Martí, España y la masonería

Martí, España y la masonería
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Autor(a)(es)(as)Manuel de Paz Sánchez
Editorial:Idea
ColecciónLetras de Cuba
EdiciónSanta Cruz de Tenerife
Primera edición2008
Paísislas Canarias,
Reino de España

Martí, España y la masonería es un libro de 2008 perteneciente al escritor canario Manuel de Paz Sánchez (n. 1953), publicado por Ediciones Idea, en Santa Cruz de Tenerife (islas Canarias).

El libro está dividido en cinco capítulos, más un preámbulo y tres documentos. Al estudio le antecede un prólogo de Luis Toledo Sande. Manuel de Paz, especialista en la masonería en España, nos presenta un trabajo erudito, y no falto de polémica, sobre las relaciones difíciles que mantuvo José Martí (héroe de la independencia de Cuba) con la masonería española.

Sinopsis

Este trabajo trata de la iniciación masónica en España del héroe nacional cubano José Martí, así como de la presunta relevancia de este hito biográfico-ideológico-cultural para la historia de Cuba.

Según han sostenido diferentes estudiosos a lo largo del siglo XX, en 1871, Martí había sido recibido en la logia Armonía (de Madrid).

Un documento aparecido recientemente en el archivo de una logia cubana, parece demostrar que la recepción se produjo de hecho en un taller masónico de la misma época, Caballeros Cruzados, también de la capital de España. Este ensayo, sin embargo, considera este hecho meramente incidental, ya que la vida de ambas logias transcurre de forma paralela, y sostiene que José Martí debió sentirse muy decepcionado de una masonería que, en contra de sus deseos, veía a Cuba como una provincia más de la Primera República Española (11 de febrero de 1873 - 29 de diciembre de 1874), sin acceder a sus pretensiones independentistas, sino más bien todo lo contrario.

Los masones españoles eran ante todo españoles, por lo que su pensamiento “progresista” no impidió que se opusieran a la lucha por la independencia de la colonia cubana. Esta falta de reconocimiento de los derechos cubanos llevó a José Martí a desconfiar de la masonería como movimiento político social progresista.

De hecho fueron muy pocas las voces que desde la metrópoli apoyaban la lucha por la libertad. Solo algunos partidos obreros, que entendieron que la lucha de España contra la independencia de sus colonias respondía a los intereses de la burguesía española que obtenía inmensos beneficios de la explotación que perpetraba contra los cubanos, y que sabían que el peso de la guerra recaería sobre el pueblo trabajador, que tendrían que aportar sus vidas para defender los intereses de esos grupos.

Masón o no, Martí tuvo poca fe en la masonería y en los políticos “progresistas” españoles, que se negaron a reconocer el derecho de los cubanos a ser libres y gestionar su territorio.

Fuentes