Jaime Dávalos

Jaime Dávalos
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Jaime Dávalos. Fue un poeta y músico argentino y la más formidable catapulta de la mejor poesía y música del Noroeste a partir de la segunda mitad de los años cuarenta.

Síntesis Bibliográfica

Nació en San Lorenzo un pequeño paraíso serrano, a unos quince kilómetros de la capital de la provincia argentina de Salta el 29 de enero de 1921, hijo de Don Juan Carlos Dávalos y de Doña Celecia Elena, hermano de Arturo Dávalos y desde la cuna tenía el destino marcado. Cursó estudios en su ciudad natal. Recorrió íntegramente su suelo patrio, de uno a otro confín, en contacto íntimo con la tierra y sus hombres bebiendo en los caminos, en las ciudades y aldeas ese rico venero que habría de transformar en poema, canto o relato.

Creció en la embriaguez de una naturaleza vivida entre cerros multicolores, y resultó un ser lleno de dichos y coplas, pleno de sabiduría de la tierra, vital y báquico: una personalidad singular en la canción argentina de proyección folklórica. Fue, verdaderamente, un adelantado, un precursor. Sus audacias, tienen cierto tinte nerudiano, pero están hondamente enraizadas en el solar salteño; a todos asombraron sus metáforas novedosas, y su tono, mezcla de lo más exigente y elaborado con lo coloquial y lugareño.

En un tiempo se le dio por ser minero, según contó en el programa semanal de televisión que tenía en Canal 7 de Buenos Aires: "El patio de Jaime Davalos," a fines de la década del 60. Trabajó también como ceramista y como titiritero.

Jaime Dávalos tuvo siete hijos: de su primer matrimonio con Rosa, tuvo a Julia Elena Dávalos (conocida cantante), Luz María, Jaime Arturo y Constanza. De su segundo matrimonio (con María Rosa Poggi) tuvo a Marcelo, Valeria y Florencia. Todos de alguna manera se mantuvieron ligados a la música y al arte, continuando la tradición de una familia de artistas. Falleció en Buenos Aires el 3 de diciembre de 1981.

Inicios

Treinta y nueve años pasaron hasta que este salteño empezó a salir del velo del anonimato, aunque había empezado a publicar a los veintiséis. Y a partir de 1960 libros, y poesías, y cancioneros se sucedieron, y también los premios y los reconocimientos.

Jaime Dávalos abandonó las típicas frases populares y pintorescas del folklore para reinventar la música popular.

Introdujo un nuevo movimiento al proporcionarle imágenes conmovedoras y otros elementos poéticos de calidad a las canciones. En el norte Argentino se dice que "le puso palabras al silencio de su pueblo" como cuenta en su obra "El Nombrador". Esta metáfora tiene origen en el hecho antes mencionado, Dávalos dejo al falso estereotipo de un pueblo en constante carnaval sin preocupaciones y conto las verdaderas vidas, los pesares y las humildes y cotidianas glorias de la gente del pueblo y de los trabajadores. Se puede ver en trabajos como "El Jangadero", "Zamba de los mineros" y "Zamba de un triste." Con la música de grades compositores, torno popular y accesible poesía de gran profundidad. Este hecho es lo que ha provocado que la cultura oficial no lo reconozca como el poeta que fue, al igual que Manuel J. Castilla el hecho de haber emparentado su poesía con la música popular ha servido de prejuicio valorativo sobre su obra. Además está el hecho que durante la dictadura militar en Argentina, no se fue del país.

Jaime Dávalos no sólo fue un exquisito poeta sino también un gran recitador de sus versos.

Inauguró un estilo seguido por poetas de la talla de Armando Tejada Gómez y Hamlet Lima Quintana. Fue parte de una de las sociedades más fecundas de la música popular argentina junto a Eduardo Falú a la que se sumaría la del Cuchi Leguizamón y Manuel J. Castilla que también dio altas notas para la cultura popular argentina.

Cuentan que tocaba de oído la guitarra y el charango y que como buen poeta, nunca pudo estar mucho tiempo quieto y salió a buscar al país como dibujante, alfarero y titiritero. En cuál de esas tardes habrán nacido las obras maestras como Río de tigres, Zamba de la Candelaria o Las Golondrinas.

A pesar de padecer una larga enfermedad, él quiso plasmar en cuerpo y alma su certera convicción frente al miedo y la traición de sus pares: “El hambre, la violencia, la injusticia, la voluntad del pueblo traicionada, no harán más que aumentar su rebeldía, no harán más que apurar en sus entrañas una revolución que viene a unirnos en una sola espiga esperanzada, porque América –tierra del futuro- igual que la mujer vence de echada”.

Dupla de Jaime Dávalos y Eduardo Falú

Formó una dupla inigualable con otro salteño, Eduardo Falú. Todos saben lo que salió de esa mezcla: la mejor letra con la mejor música. Y ganas de renovar el folklore, que por esos años ya sufría lo que sigue sufriendo hoy. Mal de muchos, consuelo de tontos. Junto con Manuel Castilla y Cuchi Leguizamón, los de estos dos salteños quedan grabados en el folklore serio de la época.

  • Canción del jangadero (Jaime Dávalos - Eduardo Falú)
  • Juanito Laguna se salva de la inundación (Eduardo Falú - Jaime Dávalos)
  • Las golondrinas (Jaime Dávalos - Eduardo Falú)
  • Tonada del viejo amor (Jaime Dávalos - Eduardo Falú)
  • Sirviñaco (Jaime Dávalos - Eduardo Falú)

Producción Literaria

  • 1947: Rastro seco (poemas, Salta)
  • 1957: El nombrador (poemas y canciones, Buenos Aires, dos ediciones)
  • 1959: Toro viene el río (relatos, Buenos Aires)
  • 1959: Coplas y canciones o Poemas y canciones (Buenos Aires)
  • 1962: Canciones de Jaime Dávalos
  • 1974: Cantos rodados
  • 1987: Coplas al vino

Canciones de Jaime Dávalos

  • Canción del jangadero
  • Hacia la ausencia
  • La angaquera
  • La golondrina
  • La nochera
  • La verderrama (cueca)
  • Pato sirirí
  • Tiempo dorado
  • Trago de sombra
  • Vamos a la zafra
  • Vidala del nombrador
  • Zamba de la Candelaria
  • Zamba de los mineros
  • Zamba de San Juan
  • Zamba de un triste
  • Zamba enamorada.

Fuentes