Krzysztof Kieślowski

Krzysztof Kieślowski
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Fue un director y guionista de cine polaco.
Nacimiento27 de junio de 1941
Varsovia
Fallecimiento13 de marzo de 1996
Varsovia
OcupaciónGuionista, director de cine polaco
CónyugeMaria Cautillo

Krzysztof Kieślowski, nació en Varsovia el 27 de junio de 1941. Se crio en el seno de una estirpe de género humilde. Poco después de ultimar el primer período de estudios, ingresó en la academia de bomberos pero unos meses más tarde la abandonó con el propósito de retornar a estudiar. En 1957, se registró en la Escuela de Cine y Teatro de Łódź. Su primera creación cinematográfica estuvo ajustada a la vida de los trabajadores y la hueste de su Polonia natal. A fines de los años 1980, ejecutó para la televisión una de sus obras más importantes: Decálogo. Esta es una obra basada en la estructura de los Diez Mandamientos con la que Kieślowski tomó la religión para hablar del ser humano y de sus contradicciones morales. Cada capítulo tiene una duración aproximada de una hora.

Tras su paso por la televisión polaca, a principio de los años 1990 comenzó a trabajar en Francia, donde realizó su más importante trabajo, la trilogía Tres Colores, dedicada a la bandera francesa. Tras esto, decidió retirarse del cine aunque comenzó a escribir el guion de La Divina Comedia de Dante, mediante una trilogía titulada Paraíso, Purgatorio e Infierno, para llevarlo a la pantalla. Sin embargo, en 1996, sin concluir este guion, murió de un ataque cardíaco en su ciudad natal.

En una entrevista en 1989, después del estreno de la serie de sus diez películas, El Decálogo, comentó “Yo no creo en Dios, pero mantengo una buena relación con él”. Este comentario improvisado típico e irónico con el tema de su fe, desmiente la absoluta seriedad con la cual Kieślowski investiga el asunto de Dios y la existencia humana ante Dios, de la fe y la esperanza, así como de la ética cristiana, en su serie El Decálogo.

Igual que otros muchos directores y artistas, Kieślowski se muestra reservado para hablar de temas de su intimidad; habla con facilidad y elocuencia de temas culturales y políticos, de la situación cinematográfica en Polonia o en el mundo, de las dimensiones técnicas y estéticas de sus películas, de filmes y directores que han influido en él, pero en lo que respecta a su vida personal —a sus relaciones con su esposa y su hija— o a su propia experiencia religiosa, Kieślowski cuenta poco de su intimidad. En sus muchas entrevistas el tema de Dios y de la fe raramente surge, y cuando le preguntan, a menudo elude la cuestión utilizando una respuesta humorística o enigmática. Extrañamente en una entrevista hace distinción entre el Dios del Antiguo Testamento —“un Dios exigente y cruel... que no perdona, que implacablemente exige obediencia a los principios que Él ha establecido”— y el Dios del Nuevo Testamento —“un Dios compasivo, bondadoso, anciano de barba blanca, que lo perdona todo”—. Kieślowski luego añade, haciendo referencia al Dios de ambos Testamentos: “yo creo que una autoridad como esta, existe en realidad”.

Para complicar más la cuestión de la fe o no de Kieślowski hay que señalar que la mayoría del material de análisis crítico de las películas del Decálogo, o bien evita la cuestión de Dios y de la fe, o bien anda con rodeos, por ejemplo, habla sólo vagamente del catolicismo cultural polaco de Kieślowski. Así, efectivamente menoscaban la cuestión de su posicionamiento creyente. Excepcionalmente, algunos críticos franceses reconocen en Kieślowski “un interés hacia lo transcendente”, caracterizando su posición con el paradójico, pero expresivo, término: “teísmo secular”. Y un crítico polaco, con un claro sentido de la tradición católica de su país, percibe en el texto de las películas del Decálogo “una evidencia de una profunda meditación de la Revelación” con una “positiva perspectiva sobre la cuestión de lo transcendente”.

El Decálogo de Kieślowski, que está inspirado en una pintura del Museo Nacional de Varsovia que describe en diez pequeñas escenas los pecados contra cada uno de los mandamientos de Moisés, representa en diez películas cortas (aproximadamente de 55 minutos cada una) a distintos personajes que intentan luchar tenazmente contra las crisis morales causadas por la complejidad de la forma de vida postmoderna, y en este sentido del mundo postcristiano. Todo el ciclo se ubica en la Varsovia contemporánea y más explícitamente en el gris y anónimo bloque de apartamentos de Stowki, construidos en la época marxista-socialista. Las películas no son de ninguna manera simples ilustraciones de los mandamientos, sino más bien complejas investigaciones de cómo estos diez principios de la Ley de Moisés, dada por Dios, pueden cuestionar, guiar y ser relevantes para los hombres y mujeres de hoy. En un cierto sentido, las películas, cada una de ellas entrelazando en una o más crisis morales de carácter existencial, giran en torno a los mandamientos, a veces siguiendo el significado tradicional y otras veces, alejándose aparentemente de ese significado, cuestionando o desarrollando nuevas y originales direcciones.

Filmografía

  • La cicatriz
  • El aficionado
  • Sin final
  • El azar
  • No matarás
  • La doble vida de Verónica
  • Bleu / Tres colores: Azul
  • Blanc / Tres colores: Blanco
  • Rouge / Tres colores: Rojo

Fuentes