Hiponimia

Hiponimia
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Concepto:Relación paradigmática de sentido en virtud de la cual se estructura el vocabulario.

Hiponimia. Relación paradigmática reconocida como uno de los principios constructivos en la organización del vocabulario de todas las lenguas.

Consideraciones acerca del concepto

El término hiponimia no forma parte del tradicional inventario del semantista, sino que es de reciente creación por analogía con "sinonimia" y "antonimia". Aunque el término parezca nuevo, la noción de hiponimia es suficientemente tradicional, y ha sido desde hace tiempo reconocida como uno de los principios constitutivos en la organización del vocabulario de todas las lenguas. Con frecuencia se denomina “inclusión”.

Este tipo de relación – la inclusión de un término más específico en un término más general- ha sido formalizada por diversos semantistas a base de la lógica de clases: la clase de entidades referida por la palabra flor es más amplia que la clase de entidades referida por la palabra tulipán a la que incluye. Hay que observar que la formulación del tipo de relaciones de inclusión descansa sobre la noción de referencia (por cuanto opera con clases de entidades nombradas por datos léxicos) Una de las razones que justifican el empleo del término hiponimia consiste simplemente en que deja libre la inclusión para la teoría de la referencia y su formalización por medio de la lógica de clases.

Es preciso sentar que la hiponimia, como relación mantenida entre términos léxicos, se aplica a los términos no referentes del mismo modo que se aplica a los que tienen referencia. Así puede decirse que escarlata, carmesí, bermejo, etc. son cohipónimos de rojo. En sentido inverso, puede decirse que rojo es hiperónimo respecto de sus hipónimos. Así, puede formalizarse la relación de hiponimia entre un elemento X y su correspondiente hiperónimo y del siguiente modo: X ) Y - Y ( X

De esta manera, la hiponimia puede definirse por medio de la implicación unilateral, por ejemplo, X es escarlata implica X es rojo; pero la implicación inversa no se mantiene en ningún caso. Por supuesto, uno de los rasgos más útiles del principio de la hiponimia consiste en que nos permite ser más generales o más específicos según las circunstancias.

La sinonimia como hiponimia simétrica

Aunque un hiperónimo no implica generalmente un término hipónimo correspondiente, ocurre con frecuencia que el contexto situacional o la modificación sintagmática del término hiperónimo determina aquella implicación en el sentido de uno de sus hipónimos. Esta es, precisamente, la fuente de la sinonimia como una hiponimia simétrica: si X es un hipónimo de Y, y si Y es también un hipónimo de X (es decir, si se forma una relación bilateral o simétrica), entonces X e Y son sinónimos. Basándose en la distinción terminológica de la teoría de conjuntos y de la lógica de clases, a la relación de implicación unilateral o asimétrica que mantienen tulipán y flor puede denominarse hiponimia propia. Toda hiponimia es transitiva en el sentido de que si se mantiene esta relación entre a y b y también entre b y c, entonces también se mantiene entre a y c. La sinonimia, como caso especial de hiponimia, tiene, pues, la propiedad adicional de que es una relación simétrica (se mantiene entre a y b y entre b y a). Y por razones puramente formales puede definirse también como flexiva: todo dato léxico es sustituible por sí mismo en el contexto y es sinónimo de sí mismo. (La sinonimia es pues una relación de equivalencia en el sentido matemático de este término.)

Ausencia de términos hiperónimos

El principal punto que debe quedar sentado en relación con la hiponimia en cuanto que se encuentra en las lenguas naturales es el de que no opera tan comprehensivamente o tan sistemáticamente como lo hace en los diversos sistemas de taxonomía científica (en botánica, zoología, etc.). Los vocabularios de las lenguas naturales suelen tener intersticios, asimetrías e indeterminaciones en ellos. No existe, por ejemplo, ningún término hiperónimo en español del cual todas las palabras que indican color fueran cohipónimos. (Los lógicos citan con frecuencia el siguiente ejemplo de implicación analítica: si es rojo, entonces es colorado. Pero esta implicación no se realiza en general para todos los términos de color en el uso normal del español. El adjetivo colorado equivale muchas veces a rojizo [en cuyo caso constituye un hipónimo de rojo]. En otros contextos se halla en contraste con el blanco –al preparar la ropa para la colada, al clasificar los individuos según su raza, etc.- y aún con transparente [no necesariamente incoloro]en otros: V gr. Había un líquido colorado en la botella, donde cabría preguntarse si en contextos de este tipo no estará colorado en contraste tanto con blanco como con transparente.)

De un modo semejante, no hay un adjetivo general del cual fuesen cohipónimos cuadrado y redondo. Por otro lado, existen muchas palabras consideradas habitualmente como datos léxicos cuya aplicación es tan general que muy bien podrían clasificarse de "ficciones" gramaticales en un análisis sintáctico "profundo": venir/ir, persona, cosa, hecho, etc. En este punto tiene un alto grado de correspondencia entre la sintaxis y la gramática.

Fuentes