Ofensiva de El Pedrero

Ofensiva de El Pedrero
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Ofensiva del ejército de la dictadura de Fulgencio Batista contra la tropa de Che Guevara en el Escambray.
Fecha:29 de noviembre al 4 de diciembre de 1958


Ofensiva de El Pedrero. Más de mil soldados bien armados y con el apoyo de equipos blindados y de la aviación de combate terminaron a la desbandada a inicios de diciembre de 1958, cuando el ejército batistiano intentó eliminar a las fuerzas del Che Guevara en la zona del Escambray.

Localización

El Pedrero en 1958 era una zona rural montañosa, ubicada al sur del municipio de Fomento, actual provincia de Sancti Spíritus, aproximadamente a 17 kilómetros de la cabecera municipal, entre Trinidad y Sancti Spíritus. Actualmente es un Consejo Popular con varios asentamientos poblacionales, entre ellos Pedrero.

Contexto

En la zona de El Pedrero radicó el Frente de Las Villas, al mando del comandante Che Guevara, con su comandancia en Caballete de Casa. El Che, después de llegar con la columna guerrillera se dio a la tarea de unificar las fuerzas que operaban en esa zona, hecho de vital importancia para la victoria definitiva, conocido como el Pacto del Pedrero.

Impotentes ante el empuje rebelde, el Estado Mayor Conjunto del Ejército Constitucional aprobó un plan estratégico para Las Villas y, en consecuencia, lanzó una ofensiva desde tres direcciones distintas: Fomento, Cabaiguán y Sancti Spíritus, cuyo objetivo era acabar de una vez con el movimiento insurrecto e impedir su avance hacia occidente, lo que fue impedido por las fuerzas revolucionarias.

Después de organizadas las fuerzas rebeldes en la zona, tomando como base de operaciones esta zona, el Che partió en la ofensiva final liberando poblados entre los que se encuentran Fomento, Güinía de Miranda, Cabaiguán, entre otros hasta llegar a la Ciudad de Santa Clara y liberarla.

Inicio de la ofensiva

El 29 de noviembre el ejército batistiano inició el movimiento de tropas compuestas por unos mil soldados de los Batallones de Combate Contra Guerrilla No. 11 y No. 22, que tenían como reserva las compañías 33 a y 36. De esta agrupación formaron parte también efectivos del 3er. Distrito Militar de Santa Clara.

Alrededor de mil soldados, repartidos en tres columnas procedentes de Fomento, Cabaiguán y Sancti Spíritus, con apoyo de varios blindados, bazucas, morteros y bombarderos B-26, parecían suficientes para aniquilar aquella guerrilla que venía desafiando a un ejército profesional, amparado además por Estados Unidos, que proveía asesoramiento y apoyo logístico.

El Che hizo lo que aconsejaban las circunstancias: preparar una suerte de Paso de las Termopilas, táctica que incluyó la movilización de sus principales jefes en las direcciones amenazadas y la disposición de una defensa muy flexible, que desgastara el avance enemigo mediante el empleo de obstáculos de todo tipo, sobre todo con la colocación de emboscadas, que por una parte aprovecharan el factor sorpresa y por otra permitieran a los guerrilleros replegarse hacia el objetivo principal sin llegar a comprometerlo.

Las acciones se iniciaron el 29 de noviembre con un primer bombardeo sobre los campamentos de Manaca, Gavilanes y El Pedrero y se extendieron durante algunos días, periodo en el que los rebeldes no solo frenaron en seco al adversario, que nunca pudo ocupar posiciones en la montaña, sino que ocasionaron cuantiosas bajas, horadaron su moral combativa y se apoderaron de buena parte de las armas con las que habían intentado someterlos.

En medio del combate, las fuerzas revolucionarias se apuntaron otra victoria: la firma del denominado Pacto de El Pedrero, un documento que establecía la unidad de acción entre el Movimiento 26 de Julio y el Directorio Revolucionario 13 de Marzo, considerada como estratégica para el resto de la guerra.

Participación de Camilo

Camilo Cienfuegos fue literalmente sorprendido por la ofensiva batistiana en la zona de El Pedrero, adonde había llegado escasas horas antes para una entrevista con el Guerrillero Heroico que casi terminó bajo las bombas.

«Camilo desempeñó un papel decisivo en la obstaculización del terreno para que los tanques no pudieran subir –relató el coronel Marcelo Martínez tiempo antes de morir–. Yo recuerdo que con su gracia característica él llegó al campamento y preguntó: “A ver, ¿quiénes son los que se quieren ir con Camilo?”. Enseguida un grupo de gente se levantó y entonces dijo: “Denle un hacha a cada uno, que vamos a tumbar palmas”. Y así fue como evitó que los blindados pudieran avanzar más».

Los pocos hombres que acompañaban a Camilo reforzaron la defensa en el camino que va desde Fomento hasta El Pedrero junto a los pelotones de Luis Alfonso Zayas y Manuel Hernández, el Isleño, una de las direcciones donde el enemigo tuvo un gran número de bajas e incluso las tropas rebeldes capturaron uno de los blindados.

«Hubo que pelear muy duro –relató Orestes Guerra–, el ejército avanzaba y retrocedía y cuando él se dio cuenta se subió en una loma y les gritó: “¡Vengan, que aquí está Camilo!”. Y yo no sé si lo habrán oído, pero ese día se retiraron».

Las acciones

Desde las primeras incursiones, las fuerzas combinadas de las columnas del Che, Camilo y personal del Directorio Revolucionario lograron ripostar la agresión, y el 4 de diciembre expulsaban del campo de batalla al último batallón dispuesto para esa empresa. Fue esa la última ofensiva planificada y ejecutada por el alto mando castrense.

Ante el descalabro sufrido por la tiranía, el Che comenzó a planificar, con la participación de todos los grupos rebeldes, la contraofensiva rebelde a tenor con el desarrollo general de la guerra. Para su ejecución, debió sellar la unidad con las fuerzas de las organizaciones que operaban en la zona.

Fue así como, bajo el estampido de las bombas lanzadas por la aviación, fue firmada el 1ro de diciembre una declaración de unidad entre las fuerzas del M-26-7 y el Directorio Revolucionario, conocido con el nombre de Pacto del Pedrero. Ocho días después el Partido Socialista Popular (PSP) se adhería a esta alianza, y el 12 de diciembre firmaba con el Segundo Frente Nacional del Escambray un nuevo pacto, que daba a conocer las bases de un grupo de acuerdos entre las dos fuerzas rebeldes, destinado a la formación de un «frente único».

A partir de la derrota de la ofensiva batistiana y con el refuerzo del armamento arrebatado al enemigo, la columna liberó a Fomento el 18 de diciembre, con lo cual se daba inicio a la Campaña de Las Villas, itinerario guerrillero continuado en Cabaiguán y Guayos, y que no culminaría hasta la toma de Santa Clara.

Fuentes

  • Arcadio Ríos. Hechos y personajes de la Historia de Cuba. Recopilación Bibliográfica. La Habana, 2019. 320 p.
  • Juan Antonio Borrego. ¿La ofensiva de El Pedrero o el cementerio de Lázaro? Periódico Granma, 10 de diciembre de 2018.
  • Ernesto Guevara de la Serna. Pasajes de la guerra revolucionaria. Cuba 1959-1969. Edición anotada. Editora Política. La Habana 2004.