Mitos y leyendas en Las Villas

Mitos y leyendas en Las Villas
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Título originalMitos y leyendas en Las Villas
Autor(a)(es)(as)Samuel Feijoo
ColaboraciónM. García Garófalo, Manuel J. Bécquer Medina, José Scoane.
Editorial:Editora del Consejo Nacional de Universidades. Universidad Central de Las Villas
ImprentaTaller 210-03 Héctor Félix Rodríguez
IlustracionesDe los dibujantes de Las Villas
Primera edición1965
PaísBandera de Cuba Cuba

Mitos y leyendas en las Villas compilación de escritos y cuentos de Samuel Feijoo.

Argumento

Este libro presenta a los muy interesados por el folklore universal un aporte. Como sabemos, el mito no es solamente cualquier clase de historia, al decir griego, sino también la creación de dioses, semidioses, sus hazañas y hasta la factura de una cosmogonía, dubitable o no. En ambos aspectos el lector encontrara en estas páginas interesante material. Los mitos, tainos y siboneistas, de Guanaroca, Jagua, Aycayia, etc., son originales y revelan una recia, sencilla imaginación poética insular. Por grande suerte para todos, nuestro país ha contado con hombres de alta preocupación por sus tesoros populares, y, callados, sin el menor elogio a veces, ignorados, en sus pequeños pueblos, han realizado la labor importante y necesaria, colectando leyendas, mitos, sucedidos, gracejos, la tipología, el florecimiento del pueblo cubano, a través de todas sus épocas. No sabemos cómo agradecer ese legado amoroso y pacienzudo a estos hombres extraordinarios de suma sensatez dedicados a sus labores hondas… Este libro es pues, la suma de varios trabajadores. Hemos realizado la selección con el mayor cuidado. Sirva de base o pilar precioso a estudiosos y gozadores de la legitima sabiduría de los pueblos. Prólogo de Samuel Feijoo a la obra en 1965.

Autor

Samuel Feijoo nació en San Juan de los Yeras el 31 de marzo de 1914. Fue, sin dudas, el personaje más versátil de la cultura cubana del siglo XX. De formación autodidacta, comenzó a escribir y a publicar sus primeras narraciones y poemas con solo catorce años y ya se podía apreciar su inclinación por la recopilación y el estudio de narraciones populares. En 1924 su familia se trasladó a La Habana, ciudad en la que completó sus estudios primarios en el colegio-internado Gertrudis Gómez de Avellaneda, en Jesús del Monte, y luego, en el colegio presbiteriano de La Habana, donde aprendió inglés. Alcanzó el tercer año de bachillerato en el Instituto de La Habana. En 1930 comenzó a escribir sus primeros libros de poesía y narrativa, los cuales no publicaría hasta varios años más tarde. En 1943 conoció a su gran amigo Robert Altman y junto a Salomón Lerner integró un grupo que tenía como centro la pintura. Dos años más tarde viajó a los Estados Unidos y permaneció allí durante seis meses. Durante este viaje logró perfeccionar su inglés y tradujo obras de Poe, Whitman, Elliot, Lawrence, Santillana. Al regresar a Cuba se radicó en la casa de sus padres, quienes desde 1934 se habían trasladado a Cienfuegos. Durante esta etapa conoció a muchos de los integrantes del grupo Orígenes y publicó algunos poemarios suyos como Camarada celeste 1944, Aventuras con los aguinaldos 1947 y Beth-el 1949, entre otros. En 1950 obtuvo la segunda Mención Honorífica en el Concurso Hernández Catá, con su cuento Alzamiento. En ese año fundó la revista Ateje, cuya existencia sería efímera por no contar con recursos económicos que le permitieran sostenerla. Hacia finales de esta década publicó nuevos poemarios e inició su importante labor editorial en la Universidad Central de Las Villas "Martha Abreu", la cual comprende una gestión de publicación de libros y revistas que marcan un hito en esa dirección en la historia cultural.. Sus textos poéticos alcanzan una gran intensidad, reconocida por algunas de las más prestigiosas voces de la cultura cubana; entre ellas las de Cintio Vitier y Virgilio Piñera. Destaca significativamente su novela Juan Quinquín en Pueblo Mocho (1964), llevada al cine unos años después, así como el volumen de relatos Cuentacuentos, que le valiera el Premio de Cuento Luis Felipe Rodríguez, de la UNEAC en 1975. Relevante es su recopilación de dicharachos, trabalenguas, refranes, adivinanzas, cuartetas, décimas antiguas e historias de campos, fruto de su laboriosidad etnológica. A ese afán, se deben textos sumamente valiosos e imprescindibles para el estudio de la cultura popular en Cuba, entre ellos El negro en la literatura folklórica cubana (1980), Mitología cubana (1980) y Mitología americana (1983). Fundó y dirigió las revistas Islas 1958-1968 y Signos 1969-1985, en las que la plástica ocupó un lugar representativo y en las que desarrolló una importante labor editorial y de difusión de la cultura popular. Ejerció el periodismo en rotativos como El Mundo y Juventud Nacionalista, y colaboró con notables revistas culturales, entre ellas Bohemia, Carteles y Orígenes.

Falleció el 14 de julio de 1992 en La Habana, en el Hospital Calixto García. Fue sepultado el 15 de julio en la Necrópolis de Colón.

Fuentes