Himno Nacional de Chile

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Himno Nacional de Chile
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El himno nacional «pondera la realidad natural de Chile y exalta la vocación libertaria» del país.
Datos Generales
Autor(es):Eusebio Lillo y Ramón Carnicer
Año:1847
País:Bandera de Chile Chile
Género:Oda
Otros datos
Valor estimado:Patriótico


Himno Nacional de Chile. Letra de Eusebio Lillo Robles, coro de Bernardo de Vera y Pintado y música de Ramón Carnicer i Batlle. Fue adoptado oficialmente hace 165 años, en 1847. Cuenta con seis estrofas en octavos imperiales y un coro, aunque la versión oficial incluye sólo la quinta estrofa y el coro. El himno nacional «pondera la realidad natural de Chile y exalta la vocación libertaria» del país.

Historia

El primer himno nacional chileno surge en 1819, cuando el gobierno decretó, el 19 de julio, encargar la creación de una música y un texto que sirvieran para este fin. El compositor Manuel Robles y el poeta Bernardo de Vera y Pintado cumplieron con este cometido y su canción nacional se estrenó el 20 de agosto de 1820 en el teatro de Domingo Arteaga, en Compañía esquina de Plazuela O'Higgins, aunque según algunos historiadores ya se había tocado y cantado en las fiestas de septiembre de 1819.

El primer número de periódico "Las Bellas Artes", del 5 de abril de 1869, señala que entre los profesores que componían la orquesta de la primera compañía lírica que vino a Chile, conocida con el nombre de la Compañía Scheroni, debía mencionarse a Manuel Robles, chileno.

Canción

Cuenta la historia que la canción de Robles se acostumbraba a cantar todas las noches que había función en el teatro Arteaga. Al principio, todo el mundo se ponía de pie. O'Higgins y Freire la escuchaban con respeto y llenos de emoción, porque más de una vez marcharon a la victoria a sus sones.

La costumbre de cantarla siempre que había teatro fue desapareciendo poco a poco, hasta que al fin se ordenó que sólo se cantase en el aniversario de la patria. El doctor Bernardo de Vera y Pintado, tan conocido en la historia de la independencia, fue el autor de los valientes versos que se cantaban con la música de Robles.

Robles era un violinista notable por la facilidad de su ejecución y buen estilo, sin embargo no tuvo buenos modelos que imitar. Lo que lo hace justamente célebre es que fue el autor de la canción nacional chilena, que se cantó desde 1820 hasta que fue reemplazada por la que envió a Chile Mariano Egaña, estando de Ministro Plenipotenciario en Inglaterra, en el año 1827. Egaña pidió al músico español Ramón Carnicer que escribiera una nueva música para el mismo texto de Vera y Pintado.

Cuando en 1867 ya se consideraba perdido el documento histórico que constituía el primer himno, José Zapiola declaró que él recordaba la letra y la música y podía reescribirlas, trabajo que le tomó un año y que quedó terminado el 15 de octubre de 1868, resucitando para la posteridad el himno de Robles.

Este primer himno, cuya letra era manifiestamente antiespañola, se cantó hasta 1828, cuando fue reemplazado por el Himno Nacional que actualmente se canta. Ocurrió que, reconocida por España la independencia de Chile y con la mejoría de las relaciones entre ambos estados, el presidente Manuel Bulnes consideró oportuno cambiar la letra de ese primer himno y en 1841 se oficializó el nuevo himno, ahora con letra del poeta Eusebio Lillo y manteniendo la música de Ramón Carnicer y la estrofa del coro del primer himno.

Primera música

Manuel Robles Gutiérrez

Obtenida la letra del primer himno, fue necesario encontrar los acordes con los cuales entonarlo. Durante sus primeras ejecuciones, se entonó utilizando la música del Himno Nacional de la Argentina, compuesta por el catalán Blas Parera en 1813. A esta tarea fue destinado Domingo Arteaga, edecán de O'Higgins. La búsqueda de una melodía original para el texto de Vera tuvo varios contratiempos e intentos fallidos, no exentos de polémica, hasta que finalmente encomendó el trabajo al peruano José Ravanete, quien al verse sobrepasado por la solicitud y no ser capaz de crear algo original en poco tiempo adaptó el texto a una melodía en contra de la invasión de Napoleón Bonaparte a España. Para ello, y sin mucho oficio, ajustó algunas frases en las que le sobraban hasta cuatro notas. Para mantener la melodía completa, agregó a las últimas sílabas de cada estrofa un ripieno como solución.

Segunda música

Ramón Carnicer i Batlle

Los primeros compases del Himno Nacional de Chile, arreglo para piano solo en Fa mayor, según la tonalidad original compuesta por Ramón Carnicer en 1827. Mariano Egaña, Ministro Plenipotenciario de la República en Londres, procuró encontrar un músico de categoría que pudiese componer un himno basado en la poesía de Vera y Pintado, y así reemplazar la versión de Robles.

Egaña solicitó la partitura a uno de los compositores más famosos de la época, su amigo, el catalán Ramón Carnicer i Batlle, exiliado en Londres por liberal y opositor al rey Fernando VII. Aunque la letra que le presentó Egaña era ofensiva para su patria, él estaba de acuerdo con la independencia americana y no tuvo inconveniente en cumplir la tarea. Carnicer entregó una pieza que consideraba no sólo la línea melódica, sino que también una introducción, el acompañamiento en piano y un arreglo a tres voces. La partitura fue enviada desde Inglaterra, con el texto de Vera, bajo el título de «Himno Patrio de la República de Chile», dedicada al Ministro Egaña, representante de Chile en Londres, quien fue el encargado de enviarla a Chile

Letra

CORO

Dulce Patria, recibe los votos

Con que Chile en tus aras juró

Que, o la tumba serás de los libres,

O el asilo contra la opresión.

Estrofa I

Ha cesado la lucha sangrienta,

Ya es hermano el que ayer opresor.

Del vasallo borramos la afrenta

Combatiendo en el campo de honor.

El que ayer doblegábase esclavo

Hoy ya libre y triunfante se ve.

Libertad es la herencia del bravo,

La victoria se humilla a su pie.

Estrofa II

Alza, Chile, sin mancha la frente,

Conquistaste tu nombre en la lid.

Siempre noble, constante, valiente

Te encontraron los hijos del Cid.

Que tus libres, tranquilos, coronen

A las artes, la industria y la paz,

Y, de triunfos, cantares entonen

Que amedrenten al déspota audaz.

Estrofa III

Vuestros nombres, valientes soldados,

Que habéis sido de Chile el sostén,

Nuestros pechos los llevan grabados,

Los sabrán nuestros hijos también.

Sean ellos el grito de muerte

Que lancemos marchando a lidiar,

Y sonando en la boca del fuerte

Hagan siempre al tirano temblar.

Estrofa IV

Si pretende el cañón extranjero

Nuestros pueblos –osado– invadir,

Desnudemos, al punto, el acero

Y sepamos vencer o morir.

Con su sangre, el altivo araucano,

Nos legó, por herencia, el valor,

Y no tiembla la espada en la mano

Defendiendo, de Chile, el honor.

Estrofa V

Puro, Chile, es tu cielo azulado;

Puras brisas te cruzan también,

Y tu campo, de flores bordado,

Es la copia feliz del Edén.

Majestuosa es la blanca montaña

Que te dio por baluarte el Señor,

Y ese mar que, tranquilo, te baña,

Te promete futuro esplendor.

Estrofa VI

Esas galas, ¡Oh, Patria!, esas flores,

Que tapizan tu suelo feraz,

No las pisen, jamás, invasores,

Con sus sombras, las cubra la paz.

Nuestros pechos serán tu baluarte,

Con tu nombre sabremos vencer,

O tu noble, glorioso, estandarte,

Nos verá, combatiendo, caer.

CORO

Dulce Patria, recibe los votos

Con que Chile en tus aras juró

Que, o la tumba serás de los libres,

O el asilo contra la opresión.

Que, o la tumba serás de los libres,

O el asilo contra la opresión.

Que, o la tumba serás de los libres

O el asilo contra la opresión.

O el asilo contra la opresión.

O el asilo contra la opresión.

Fuentes

  • Artículo: Himno Nacional de Chile. Disponible en: Wikipedia.
  • Artículo: Secciones. Disponible en: Chile.