Insuficiencia Valvular

Insuficiencia Valvular
Información sobre la plantilla
Insuficiencia Valvular.jpg
Concepto:Insuficiencia valvular es lo que conocemos comúnmente como un “liqueo” en una de las válvulas del corazón.

Insuficiencia Valvular. Insuficiencia valvular es lo que conocemos comúnmente como un “liqueo” en una de las válvulas del corazón. En otras palabras, un porcentaje de la sangre fluye en dirección opuesta al flujo normal. En el lado izquierdo del corazón, la sangre fluye del atrio izquierdo hacia el ventrículo izquierdo a través de la válvula mitral; del ventrículo izquierdo, el flujo sanguíneo pasa a través de la válvula aortica hacia la aorta y el resto del cuerpo.

Cuando hablamos de insuficiencia valvular nos referimos a flujo sanguíneo que se desplaza de la aorta hacia el ventrículo izquierdo o del ventrículo izquierdo hacia el atrio izquierdo. Las válvulas del corazón (mitral, aórtica, tricúspide y pulmonar) funcionan como compuertas que se abren o cierran según se necesita en las distintas fases de bombeo del corazón, para que de este modo la sangre siempre fluya hacia delante y se mantenga la circulación sanguínea.

Sin embargo, en ocasiones, estas válvulas son incapaces de mantenerse completamente cerradas cuando tienen que estarlo, y permiten que se escape sangre hacia atrás. Esto es lo que se denomina regurgitación o insuficiencia valvular.

Por ejemplo, en el caso de la insuficiencia mitral, existe un escape de sangre del ventrículo izquierdo a la aurícula izquierda a través de la válvula mitral, en lugar de que toda la sangre se expulse del ventrículo izquierdo a la aorta, que sería lo normal. El tratamiento que se indica depende del grado de insuficiencia, de su repercusión funcional y clínica del paciente: si es leve no se hace nada; en los casos moderados-severos se da medicación, y en los severos se considerará la reparación quirúrgica.

En la mayoría de las personas, el grado de insuficiencia valvular es leve y no le produce síntomas o limitaciones físicas al paciente. Estas son personas que pueden llevar una vida completamente normal. Mientras el grado de insuficiencia va empeorando, especialmente cuando llega a severo, el individuo puede comenzar a experimentar dificultad respiratoria y disminución en la capacidad de ejercitarse.

Una vez aparecen estos síntomas, siempre y cuando no exista algún otro problema que los explique, es necesario intervenir quirúrgicamente y reemplazar la válvula (en ocasiones se puede solucionar el problema sin tener que reemplazar la válvula).

Insuficiencia de la válvula aortica: la regla de 55

La manera adecuada de evaluar la función valvular es mediante un ecocardiograma o ultrasonido del corazón. En el caso de la válvula aortica, si el diámetro del ventrículo izquierdo, cuando el mismo se encuentra al final de la fase de contracción, es mayor de 5.5 cm o la fracción de eyección (fuerza de contracción) es menor de 55% se recomienda que el paciente se someta a una cirugía correctiva. Estos parámetros representan una recamara o ventrículo izquierdo dilatado y con poca fuerza de contracción. Aunque el paciente no tiene síntomas, las probabilidades son bien altas de que los experimente en un futuro.

Insuficiencia de la válvula mitral: la regla de 65 y 45

Para evaluar la función de la válvula mitral también se utiliza un ecocardiograma. En el caso de la insuficiencia mitral en pacientes asintomáticos, se recomienda intervención quirúrgica cuando el diámetro del ventrículo izquierdo al final de su fase de contracción es mayor de 4.5 cm y la fracción de eyección del ventrículo es menor de 65%. Nuevamente, estos parámetros sugieren que la insuficiencia es lo suficientemente severa para dilatar y debilitar el ventrículo izquierdo.

La regla de 55 (para la válvula aortica) y la de 65 y 45 (para la válvula mitral) son guías que nosotros los Cardiólogos utilizamos para decidir cuando recomendarle a un paciente con insuficiencia valvular asintomática un tratamiento quirúrgico. Las mismas se basan en estudios realizados hace bastante tiempo atrás que incluyeron un número limitado de pacientes. Sin embargo, continúan siendo bastante útiles. Cabe recalcar que existen profesionales que son más agresivos a la hora de recomendar cirugía. Personalmente, sigo utilizando la regla de 55 y la de 65/45; me han sido útiles en mi práctica.

Fuente