Joya Bizantina

Joya bizantina
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Obra Arquitectónica
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El respeto al estilo y a la época, confiere valor patrimonial a una obra de arte esculpida en la parte más antigua de la capital cubana.
Descripción
Estilo:Arquitectura Bizantina

Joya bizantina. Una capilla pequeña, al estilo de la arquitectura bizantina, se suma a las numerosas obras de arte que atesora La Habana Vieja devenida espacio de confluencia y cultura universal.

Historia

La Sacra Catedral Ortodoxa de San Nicolás de Mira es la primera consagrada en América Latina por su Toda Santidad Bartolomeo, Patriarca Ecuménico. Esta Orden, la máxima conferida por el Patriarcado, toma su nombre del Apóstol que funda la iglesia en Bizancio hace dos mil años. Concebida por expertos cubanos con el asesoramiento de homólogos griegos, resulta impresionante dada su exquisita terminación.

Erigida sobre 35 pilotes en un perímetro de 354 m2, la primera piedra fue bendecida en enero de 2001. Dos años y cincos días después, abre sus puestas a los creyentes cristianos y al numeroso público visitante del Centro Histórico de la añeja ciudad. Contigua a la Basílica Menor de San Francisco de Asís, la escultura de la Madre Teresa de Calcuta, reclinada ante su libro de plegarias, imprime una espiritualidad superior a la habitual en esos templos.

Ubicación

Ubicada a un costado del convento, en el jardín que lleva su nombre y sirve de antesala a la catedral, se le rinde tributo a esta mujer profundamente humanista nacida el 29 de octubre de 1910 en Macedonia. De pequeña estatura, con un libro en las manos y vestida con su tradicional hábito, es una de las esculturas humanizadas por el artista cubano José Villa Soberón.

Forma parte de un proyecto escultórico en el que su artífice incorpora a legendarias personalidades como las místicas figuras del cantante británico John Lennon, el escritor norteamericano Ernest Hemingway, El Caballero de París y la Madre Teresa de Calcuta, Premio Nobel de la Paz, cuya deceso data de 1997.

Fieles a la arquitectura bizantina

El rigor seguido por los constructores, especialistas en restauración e historiadores, está manifiesto en el empleo de materiales y técnicas similares a los de la antigüedad, que sustentan el conjunto arquitectónico. Tiene incorporado ladrillo rojo y piedra conchífera cubana, además de otras traídas de monasterios ortodoxos, que le conceden un relevante valor histórico. Como referencia se apoyaron en los planos de la centenaria ciudad.

La existencia en La Habana intramuros de esta iglesia cristiana que representa a la liturgia ortodoxa griega, supone el respeto a la tradición de ese país como pueblo marino. Lleva el título de un santo de esa región que precisamente tiene que ver con el mar.

Diseñada para recibir a unas 50 personas, tiene 153,52 m2 de capacidad interior y su parte más alta, desde la cruz hasta el suelo, mide 10,50 m. Intervinieron en la edificación obreros especializados de la empresa Puerto Carenas y jóvenes de la escuela Taller Melchor Gaspar de Jovellanos, así como otros artífices de la cultura nacional. Considerado una joya de la arquitectura, el templo posee un altar esculpido por el afamado artista cubano Juan Narciso Quintanilla con piezas de gran valor museable, donde se observa el tímpano medieval y un pozo veneciano del siglo XV colocado a la entrada.

Desde Grecia llegaron otros elementos como el mobiliario, las lámparas como reproducciones de candeleros bizantinos antiquísimos y los iconos escritos, según la tradición ortodoxa de no usar imágenes de bulto. Así, con respeto al estilo y a una época caracterizada por el renacer de la liturgia ortodoxa, esta nueva obra de arte esculpida en la parte más antigua de la capital cubana, añade valores históricos-culturales de genuino interés patrimonial.

Enlaces externos

Fuentes

  • Revista Científico-Técnica Popular de la Juventud Cubana. No. 315 ISSN: 0449-4555. Sección Construcción. Por Caridad Labrada Curbelo