Parque de atracciones Tibidabo (Barcelona)

Parque de Atracciones Tibidabo
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 de España
 • Fundación29 de octubre de 1901

El Parque de Atracciones Tibidabo es un lugar emblemático de la ciudad de Barcelona situado en la cima Tibidabo, a 512 m de altura sobre el nivel del mar. Es el parque de atracciones más antiguo de España y el tercero más antiguo de Europa. Está en constante evolución y cada temporada ofrece nuevas atracciones, espectáculos y actividades.

Descripción

Situado en la colina de Montjüic, el Tibidabo es el decano de los parques de ocio de España y en él se concentran un buen número de atracciones mecánicas, modernas y tradicionales, que hacen las delicias de todos aquellos a los que les gusta el riesgo y la velocidad y también de los que prefieren las atracciones más reposadas y familiares. Llegar hasta él en el Funicular, en el Tranvía Blau (desde la Plaza de John F. Kennedy) o en el Tibibus (desde la plaza de Catalunya) es el comienzo de una experiencia de ocio y diversión que no termina hasta que se vuelve a descender la montaña. Entres las atracciones, la Muntanya Russa, la zona de espejos de Miramiralls, el DiDiDaDo, un cine en 4 dimensiones, y un sinfín de actividades para los más pequeños. Una de las zonas más importantes del Tibidabo se llama Camí del Cel, un paseo nostálgico por las atracciones más emblemáticas de años atrás para niños y no tan niños que incluye un museo de autómatas, un trenecito, un precioso carrusel y otras interesantes propuestas.

Los Orígenes e historia del Parque

El nombre

La montaña del Tibidabo forma parte de la sierra de Collserola y es su cumbre más alta (512 m). Con una extensión de 17 km de largo y 6 km de anchura, esta sierra se encuentra situada entre los ríos Besós y Llobregat y forma parte de la Cordillera Litoral Catalana. Collserola es un magnífico paraje natural compuesto por una masa forestal de unos diez millones de árboles, donde habita una gran variedad de mamíferos, reptiles, anfibios, etc. Pero este inmenso espacio considerado hoy uno de los parques naturales metropolitanos más grandes del mundo no siempre ha sido tan apreciado y visitado por los habitantes que lo rodean. Una de las causas fundamentales era su lejanía y falta de comunicación, que lo convirtieron hasta finales del siglo XIX en un espacio prácticamente reservado a excursionistas, pastores o a los habitantes de las pocas construcciones que escondía en su interior. Para encontrar la primera relación de la montaña con Barcelona es necesario remontarse a 1283, cuando el rey Pedro II "el Grande" (Pedro III de Aragón) la señala como uno de los límites de la ciudad. Durante el período medieval se conoce como Puig de l'Àliga (Cerro del Águila), pero no sería hasta el siglo XVI cuando los monjes residentes en el monasterio de Sant Jeroni (San Jerónimo) le darían el nombre con el que hoy la conocemos: Tibidabo, palabra extraída del Evangelio de San Mateo, formada por los vocablos tibi y dabo, que significan "te daré".

Construcción del Parque

En 1886 se edificó en la cima la primera construcción estable, que consistía en una pequeña capilla dedicada al Sagrado Corazón. Dos años más tarde y con motivo de la Exposición Universal, se abrió el último tramo de carretera hasta el Tibidabo, donde se alzaría un pabellón de estilo árabe para alojar a la reina María Cristina durante su visita. Pero el impulso definitivo de la urbanización del Tibidabo sucedería a partir de 1899 promovido por Salvador Andreu i Grau, un intuitivo y emprendedor farmacéutico que deseaba acercar para siempre aquella montaña a los barceloneses, con la creación de un tranvía, un funicular y un gran parque de atracciones.

La sociedad

El 20 de febrero de 1899 se constituía la Sociedad Anónima El Tibidabo, de la cual formaban parte personalidades de la época como los señores Ròmul Bosch i Alsina, Romà Macayà, Francesc Simón, Teodor Roviralta o el mismo Salvador Andreu. Los terrenos adquiridos iban desde el actual paseo de Sant Gervasi hasta la cima del Tibidabo, y entre los diferentes proyectos destacaban la urbanización de la parte baja, con la creación de una ciudad-jardín con una avenida como eje central, y un tranvía y un ferrocarril-funicular que comunicasen con la cima del Tibidabo, donde se instalaría un centro de ocio. Las obras empezaron a mediados de 1900 y con ellas se iniciaba una metamorfosis de la montaña que más adelante la consagraría como un verdadero polo de atracción turística. El 29 de octubre de 1901 se inauguraban la avenida, el tranvía y el funicular (el primero de estas características en el Estado Español, obra del ingeniero Bonaventura Roig). La respuesta de los barceloneses fue entusiasta; por primera vez podían acceder con comodidad y rapidez a la cima de la ciudad y disfrutar de una panorámica excepcional y casi desconocida. Si bien los primeros visitantes correspondían mayoritariamente a la clase elitista, poco a poco el parque se popularizó y surgieron las primeras diversiones, actos y espectáculos, así como cafés y restaurantes.

1900

El 16 de junio de 1900 empiezan las obras de los accesos al parque de atracciones, con un tranvía (conocido popularmente como el Tramvia Blau, el Tranvía Azul) y un funicular. Paralelamente, en la cima las obras continúan, con la explanación y construcción de terrazas y edificios. El 29 de octubre de 1901 se celebra la inauguración oficial de las nuevas instalaciones y, paradójicamente, el funicular es la primera gran atracción del parque dado el carácter innovador en la época de este singular medio de transporte. Ese año también llegan los primeros entretenimientos, como las básculas automáticas y máquinas de venta de postales. La primera década se caracterizará por pequeñas diversiones como Telescopios y prismáticos, Columpios, Tiro Flobert, juegos de bolos, los espejos, autómatas, estación de palomas mensajeras, etc.; así como una gran cantidad de actos de toda clase: Coros de Clavé, bandas militares, orquestas y ascensiones en globo, entre otros. En cuanto a los edificios, se abren el Gran Café Restaurante Tibidabo y el hotel Restaurante Coll, además de la gran sala de fiestas, donde se intenta, sin conseguirlo, abrir algunas dependencias como casino.

1910

Esta década significará el relanzamiento definitivo del Tibidabo como parque de atracciones. Así pues, en 1910 se instala el Carrusel Eléctrico y en 1913 la empresa contrata a una tribu senegalesa, que exhibe sus costumbres, estilos de vida y habilidades. En 1915 el Ferrocarril Aéreo daría entrada a las grandes atracciones y un año después se habilitan algunas salas del parque para ofrecer una exposición temática sobre la primera Guerra Mundial.

1920

Para hacer crecer el imponente panorama que desde el Tibidabo se divisa, en 1921 se emprende la construcción de una gran estructura metálica de 50 m de altura bautizada como la Atalaya y se inician los proyectos para duplicar la capacidad del funicular en vistas a la Exposición Internacional de 1929. En 1924 se facilita la llegada de los clientes al incipiente Hotel Florida mediante un trenecillo que permitía dar un delicioso paseo por toda la cumbre de la montaña. Asimismo, en 1925 se vuelve a contratar a una tribu africana, en esta ocasión sería la tribu fulah, procedente de África Ecuatorial, que causaría de nuevo una gran sensación entre los visitantes. En 1927 se inaugura el primer monumento en homenaje al fundador, el Dr. Andreu, y al año siguiente, el Avión. En ese momento el parque ya es conocido en todas partes y la revista Barcelona-Atracción no duda en calificar al Tibidabo de octava maravilla.

1930

El Parque y la Guerra

En esos tiempos de deterioro social hasta llegar a los acontecimientos de 1936 y a la posterior dictadura, el parque intenta ofrecer pequeñas novedades como el Golf Miniatura o los coches de baterías. El estallido de la guerra provoca la colectivización del parque y causa algunos desperfectos, en general poco importantes.

1940

El resurgimiento del Parque

Durante los años de posguerra se restablece la "S.A. El Tibidabo", con la familia Andreu al frente, que dedicará sus esfuerzos a ampliar la superficie del parque, a arreglar sus jardines y a crear nuevas atracciones. Durante esos años se reforman el Gran Café Restaurante Tibidabo y el Hotel Coll, que se convierte en "La Masia". En 1947 se empiezan a celebrar las verbenas de verano con un gran éxito, y en 1948 se abre el laberinto de cipreses, la primera atracción después de la Guerra Civil.

1950

La época dorada del Parque

En 1951 se inaugura el Teatro Infantil, un escenario de vida efímera pero que fue considerado uno de los mejores de Europa, y prosigue la expansión y ajardinamiento de la parte baja. El parque vivirá una época dorada, con mejoras importantes como la reforma integral del viejo funicular en 1958. A esta década corresponde, también, la creación de numerosas atracciones como el Teleférico, las Ollas Volantes, el Tren Miniatura (réplica del primer ferrocarril Barcelona-Mataró), los coches eléctricos, la Casa de las Sorpresas, el Castillo Encantado, etc., sin olvidar la creación en 1959 de los gigantes del Tibidabo: Doña Atalaya y Don Avión

1960

El Paraíso de los niños

El parque acentúa su carácter familiar y se conoce con el sobrenombre del "Paraíso de los niños". Los numerosos intentos de contar con unas montañas rusas se harían realidad en 1961, y en las explanadas del parque aparecen nuevas atracciones como la Rueda Panorámica, Autos de Choque, Platillos de Combate, el Girasol, el Juego de Café, etc. Entretanto, los espacios interiores también ven aumentar su oferta con atracciones de recorrido como Tontilandia Express, el Palacio de la Luz, con sus espejos cómicos, o el Tibicar.

1970

Una década "sobre ruedas"

En 1970 se amplía el parque con nuevas terrazas donde se abren el circuito Indianápolis de Karts y también, años más tarde, el restaurante La Miranda. Otras atracciones irían apareciendo sucesivamente, como los Caballitos, la Casa de Cristal, la Tralla, Mini-Autopista o el Scalextric. A fin de paliar el problema del aparcamiento, en 1978 se construye un aparcamiento con capacidad para 500 coches. Finalmente, en 1979 se adapta el Tramvia Blau nº 4 como tienda de recuerdos en la entrada principal y aparece la primera mascota, una simpática bruja llamada "Pirula".

1980

Innovación permanente

Esta década se caracteriza por una modernización de las instalaciones y cambios constantes, y se incorpora al parque gran cantidad de atracciones, como un Supertobogán y su remonte Trans-Móvil, Cine 180, la Noria(Panorámic), Súper Barca-Choque, Tibi-Trenes Camas Elásticas, Billagolf, Setidabo, Nave Cósmica, Twister, Moto Schoppers, etc.; así como emocionantes espectáculos acrobáticos, la creación del Museo de Autómatas o una gran exposición de serpientes venenosas. Por otra parte, a partir de 1986 el parque se valla y se pasa a cobrar entrada, hasta entonces gratuita, a la espera de una gran reforma que llegará a partir de 1988 con la compra del parque por parte del empresario Javier de la Rosa, quien más adelante creará el holding Grand Tibidabo. Al año siguiente se emprende una reforma integral, con la eliminación de algunas atracciones y la incorporación de otras nuevas. Así pues, abría en 1989 un nuevo Tibidabo con el sobrenombre de "La Montaña Mágica" y con el Diábolo, el Piratta, el Carrusel de dos plantas o el Aladino, como diversiones estrella del recinto.

1990

100 años provocando sonrisas

El parque también mejora los servicios de restauración y sigue aumentando el número de atracciones: el Tibidabo Express, Alaska, el Castillo Misterioso, Aeromágic, Barkitos, Hurakan, la Mina de Oro, etc.; espectáculos como el Marionetarium o el Pasaje del Terror (actual Krüeger Hotel); o fiestas anuales como "Un Verano sin Barreras", "La canción de Paz", etc.; así como dos nuevas mascotas: Tibi y Dabo. A pesar de todo, a finales de los noventa la empresa sufre una larga crisis, tanto de gestión como económica, que hace peligrar su existencia y provoca incluso el cierre del parque durante algunos períodos del año. La situación se va haciendo insostenible hasta producirse la quiebra de la sociedad en 1999, año en que paradójicamente se celebra el centenario de la fundación del parque.

2000

Se inaugura el "Camí del Cel, área panorámica del Parque

El 27 de enero de 2000 la Tresorería General de la Seguridad Social (TGSS) ejecutó los embargos sobre determinados terrenos, edificaciones e instalaciones de la Sociedad, a través de subasta pública. El 11 de febrero de 2000, la TGSS ejerció el derecho de tanteo sobre los bienes subastados, adjudicándoselos a su favor. Con fecha 22 de febrero de 2000, la TGSS y el Ayuntamiento de Barcelona subscribieron un Convenio sobre la compraventa de los bienes ejecutados en la Sociedad. A pesar de las vicisitudes, se añaden cinco atracciones infantiles a la oferta del parque. A partir de 2002 se empieza el estudio del futuro Tibidabo, con proyectos innovadores y creativos para todos los públicos. De este modo, en el año [[2004] se pone a disposición de los visitantes el pase Tibiclub, se mejora cualitativamente la accesibilidad con nuevos ascensores panorámicos y se abre la primera atracción de Caída Libre de Cataluña, a la cual seguirían otras atracciones como los Globos, el cine en 4D (llamado Dididado) o la reciente y espectacular Montaña Rusa, única en Europa. Asimismo, en el año 2007 se reforma el funicular y se recupera la zona superior del parque como zona de libre acceso, y se amplían sus límites hasta el Hotel La Florida. En este espacio, ahora llamado "Camí del Cel", se incluyen el recuperado monumento al Dr. Andreu (retirado en 1996) y nuevas propuestas de ocio, como por ejemplo un teatro infantil, toboganes o el Edificio "Cel", una sala donde se proyecta la historia del Tibidabo.

Parque de atracciones del Tibidabo hoy

El Tibidabo es un lugar mágico y emblemático de la ciudad deBarcelona, un parque de atracciones centenario, renovado y moderno, que respeta el pasado, valora el presente y avanza hacia el futuro. El Parque de atracciones del Tibidabo ofrece diferentes opciones de visita: desde pasear por el Área Panorámica hasta disfrutar de todas las atracciones del Parque.

Curiosidades

  • L'Embruixabruixes, anteriormente llamada Aeromagic, es la atracción más antigua que queda en el parque. Las vías y los túneles datan de 1915, aunque el recorrido ha sido remodelado en diversas ocasiones.
  • L'Avió acelera y frena mediante su propia hélice. La grúa únicamente lo sujeta, sin impulsarlo de modo alguno.
  • Para dar paso a la actual Muntanya Russa a finales de 2008 se eliminó el Transmòbil, un remolcador que comunicaba el nivel inferior con el superior. En enero de 2009 también se retiró la antigua Montaña Rusa, situada en la Plaça dels Somnis.
  • La Talaia tiene una altura de 50 metros, con lo que eleva a sus visitantes a 552 metros sobre el nivel del mar, atracción del 1921.
  • El autómata más antiguo del Museu d'Autòmats es "El payaso mandolinista", fabricado en el año 1880.
  • Walt Disney afirmó que el Parque de Atracciones Tibidabo fue uno de los lugares más mágicos en los que había estado, hecho que hizo que se inspirara en él cuando ideó sus propios parques temáticos. Además, en 1957 quiso comprar la colección de autómatas de Tibidabo con un cheque en blanco, pero la empresa se negó a venderlos.
  • Muntanya Russa, La Mina d'Or, TibiCity y Alaska son las atracciones del parque que incluyen servicio de fotografía de recuerdo.
  • En el Marionetarium se conservan y animan los títeres de la Compañía de Marionetas Herta Frankel, protagonistas de los primeros años de RTVE. Hasta inicios de 2015, en la Exposición Animada se exhibían más de seiscientas piezas de la colección, que incluye una gran variedad de formas y técnicas que se distinguen en diversos tipos característicos: máscaras, sombras, marionetas, títeres de guante, títeres de varilla y teatro negro. Estas piezas han sido construidas por grandes maestros europeos de los últimos setenta años como los españoles Lluís Fontanet, Regino Mas y Elvira de Loyzaga; los alemanes Harro Siegel, Irmgard Sturm y Fritz Herbert Bross; el checo Zdeněk Podhůrský o el francés Georges Lafaye. Actualmente el espacio de esta exposición es ocupado por la Sala CREATIBI by LEGO® Education.
  • L'Avió fue descolgado de su grúa por primera vez el 31 de enero de 2016, para su restauración tras 88 años de funcionamiento.

Fuentes