos de venas.
Causas
Las hemorroides son muy comunes, especialmente durante el embarazo y después del parto. Éstas resultan del aumento de la presión en las venas del ano. Dicha presión provoca que las venas se hinchen, haciendo que duelan, particularmente cuando usted está sentada.
La causa más común es el esfuerzo durante la defecación. Las hemorroides pueden ser causadas por:
- Esfuerzo durante las deposiciones.
- Estreñimiento.
- Sentarse durante períodos de tiempo prolongados.
- Infecciones anales.
- Ciertas enfermedades, como la cirrosis hepática.
Síntomas
Algunos casos de hemorroides leves son asintomáticos, pero los síntomas más habituales son:
Sangrado: se produce generalmente al defecar. Normalmente es escaso y se detecta por rastros de sangre en la taza o manchas en el papel higiénico.
Prolapso: se trata de un bulto que aparece cuando las hemorroides salen desde el interior del ano y resulta difícil introducirlas de nuevo.
Secreción: la secreción de moco procedente de la propia mucosa anal es típica de hemorroides internas. Puede causar irritación de la piel y provocar prurito (picor) o sensación de quemazón, especialmente durante la defecación.
Dolor: las hemorroides internas no suelen doler, al contrario de las externas, que son particularmente molestas cuando salen fuera del ano por la presión del anillo anal.
Grado de las hemorroides
Las hemorroides se clasifican en 4 grados diferentes dependiendo del grado de inflamación. En cada grado aparecen diversos síntomas:
Grado I
En este estadio aparecen las hemorroides algo aumentadas de tamaño, pero son relativamente pequeñas y no visibles desde fuera. Pueden desaparecer espontáneamente o sin tratamiento especializado y en la mayor parte de los casos no producen ningún tipo de síntoma. Solo con la ayuda de una cámara introducida a través del canal anal para observar el recto (rectoscopia), puede el médico reconocer la hemorroide en este grado.
Grado II
En este estadio, los nudos son mayores y aparecen claramente al aumentar la presión en el ano. Durante la defecación van a ser empujados fuera del ano y después van a volver al interior del conducto anal. Las hemorroides se reducen al interior del ano espontáneamente.
Grado III
En este estadio, las hemorroides “caen” tras la defecación o incluso de forma espontánea fuera del esfínter anal. Se habla entonces de un prolapso. Las hemorroides no van a desaparecer por el canal anal de forma espontánea. El afectado puede empujar las hemorroides con el dedo de vuelta al interior del canal anal.
Grado IV
En este último estadio, las hemorroides están permanentemente fuera del ano y no pueden ser reintroducidas de forma manual (prolapso fijo). En este grado, las hemorroides son visibles siempre. Generalmente, esto lleva a un prolapso anal, en el que, además de los nudos hemorroidales, también sobresale la mucosa hasta dos centímetros por fuera del ano.
Diagnóstico
Con frecuencia, un médico puede diagnosticar las hemorroides simplemente examinado el área rectal. De ser necesario, se pueden realizar los siguientes exámenes para ayudar con el diagnóstico:
- Guayacol en heces (muestra presencia de sangre)
- Sigmoidoscopia
- Rectoscopia
Tratamiento
Las molestias que produce la enfermedad hemorroidal se pueden reducir de forma eficaz si durante el tratamiento el paciente consigue que las deposiciones sean blandas. Esto ayuda a que se puedan eliminar sin mucho esfuerzo. El tratamiento dependerá de la gravedad de los síntomas.
Combatir el estreñimiento Un paciente puede hacer mucho para tratar las hemorroides. Unos cuantos cambios en los hábitos de vida y algunos remedios caseros pueden mejorar las molestias. Si se sufre estreñimiento, los siguientes consejos pueden ser de ayuda:
- Realizar ejercicio de forma regular.
- Mantener una alimentación equilibrada y rica en fibra, verduras y fruta.
- Evitar los alimentos que produzcan gases.
- Beber suficiente líquido. Entre 1,5 y 2 litros al día.
Consejo: tomar diariamente salvado de trigo con abundante líquido es muy beneficioso para tratar el estreñimiento.
Correcta higiene anal
Mantener una correcta higiene de la zona anal es muy importante en el tratamiento de la enfermedad hemorroidal. Los baños de asiento y el uso de compresas con manzanilla pueden ser muy beneficiosos. Es importante evitar los jabones y las toallitas húmedas porque pueden irritar la piel y dificultar la curación.
Qué hacer ante las molestias leves
En la mayor parte de los casos, los síntomas leves de las hemorroides pueden ser tratados con pomadas o supositorios. Algunos productos contienen cortisona, otros sustancias naturales. Si les añaden lidocaína o hamamelis reducen más el dolor agudo. Estos preparados se venden en las farmacias sin receta médica. Alivian la inflamación, reducen el dolor y mejoran el picor. Estos productos no se deben usar sin control médico si las molestias persisten durante mucho tiempo o aparecen lesiones en la piel.
Qué hacer si las molestias son intensas
Si los síntomas de las hemorroides son graves, las pomadas no serán suficientes para el tratamiento. Hay diferentes opciones. Las hemorroides grado I y II pueden ser eliminadas mediante escleroterapia, que consiste en la inyección de un material irritante (por ejemplo, fenol en aceite de almendras al 50%) en la submucosa para disminuir la vascularidad y producir fibrosis (cicatrización), la cual evita el prolapso del tejido y disminuyen los síntomas.
Otra técnica es la ligadura mediante bandas elásticas (ligar = anudar). Una pequeña banda elástica de goma se aplica sobre el “cuello o base” de la hemorroide, cortando su riego sanguíneo. La hemorroide, junto a la banda, se cae a los 3-5 días y se forma una pequeña cicatriz que evita que el tejido pueda seguir prolapsándose y, por lo tanto, continuar produciendo síntomas.
Otra técnica de tratamiento de las hemorroides es la coagulación mediante infrarrojos, que coagula las proteínas del tejido y evapora el agua de las células, disminuyendo el flujo sanguíneo de la región a la cual se aplica.
Si estas técnicas no tienen éxito, o las hemorroides están en estadios más avanzados, la técnica de elección debe ser la cirugía.
Complicaciones
La sangre en las venas hinchadas puede formar coágulos y el tejido circundante puede morir. La cirugía con frecuencia se necesita para extirpar hemorroides con coágulos.
También se puede presentar sangrado intenso. La anemia ferropénica puede ser el producto de una pérdida de sangre prolongada. Sin embargo, no es usual que se presente sangrado considerable con las hemorroides.