Palacio de Villena

Palacio de Villena (Valladolid)
Información sobre la plantilla
Obra Arquitectónica  |  (Palacio)
Palacv.jpg
Descripción
Tipo:Palacio
Estilo:Renacentista
Localización:Valladolid
Datos de su construcción
Inicio:siglo XVI
Otros datos
Arquitecto(s):Francisco de Salamanca

Palacio de Villena.es una resistencia aristocrática construida para D. Antonio Velasco y Rojas a mediados del siglo XVI y situada frente al Colegio de San Gregorio.

Historia

Es un palacio de la ciudad de Valladolid cuya construcción se inició a mediados del siglo XVI. Se encuentra situado a un lado de la Plaza de San Pablo. El edificio palaciego fue encargo de Antonio de Velasco y Rojas y su esposa Francisca de Silva a Francisco de Salamanca, renombrado arquitecto de la época, pues fue el responsable de reconstruir la Plaza Mayor de Valladolid. El emperador Carlos V pernoctó en numerosas ocasiones en este palacio, que se encuentra muy próximo al palacio de Pimentel, donde nació su hijo, Felipe II. En la actualidad, el palacio se integra en el complejo que alberga el Museo Nacional de Escultura, situándose justo enfrente de su sede principal, el Colegio de San Gregorio. Concretamente, alberga la Biblioteca, la Sala de conferencias, los talleres de restauración, el depósito y el Belén napolitano. Tras sucesivas herencias, la propiedad del edificio recayó en la esposa del marqués de Villena en el siglo XVIII (motivo por el que se conoce la casa con ese título) y posteriormente, en los duques del Infantado, el marqués de Casa Pombo o los marqueses de Alonso Pesquera, quienes la vendieron finalmente al Estado en 1919. Desde entonces y hasta 1982 el palacio sirvió de sede al Gobierno Civil.

Descripción

El edificio presenta una gran similitud en su patio y escalera principal con otra obra realizada también en Valladolid por el arquitecto Francisco de Salamanca, el Palacio Butrón.

La escalera es de grandes proporciones y conserva tanto el artesonado primitivo como la cantería enteramente labrada, destacando el espléndido arco de entrada. Los torreones de los ángulos no pertenecen a la traza original del edificio, sino que fueron encargo del marqués de Casa Pombo a finales del siglo XIX, quizás con la intención de emular otros palacios vecinos. A él se debe también la transformación neorrenacentista de la fachada, reordenando los vanos y colocando sobre ellos frontones triangulares y curvos.

El interior conserva el magnífico patio de dos pisos de arquerías en tres de sus lados (como es habitual en los palacios vallisoletanos), con arcos de medio punto soportados por columnas lisas de capiteles jónicos, que le aportan una gran elegancia.

D. Antonio Velasco y Rojas, señor de Villerías (Palencia), Emperador Carlos V, camarero del Príncipe Felipe, del desdichado D. Carlos y consejero de Estado y Guerra (m. 1556), fue quien inició la construcción de sus casas principales levantadas enfrente del Colegio de San Gregorio, siendo su hijo D. Pedro, comendador de Portezuelo (m. 1589), el que concluyera de labrar y edificar la vivienda de esta familia entroncada con los Condestables de Castilla.

Por sucesivas herencias, la propiedad del edificio recayó a mediados del siglo XVIII en la esposa del entonces marqués de Villena, motivo por el que ahora, impropiamente, se conoce la casa con este título, a pesar de que poco después paso a manos de los duques del Infantado, luego al marqués de Casa Pombo, y finalmente, por vía matrimonial, a los marqueses de Alonso Pesquera, quienes la vendieron al Estado en 1919. Desde entonces y hasta 1982 el palacio sirvió de sede al Gobierno Civil de la provincia.

El autor de la traza del edificio fue el prestigioso arquitecto Francisco de Salamanca (m. 1573), ofreciendo su patio y escalera principal una gran similitud con la casa que éste levantó en la misma ciudad para el licenciado Francisco Butrón. En 1557 los rejeros Francisco Martínez y Llorente de Herreros contrataron las rejas de las ventanas del patio en las que campea la heráldica de los apellidos Velasco y Rojas.

Su zócalo de basamento, esquinas y cuerpo central están enteramente labrados de cantería, contando con un espléndido arco de entrada de grandes dovelas encima del cual se dispuso una ventana adintelada sobre zapatas, similar a otras que existen en la ciudad. Sin embargo el marqués de Casa Pombo, cuyas armas se disponen en la fachada, transformó radicalmente el aspecto original de éste al levantar dos torreones en los ángulos del edificio, tal vez con el deseo de emular otros palacios vecinos, regularizando los vanos de los balcones y ventanas y colocando asimismo frontones triangulares y curvos sobre éstos, con lo que se obtuvo un marcado aspecto neorrenacentista.

Las obras decorativas, de gusto francés, que se hicieron en el siglo XIX así como sus pinturas y papeles pintados desaparecieron cuando el edificio asumió usos administrativos. Sin embargo, el interior conserva sin alteración alguna el magnífico patio, de dos pisos de arquerías en tres de sus lados como es habitual en los palacios vallisoletanos, con arcos de medio punto soportados por elegantes columnas lisas rematadas por capiteles jónicos, y la escalera principal, de proporciones majestuosas, que tampoco ha perdido su artesonado primitivo.

La moderna rehabilitación dirigida por el arquitecto Francisco Rodríguez de Partearroyo ha puesto en valor los elementos originales subsistentes (fachadas, zaguán, patio, escalera y crujía principal), y suyo es también el proyecto de ampliación del edificio llevado a cabo sobre terrenos ocupados antiguamente por las cocheras y caballerizas edificadas por el marqués de Casa-Pombo. El espacio construido resultante se ha acomodado a las necesidades tanto de servicios como expositivas del Museo y su exterior ha recibido un tratamiento que, a la par que armoniza con los edificios vecinos, subraya su carácter singular.

Fuente