Isabel María de Valdivia
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Isabel María de Valdivia y Salas. Heroica mambisa espirituana, madre del Mayor General Serafín Sánchez Valdivia. Supo inculcar a sus hijos las ideas independentistas.
Síntesis biográfica
Nació el 16 de noviembre de 1827 en la ciudad de Sancti Spíritus.
Como también hiciera la madre de los Maceo, puso bien en alto su entereza, al ser protagonista en la cruzada y alentar a sus hijos a luchar por la emancipación de la patria.
El 9 de abril de 1844 contrajo matrimonio con el también espirituano José Joaquín Sánchez Marín y de esa unión nacieron 22 hijos, aunque solo 10 llegaron a la edad adulta. Destaca entre ellos Serafín Gualberto, un ilustre espirituano, quien alcanza el grado de mayor general del Ejército Libertador y uno de los más cercanos colaboradores de José Martí en su labor durante los preparativos de la Guerra Necesaria.
También brillaron en los campos de Cuba, sus hijos el general José Joaquín, Tello, el coronel Raimundo, el capitán Plácido, el teniente Elías y el subteniente Esteban. Participaron, además, en la Guerra de Independencia iniciada en 1895, sus hijas Julia América, Domitila y Josefa.
Labor como mambisa
Al estallido de la primera gesta independentista cubana, el 10 de octubre de 1868, la familia Sánchez-Valdivia combatió al colonialismo español, resistiendo ella las difíciles condiciones de vida de la manigua y alcanzando la gloria de poder contar dentro de las filas insurrectas cubanas con tres hijos generales, dos capitanes, un alférez y tres tenientes. Entre todos, sobresalió el mayor general Serafín Sánchez Valdivia, patriota cubano de imperecedera importancia histórica.
No solo fue la madre ejemplar, también abandonó todas sus comodidades hogareñas, pues formaba parte de una familia acaudalada, y marchó a los 68 años a la manigua para cuidar y curar heridos, ayudar a lavar y coser la ropa de los mambises y contribuir en todo lo que pudiera a la libertad de Cuba.
En el monte curó enfermos y heridos, fabricó municiones, arregló la ropa, cocinó. Fue útil mientras le alcanzaron las fuerzas que habrían de flaquear tras la muerte de Serafín.
Muerte
El 27 de julio de 1904, en la finca de Arroyo Blanco que prefería sobre sus otras propiedades, falleció doña Isabel, apesadumbrada por el recuerdo de sus hijos e inconforme por las nuevas veleidades del poder.
De seguro en el lecho mortuorio alcanzaría a evocar el momento en que se decidió por la independencia, a pesar de la vida sin limitaciones materiales que le había sido destinada.
Sus restos reposan junto a los de Serafín Sánchez en la tierra espirituana, donde se les recuerda con cariño, respeto y admiración.
Fuente
- Morales Rodríguez, Giselle. (2009, marzo 7). La madre del General. Periódico Escambray. No. 9 Año XXXI. p. 5.