La comendadora
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La comendadora. Narración de uno de los principales escritores españoles del Siglo XIX, que al igual que muchas de sus obras, es un extracto de la vida real de su querida tierra.
Sobre la leyenda
Pedro Antonio De Alarcón cuando escribió en el libro “Historia de mis libros”, editada en 1884 manifiesta:
También el escritor español Montserrat Amores dice:
Sinopsis
En la segunda mitad del Siglo XVIII, en la familia del conde de Santos, existiendo éste como el único heredero de su generación, el viejo conde depone como última voluntad la de dividir la herencia familiar entre sus dos nietos, en precaución de la extinción de su raza. Tras la muerte del conde heredero, la condesa viuda, por pensar que el lustre de un apellido se conserva mejor en una sola rama, a pesar del testamento de su suegro, decide enviar a su hija de ocho años de edad al convento, para ya dejar como único heredero al varón. Transcurridos varios años, ésta deprimida, regresa a la casa de su madre enferma y de su sobrino huérfano Carlos que tras escuchar a unos trabajadores de la casa, hablar sobre su hermosa tía y de lo bonita que ha de ser desnuda, quiere verla así.
Su insensible madre lo único que desea es que su nieto este feliz y que no le pase nada para que así algún día llegue a tener descendencia. Ordena a la Comendadora que le deje verla desnuda, por lo que a ella no le queda otra. Finalmente, nada más dejarle ver su desnudez ella sin decir nada marcha de nuevo al convento, donde acaba muriéndose. Su madre muere poco después y su sobrino también, sin haber dejado descendencia.
Del autor
Pedro Antonio De Alarcón. Escritor y político español que nació en Guadix, Granada en 1833. Diputado de las Cortes españolas, se alistó como voluntario en la campaña de [[Marruecos, experiencia que le proporcionó material para su Diario de un testigo de la guerra de África (1859), considerada hoy una obra maestra por su descripción de la vida militar. Alarcón sobresalió en su época por sus novelas religiosas, entre las que destaca El escándalo (1875), una defensa de los jesuitas que levantó una viva polémica. Hoy es recordado principalmente por sus relatos de la vida rústica en España, algunos de los cuales se han recopilado en El sombrero de tres picos, (1874), que inspiró a Manuel de Falla (uno de los compositores españoles más destacados del Siglo XX) la composición de su ballet homónimo.