Iris del ojo

Iris del ojo
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Iris del ojo. Es la parte coloreada del ojo. También se refiere al iris como membrana coloreada. En su centro se encuentra la pupila, de color negro; la zona blanca que se encuentra alrededor se denomina esclerótica. El iris regula la entrada de la luz en el ojo como un diafragma de una cámara de fotos. El órgano está compuesto de tejido muscular y pigmento. Si los músculos orbiculares del iris se contraen, la pupila se encoge y entra menos luz en el ojo. Si los músculos orbiculares se relajan, la pupila vuelve a dilatarse, dejando pasar más luz a la retina. El pigmento determina el color de los ojos. Cuanto más pigmento en el iris, más oscuro serán los ojos.

Enfermedades del iris

  • Coloboma del iris: Es una de las malformaciones congénitas más frecuentes del iris. Se caracteriza por una hendidura debida a la falta de desarrollo del iris (o de alguna otra parte del ojo (cristalino, retina, coroides o nervio óptico). Puede ser unilateral o bilateral. La visión estará más o menos alterada, según en qué zona esté la anomalía.
  • Aniridia: Es una afección compleja de nacimiento, poco frecuente, con un subdesarrollo del iris. Se produce durante el embarazo por un defecto genético. Malformación hereditaria y congénita, que suele ser bilateral y hereditaria. Es una ausencia parcial o total del iris, o tejido pigmentado detrás de la córnea. Ocasiona disminución de la agudeza visual y se puede asociar a glaucoma y opacidades de córnea y cristalino. Entre sus síntomas está la mala visión en exteriores, fotofobia y escasa sensibilidad al contraste. Se puede mejorar la visión con gafas de sol, ayudas ópticas e iluminación suave.

Función

La principal función del iris es la de controlar, a través de la pupila, la cantidad de luz que entra en el ojo con el fin de facilitar el enfoque de los objetos en la retina. Pero, ¿cómo consigue el iris controlar la cantidad de luz que deja pasar al interior del ojo? Básicamente por su capacidad para contraerse y expandirse. El proceso es el siguiente: La pupila y los músculos del iris (denominados músculos orbiculares) se contraen o encogen cuando nos encontramos en un entorno de mucha luminosidad, dejando pasar menos cantidad de dicha luz a la retina. Por el contrario, cuando hay poca luz la pupila se dilata y los músculos se relajan, dejando pasar, de esta forma, más luz hacia la retina.

Una función secundaria del iris es la de darnos a cada persona el color característico de nuestros ojos. Dicha tonalidad va a depender de 2 factores:

  1. El grosor que forman las láminas de pigmentación.
  2. La concentración de melanina.

La tonalidad de los ojos será más oscura si el grosor del abanico de láminas y el nivel de melanina es mayor. Y al contrario: si dicho grosor y nivel de melanina es más pequeño, los ojos serán más claros.

Importancia

El iris tiene más importancia de lo que mucha gente piensa, puesto que una deficiencia del mismo puede afectar (incluso gravemente) a la visión. El problema es que un mal funcionamiento del iris puede provocar un enfoque deficiente de los objetos en la retina, al no poderse regular de manera óptima la cantidad de luz que entra en el interior del ojo. También puede ocurrir que, debido a una afectación del iris, se produzcan unos orificios en el mismo que provoquen que algunos rayos de luz secundarios impacten en la retina, produciendo imágenes dobles o imágenes fantasma.

Principales patologías del iris

  • Albinismo ocular: El albinismo es un trastorno de carácter genético que provoca anomalías en la pigmentación. Cuando afecta a los ojos se denomina albinismo ocular y se caracteriza por que el iris se ve transparente o blanco debido a que la luz pasa de forma directa a la retina.

Este trastorno puede ocasionar estrabismo, sensibilidad a la luz e, incluso, pérdidas importantes de la agudeza visual.

  • Uveítis: La uveitis es una inflamación de la [úvea] que está formada por el iris, el cuerpo ciliar y la coroides. Cuando la infección afecta al iris este puede inflamarse, produciéndose diversos síntomas como: enrojecimiento, picor y dolor de ojos, sensibilidad a la luz o visión borrosa.

La uveítis suele solucionarse con pomadas de cortisona, las cuales suelen tener una gran efectividad. Pero como todo lo relacionado con nuestros ojos, el diagnóstico, elección y prescripción del tratamiento más adecuado corresponde a un especialista en oftalmología.

Fuentes