Mildiu de la vid

Mildiu de la vid
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Enfermedad producida por un alga denominada Plasmopara viticola
Clasificación:Enfermedad fúngica

Mildiu de la vid. Esta es una enfermedad producida por un alga denominada Plasmopara viticola. Se caracteriza por producir daños tanto directos como indirectos.

Biología

Esta enfermedad es una de las mejor conocidas por los viticultores de todo el mundo debido a los daños tan graves y espectaculares que produce si las condiciones climáticas le son favorables, ya que puede atacar a todos los órganos verdes de la vid. Aunque las pérdidas económicas pueden ser muy importantes, actualmente el riesgo es menor debido al mejor conocimiento de su biología, la existencia de productos sistémicos y penetrantes, y la mejor preparación de los viticultores.

Es muy exigente en cuanto a condiciones ambientales, así que su aparición es esporádica. Se caracteriza por atacar follaje y racimos. Aunque la bibliografía señala el daño a brotes. Las vides europeas son sensibles a la enfermedad pero existe un gradiente de susceptibilidad de acuerdo a la variedad de la que se trate.

Reconocimiento

El hongo se conserva durante el invierno en las hojas muertas de la vid bajo la forma de oosporas (huevos de invierno). Debido a las dos membranas que las recubren son muy resistentes a las condiciones climáticas adversas, pudiendo conservar su poder de infección durante al menos dos años. En primavera, cuando el terreno ha estado suficientemente húmedo, la temperatura es superior a 12ºC y sobreviene en 1-2 días una lluvia de al menos 10 mm (lluvia contaminatriz), las oosporas germinan emitiendo unos órganos (macroconidios) portadores en su extremidad de una especie de saco (macroconidia) que contiene las zoosporas, que depositadas sobre los órganos verdes de la cepa pueden germinar y penetrar a través de un estoma, siendo imprescindible para ello la presencia de agua líquida. Se inicia así el período de incubación de la contaminación primaria, que es invisible y se forma en el interior del órgano atacado el micelio del hongo, compuesto de una red de filamentos dotados de órganos

Síntomas

Hojas jóvenes: manchas cloróticas de bordes difusos de 1 a 3 cm de diámetro. En un primer estadío puede confundirse con los síntomas iniciales de oidio de la vid, pero a través de una cámara húmeda puede determinarse con bastante certeza de qué enfermedad se trata. Cuando estas manchas evolucionan, produce necrosis. Cuando el 30% de la superficie de la hoja joven está atacada cae, pudiendo producir la defoliación completa de la planta.

Hojas adultas: manchas cloróticas respetadas por las nervaduras dando el aspecto de mosaico. Cuando evoluciona la enfermedad las manchas se necrosan. Con el 50% de la superficie afectada, las hojas caen.

Racimos: ataque temprano: produce el espiralamiento del racimo. Los extremos de los racimos y hasta la mitad o las dos terceras partes se vuelven necróticos y toma la forma particular de "S". En ataques severos puede producir la pérdida total de la cosecha.

Ataque tardío: contrariamente al ataque temprano, produce un daño circunscrito a unas pocas bayas, siendo ésta una puerta de entrada a los patógenos secundarios.

En todos los casos, cuando las condiciones sean predisponentes para la enfermedad, puede aparecer sobre la lesión una eflorescencia dada por las fructificaciones del patógeno.

Ciclo de la enfermedad

Pasa el invierno en el suelo como una espora de origen sexual que comenzó a formarse en el viñedo el 21 de diciembre (cuando los días se acortan). Una vez que se cumplen las condiciones ambientales, esta espora germina y por viento o salpicaduras de agua es llevada al follaje donde comienza el ataque. Los síntomas se observan unos 7 días después de la infección y si se dan condiciones predisponentes el alga vuelve a esporular produciendo nuevas infecciones tanto en hojas como en racimos.

Condiciones predisponentes

Temperaturas de alrededor de 20 - 25°C, humedades relativas superiores al 80%, largo de brotes mayor a 10 cm y agua libre sobre los órganos susceptibles son las condiciones necesarias para que se produzca la enfermedad.

Control

El control está basado en un programa de manejo que abarque tanto medidas culturales como químicas. Las primeras están orientadas a producir un secado rápido del follaje. Canopias abiertas y bien ventiladas son medidas que ayudan a disminuir el potencial de enfermedad. Las segundas están basada en la aplicación de productos tanto preventivos como erradicantes. Debido a la exigencia de esta enfermedad en cuanto a condiciones ambientales, puede realizarse un pronóstico que permita con exactitud determinar el momento de infección. En base a este pronóstico se pueden utilizar distintos productos.

Mancozeb al 80%. Este producto actúa preventivamente contra la enfermedad. Su mecanismo de acción permite ser utilizado en forma repetida porque actúa sobre varios sitios vitales del alga produciendo su muerte. La nueva formulación NT se distingue de los otros mancozeb del mercado por contener aditivos que permiten una mejor fijación en la planta.

La estrategia de protección consiste en tratar en el momento oportuno para impedir o detener la germinación de las zoosporas; es decir, la lucha puede ser preventiva y/o curativa según se utilicen productos de contacto o sistémicos/penetrantes. No obstante, aunque la evolución del hongo nos indique que no existe peligro de ataque, se debe realizar un tratamiento al iniciarse la floración, ya que el período floración-cuajado es el más sensible, y si se produce un ataque, aunque sea leve, las consecuencias pueden ser graves pues el hongo afectará directamente al racimo. Después del envero los ataques generalmente revisten poca importancia, aunque en algún año excepcional las condiciones climáticas favorables podrán indicar la conveniencia de controlar los ataques tardíos en hojas. Para la realización del primer tratamiento el viticultor podrá esperar hasta comprobar los primeros síntomas de la contaminación primaria, siempre que la vigilancia de las viñas sea constante, con la excepción de la indicada para el período de floración. Se recomiendan productos como, oxicloruro de cobre, caldo bordelés, y sistémicos/penetrantes como Benalaxil, Fosetil-Al, Metalaxil, Ofurace, Oxadixil, Azoxistrobin, Dimetomorf y, Cimoxanilo. Los sistémicos y penetrantes suelen ir formulados conproductos de contacto, de forma inseparable. Para obtener buena eficacia, además de tratar en el momento oportuno, es necesario utilizar maquinaria adecuada (pulverización a presión, neumática o atomización) y mojar muy bien toda la cepa.

Enlaces internos

Fuente

  • Martínez González, E.; Barrios Sanromá G.; Rovesti L. y Santos Palma R. Manejo Integrado de Plagas. Manual Práctico. Centro Nacional de Sanidad Vegetal (CNSV), Cuba,2006.
  • [1]
  • Enfermedad: Phytophthora capsici