La vuelta de las hadas al lago

La vuelta de las hadas al lago
Información sobre la plantilla
La vuelta de las hadas al lago.jpg
Datos Generales
Autor(es):Dióscoro Puebla
Año:1864
País:Bandera de España España
Técnica:Óleo sobre lienzo
Dimensiones:350 X 305 cm

La vuelta de las hadas al lago. Óleo sobre lienzo del pintor Dióscoro Puebla.

La obra

En un ambiente brumoso en la superficie de un lago, con un fondo de vegetación de grandes árboles que vierten sus ramas sobre el agua, asomando la luz que ilumina la composición por el ángulo superior derecho del lienzo, varios grupos de hadas van introduciéndose lentamente en el lago con ademanes contorsionados. El más definido es el grupo central formado por cinco figuras en distintas posturas. Todas van medio desnudas y cubiertas por paños de diferentes colores. El personaje principal, el menos sumergido -curiosamente también el único de cabellos negros que entrelaza con cintas de perlas- se cubre con un vaporoso paño transparente sobre el que flota un manto de color rojo-rosa y con su brazo izquierdo sujeta a otra compañera de larga cabellera rubia y manto dorado que comienza a hundirse en las aguas. A la derecha de esta figura y delante de ella dos hadas de pelo rubio vestidas con paños blancos azulados se sumergen ya en las profundidades.

En un segundo plano, a ambos lados del grupo principal, otros conjuntos de estos seres fantásticos con aspecto de mujer y dotadas de poderes que sobrepasan a los mortales están, sobre todo en las mitologías celtas, en relación con los campos, las colinas, las fuentes, etc... En el mundo literario y musical de comienzos del siglo XIX especialmente desde que Wieland compusiera su Oberon -inspirado precisamente en ese personaje al que se consideraba rey de las hadas- el tema adquirió gran difusión.

La composición, poco frecuente, es nuevamente el pretexto para un estudio de desnudos y ropajes -sobre todo de paños mojados en la más estricta tradición clásica- especialmente los de los personajes de la derecha. Menos cuidadas son las figuras de la izquierda que resultan más abocetadas.

En el cuadro, en primer término, en la zona baja de la orilla del lago cubierta en parte de nenúfares y plantas acuáticas Puebla no se ha resistido a incluir la innecesaria presencia de una serie de flores campestres entre las que destacan algunas llamativas amapolas que refuerzan el colorido de la composición.

Magnífico es el tratamiento del cabello de las hadas en todos los casos y muy especialmente en el de la cabellera rubia sumergida en el agua, cuyos reflejos están espléndidamente conseguidos. En todos los casos las carnaciones son pálidas como corresponden a unos seres fantásticos de las mitologías nórdicas.

Historia

El cuadro estuvo presente junto con otros cinco en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1864 y no obtuvo premio. Pedro Antonio de Alarcón, amigo de Puebla, consideró el hecho como una grave injusticia y arremetió contra Rosales que había recibido una Medalla de Primera Clase por su cuadro Doña Isabel la Católica dictando su testamento. Por su parte el crítico Baltasar Peón en la Gaceta de Madrid del 2 de enero de 1865, al realizar la crónica de la Exposición destaca la presencia del lienzo diciendo simplemente:

"...aunque es cuadro de fantasía más bien que de historia, hacemos mérito en este lugar de La vuelta de las hadas al lago de D. Dióscoro Puebla y Tolín por ser de grandes dimensiones."

Fuente