Julián Almeida Esteriz

Julián Almeida Esteriz
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NombreJulián Almeida Esteriz

Julián Almeida Esteriz. Héroe del Trabajo de la República de Cuba, que enfrentada a ciertas circunstancias propiciadoras, es capaz de elevar su estatura laboral al pedestal de la heroicidad. Rebelde, mecánico y machetero.

Síntesis biográfica

Oportunidad no le faltó a Julián Almeida Esteriz para migrar a los Estados Unidos ante del triunfo de la Revolución y trabajar allí como mecánico automotriz. Laboraba entonces junto a su padre en un taller de agencia Ford, en Santiago de Cuba, donde conoció los secretos de la tecnología diésel. Un día vi en la revista Bohemia un curso por correspondencia patrocinado por una firma norteamericana. Lo estudié y luego vinieron unos inspectores, realizaron la evaluación, aprobé y me quede en aquella agencia como mecánico. Allí observaron su buen desempeño en el oficio y le llegó una propuesta: un puesto de trabajo en los Estados Unidos. Me ofrecieron bastante, pero yo dije que no, que allá no tenia que ir ni de visita. Puede decirse que ese fue el prólogo laboral de este Héroe del Trabajo de la República de Cuba, oriundo de cayo Granma en el propio Santiago, y nacido el 22 de junio de 1936. Transcurría 1958 y Julián dejó aun lado las herramientas y el taller para tomar el camino de la insurrección. Me alcé por condición propia, afirma. Se incorpora a la fuerza de la Columna número 10 René Ramos Latour, dirigidas por el entonces capitán Fernando Vecino Alegret, en el Tercer Frente Oriental. Triunfa la Revolución y tras unos años en las FAR, regresa a la vida civil y retoma las armas de mecánico, esta vez en el paradero de la ruta número 9 en La Habana y luego en la Terminal Playa. En ambos lugares despliega sus conocimientos en la reparación de cuanto motor caía en sus manos. De su bregar entonces tenía mucho que contar en una ocasión hicieron una pieza para evitar que se descolgara las cajas de velocidad de los motores Pegaso. Para mí aquella innovación no tenia mucha importancia, sin embargo evitaba la paralización de los ómnibus. Durante 9 años Julián laboró de 6 de la tarde a 6 de la mañana, y aunque ese era el horario establecido había días en que llegaba 3 o 4 horas antes o me iba 3 o 4 horas después, yo era mecánico y jefe de taller. Teníamos que garantizar la salida de las guaguas el turno matutino de las 5 de la mañana y lo lográbamos porque entre los hombres de aquella brigada no había muy buenas relaciones y mucho empeño.

Méritos

¡Treinta y nueve zafras como machetero! Doce años como Vanguardia Nacional del Sindicato de Transporte bien hablan de su paso por la Terminal Playa. Diriáce que su labor era imprescindible en el taller, pero también realizó otras muchas tareas. Con el mismo brillo que le imprimía a su esfuerzo en el centro empuñó la mocha en 39 zafras. La primera de ellas en el 1962 y ¿Sabe una cosa? Comenta casi en secreto: ¡Yo nunca había tumbado caña! Viene entonces a su memoria las campañas en los cañaverales de Camagüey y su fructífera etapa en el Batallón Nacional de la CTC, el contingente Primero de Mayo y en la súper brigada 56 aniversario de la Revolución de Octubre, insignia del Sindicato de Transporte y de la cual fue fundador. Y no olvida las duras jornadas en que sudaba las gotas gordas en el pantalón, el tizne de la caña quemada impregnada en la cara y en la ropa, al punto de parecer casi un desconocido y la fría madrugada en que él ¡De pié! Que truncaba el sueño parecíale trueno en medio del descanso nocturno. Al recordar aquellos tiempos en que éramos invasores con la mocha en la mano, desde La Habana hasta Oriente para ayudar a terminar la zafra en otras provincias evoca con emoción a un gigante de esas lides: El también Héroe del Trabajo Braulio Maza ya fallecido, con quien mantuvo vinculo fraternales como amigo y compañero. El nos decía que donde hubiera caña en pie, iríamos a cortarla y así lo hacíamos. En el 1984 Almeida recibió el titulo honorífico del Héroe del Trabajo de la República de Cuba. Hoy está jubilado pero no deja a un lado su oficio de mecánico, pues cada vez que los compañeros del sindicato lo necesitan me enredo con un motor y solo paro cuando lo arreglo. ¿Usted se siente héroe?, le pregunto. No, pero si algún heroísmo tengo es haber luchado mucho toda mi vida, mucho más por una Revolución que es más grande que nosotros mismos. Así responde este hombre que se cataloga como un cubano natural a monte del bolero sobre todo los de Beny Moré y Pacho Alonso y aficionado al boxeo y béisbol: ¡Santiago, compay, gane o pierda!

Fuente

  • Manguela Díaz, Gabino. Pasión de Héroes. Testimonio de Julián Almeida Esteriz