Moluscos en la agricultura

Moluscos en la agricultura
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Los caracoles y babosas son peligrosos por diferentes razones, por ser plagas voraces ya que pueden consumir entre el 30 y el 50% de su peso en una sola noche; son polífagas y prefieren consumir material verde y tierno, aunque también consumen rastrojos y todo tipo de residuo animal o vegetal que se encuentre en el suelo; son hermafroditas, consecuentemente todos tienen la capacidad de reproducirse y poner huevos en un número que va desde 100 a 550, según las especies; son longevos, viven aproximadamente de 9 a 18 meses, por lo tanto pueden reducir su capacidad biológica al mínimo, a la espera de mejores condiciones agro climáticas; son vehiculizadoras, su cuerpo está compuesto entre 85-90% por agua, por lo tanto son capaces de llevar diferentes virus, bacterias y hongos que transmiten a las plantas a través de mucus y de su aparato bucal masticador.

Importancia de los caracoles y babosas en la agricultura.

Las condiciones agroclimáticas que predisponen la aparición y multiplicación de babosas y caracoles son de tipo climáticas (alta humedad del aire, alto contenido de humedad en el suelo y temperaturas medias entre 15-18 °C, aunque, se obse rvan poblaciones de caracoles y babosas en julio y agosto, siempre con la influencia de las lluvias y temperaturas de hasta 28 y 29 °C). Existen condiciones de suelos con contenidos medio a alto de materia orgánica, buena estructura y alta capacidad de retención de humedad, que permiten la proliferación de estos moluscos, los sistemas de siembras como las labranzas reducidas y especialmente la siembra directa aseguran un mayor contenido de humedad y una adecuada cobertura en el suelo; lo cual mejora las condiciones para la aparición de la plaga. Los caracoles y las babosas ovipositan en el suelo y entre ellos son importantes para la agricultura Praticolella griseola, Opeas pumilum, Leidyula floridana (Fig. 1), Bradybaena similaris, Subulina octona, Sarasinula plebeia, Rumina decolata, Succinea sagra, Zachrysia auricoma (D'ávila y Bessa, 2005; Trujillo, 2003). Estos individuos suelen proliferar en los períodos lluviosos incluidos, por tanto, los meses de mayo a octubre (Oliva, 2004) en cualquiera de estos meses puede producirse la cópula.

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Figura 1. Algunas especies importantes de babosas y caracoles en los cultivos cubanos: A-Praticolella griseola, B- Opeas pumilum, C- Leidyula floridana. Por lo general, el apareamiento se produce cuando dos individuos se encuentran y llevan a cabo un cortejo que incluye movimiento en círculos, contacto bucal y entrelazamiento de los cuerpos. Después de la cópula se produce una fecundación mutua, pues son hermafroditas (caracoles); los individuos depositan los huevos en el suelo u otros lugares húmedos y protegidos (Monge -Nágera, 1997).

Formas de muestreo.

La presencia de moluscos en sustratos, materia orgánica y capa vegetal podrán detectarse a través de dos métodos.

Tamizado húmedo.

De la muestra total obtenida se separa 1 kg representativo, se separan de la tierra las conchas grandes, posteriormente la muestra se tamiza con cribas de abertura de 2 y 5 mm, que se colocan sobre una cubeta y se lavan con agua. En el tamiz de 5 mm se podrán colectar los caracoles juveniles y en el 2 mm los huevos de caracoles y de babosas (Coney et al. 1981 citado por Naranjo y Gómez, 2006).

Trampas de saco.

Se coloca sobre el suelo, sustrato o materia orgánica, un saco de yute empapado y doblado varias veces, se cubre con dos capas de piedras, siempre tratando de que quede espacio para la entrada de los moluscos; la primera capa es de piedras pequeñas, las siguientes capas se hacen con rocas planas grandes. La trampa debe ser poco pesada para permitir la entrada de los caracoles y babosas debajo de ella, la circulación del aire y para mantenerla sombreada. Es necesario mantener la trampa y el suelo húmedos durante 15 días. Estas trampas se examinan cada tres días, durante 15 días y se cuentan los moluscos que aparezcan por especie.

Procesamiento de los resultados y recomendaciones.

La cantidad total de los moluscos encontrados se reportara por gramos de muestra. Para su proliferación los caracoles y babosas requieren de temperaturas por debajo de 26 °C y humedad por encima de 70%, aunque estos organismos son capaces, bajo condiciones extremas, de mantenerse en estivación (hibernación). Por esta razón un método eficaz de control es la solarización y uso de colector solar.

Referencias

  • Andrews, K.L. & Huezo, A. Relación entre la densidad poblacional de la babosa Sarasinula (=Vaginulus) plebeius y el daño del frijol común, Phaseolus vulgaris”. Turrialba 33 (2): 165 p. 1983.
  • Coney A.C., Wallace A. T. y Bohannan R. 1981. A method of collecting minute land snails. The Nautilus, (1):43-44. 1995
  • D'ávila, Sthefane; Bessa, E.C.A. Influência do substrato sobre a reprodução de Subulina octona (Brugüière) (Mollusca, Subulinidae), sob condições de laboratório. Rev. Bras. Zool. vol.22 no.1 Curitiba Mar. 2005.
  • González, G. A.; Internet; Nuevas plagas en siembra directa Babosas y Caracoles [en línea]. Disponible en: \\Rizobacter Argentina S_A. htm. 2000.
  • Matamoros Torres, Michel. Caracoles y Babosas: Principales especies, daños y manejo. Conferencia Impartida en Curso de Plagas Urbanas y Domésticas. INISAV. 2007.
  • Monje -Nágera, Julián. Moluscos de suelo como plagas agrícolas y cuarentenarias. X Congreso Nacional Agronómico / II Congreso de Suelos. 1996.
  • Naranjo García, Edna y Gómez Espinosa, Catalina. Técnicas de muestreo para manejadores de recursos naturales. Los Organismos. Moluscos.Departamento de Zoología, Instituto de Biología, Universidad Nacional Autónoma de México. México. 29 pp. 2006
  • Oliva Olivera, Wilfredo. Variación en las comunidades de moluscos terrestres de la Sierra Pan de Azúcar, Viñales. Tesis en opción al Título Académico de Master en Ecología y Sistemática Aplicada. Instituto de Ecología y Sistemática. 62 p. 2004.
  • Trujillo González, Zoila. Caracoles de Importancia en la Jardinería y sus medidas de lucha Plegable. INISAV. Ciudad de la Habana. 1p. 2003.
  • Krull W. H. y Mapes C. R. 1951. Studies on the biology of Dicrocoelium dendriticumdendriticum (Rudolphi, 1819) Loos, 1899 (Trematoda:

Dicrocoeliidae), including its relation to the intermediate host, Cionella lubrica (Müller). The Cornell Veterinarian, 41(3).


Fuentes