Pepe Chepe

(Redirigido desde «Pepe Chepe Hernández León»)
Pepe Chepe
Información sobre la plantilla
Pepito c.jpg
NombreJosé Manuel Hernández León
Nacimiento14 de enero de 1924
ciudad de Pinar del Río,
República de Cuba Bandera de Cuba
Fallecimiento13 de marzo de 1957 (33 años) 
ciudad de La Habana,
República de Cuba Bandera de Cuba
Causa de la muerteasesinato
Nacionalidadcubana
Otros nombresPepito Chepe,
Pepe Chepe,
El Zurdo Chepe
Ciudadaníacubana
PadresJosé Hernández Placencia y Ana Luisa León Gonzáles
FamiliaresAna Rosa, Felicia, Estela, Zaida, Luisa, José Luis (hermanos) y Artemio (medio hermano).

José Manuel Hernández León, más conocido como Pepe Chepe (Pinar del Río, 14 de enero de 1924 - La Habana, 13 de marzo de 1957), fue un admirador y estudioso del ideario martiano, participó en las actividades revolucionarias por el Movimiento 26 de Julio.

Síntesis biográfica

Primeros años

Hijo de una familia humilde su padre José Hernández Placencia y su madre Ana Luisa León Gonzáles. En Pinar del Río, su pueblo natal transcurre su niñez, donde cursa sus primeros estudios y se gradúa de Bachiller. Luego se traslada a La Habana e ingresa en la escuela de medicina donde matriculó gracias a los esfuerzos de su familia y fundamentalmente de su padre. Aquí se incorpora a las actividades revolucionarias afianzando su pensamiento político-revolucionario e inicia sus luchas por derrotar la dictadura batistiana.

Nació en el seno de una familia humilde. Su padre José Hernández Placencia, era chofer de una rastra de gasolina de la compañía estadounidense Sinclair. Su madre Ana Luisa León Gonzáles, ama de casa.

Residía la familia en la finca Garmendía ―anteriormente Hato Garmendía―, ubicada en el km 2 1/2 de lo que hoy se conoce como la carretera central. La finca tenía alrededor de tres caballerías de tierra, las cuales se sembraban de tabaco, maíz y cultivo varios, y además se dedicaban a la cría de ganado vacuno y porcino, lo que servía de sustento a la familia, unido al trabajo que desempeñaba el padre.

Pepito, como cariñosamente le llamaron, fue el primogénito de la familia, que también integraron cinco hermanas hembras y dos varones. Sus hermanas se llamarían Ana Rosa, Felicia, Estela, Zaida y Luisa (conocida por Chacha). Sus hermanos fueron José Luis y Artemio, que fue su medio hermano.

Probablemente el padre haya sido la influencia principal en el desarrollo posterior de los ideales de José Manuel, pues este se manifestaba contra las injusticias, luchaba contra la dictadura de Machado, y desarrollaba actividades desde su puesto como secretario general del sindicato del petróleo y sus derivados, así como del sindicato de chóferes de alquiler.

Pepito Chepe fue un niño normal, saludable, mas bien dócil. Curso estudios primarios en la escuela Antonio Maceo]] (hoy conocido como ESBU Tomás Orlando Díaz). Fue en esta etapa de su vida donde comenzó a mostrar interés por dos actividades específicas: la pesca y el béisbol.

Fue también por estos años que se convirtió en fervoroso admirador y estudioso del ideario martiano, tomando y anotando constante frases de su obra en cada cuaderno de notas que tenía. Sus compañeros mas allegados fueron, el doctor Martín Álvarez Alarcón y el médico dominicano doctor Felipe Maduro Sanabria.

Trayectoria revolucionaria

Una vez en La Habana se incorpora a la FEU. Su natal disposición a relevarse contra el despotismo, sus dedicadas lecturas de Martí que le permitían memorizar pasajes enteros de los escritos del Apóstol, hicieron que cuanto le conocían, estimaran como lo más natural y lógico del mundo, el hecho de que militaran en la ortodoxia bajo el liderazgo de Eduardo Chibás, pues sus puntos de vista auguraban un futuro de justicia social.

El golpe de estado de los militares encabezados por Fulgencio Batista en Marzo de 1952, lo sorprende inmenso en su estudio, pero no por eso deja de irritarle la barbarie que se cometió contra nuestro pueblo.

Influenciado también por los sucesos del Moncada se incorpora al movimiento 26 de Julio, y a las actividades de la lucha clandestina en Ciudad de La Habana, atendiendo a heridos en las huelgas contra el gobierno imperante.

Sus actividades revolucionarias de alguna manera relacionaban a su familia y a la célula del Movimiento 26 de Julio, que radicaba en la gasolinera TEXACO, ubicada frente a su casa en Pinar del Río, por lo que este lugar se convierte en testigo de la preparación, cuidado y control de parte del armamento y explosivos que se utilizaban para cambiar la dictadura batistiana. La familia fue conocida en sus acciones en el movimiento, por compañeros que mantuvieron contacto con él en el proceso insurreccional, no porque realmente Pepito se los diera a conocer en algún momento.

En 1956 encontrándose en La Habana, como parte de su trabajo en el movimiento, le pide a su hermana Estela que le averigüe quien era el Tenientico (refiriéndose a Manolo Nogueira), cosa esta que ella cumple. Con Yeyo Morales y Naranjo, que trabajan en el garaje situado frente a la casa donde residían, conoció Estela que el Tenientico era hombre de fiar y lo comunicó por telegrama en clave a su hermano. Es así como Estela conoce con seguridad los trajines revolucionarios de su hermano, pero este le pide silencio y discreción.

Con estos ideales ingresa en el Instituto de segunda enseñanza, ubicado donde se encuentra hoy la ESBU Rafael Ferro Macías en el año 1939. Allí forma su vocación por la medicina, pues la había heredado de su padre, que siempre había querido ser medico, y al ver la motivación de su hijo veía realizado su más anhelado sueño. Durante su etapa de estudio del bachillerato integra el equipo de pelota del centro, actuando como lanzador. Cuentan sus conocidos y familiares que desempeñaba muy bien esta función. Es aquí cuando se le conoce como el nombre de el Zurdo Chepe.

Como todo joven se sentía atraído por la música, mostrando una predilección especial por la Argentina, los tango de Gardel. No era buen bailador, pero era divertido, entusiasta y le gustaba disfrazarse en los bailes a los que asistía. Por estos años conoce a la que sería su novia de por vida: Zoila Rodríguez.

Su padre para costear la carrera de medicina en La Habana, vende una vaquita, que unidos a otros ahorros le permitieron pagar la matricula, las primeras mensualidades, los libros y la casa de Huéspedes a José Manuel. Ya para entonces Pepito mostraba la fogosidad y rebeldía que lo acompañarían para toda su vida.Fue aproximadamente en año 1948 que fue a cursar sus estudio en la escuela de medicina en La Habana, gracias a los esfuerzos de su familia y fundamentalmente de su padre.

Cuando inicia los estudios de medicina conoce en el Hospital Calixto García al doctor Carlos Ramírez Corría, neurocirujano de fama internacional, de quien se convertiría en ayudante durante toda su carrera y quien lo ayudaría muchísimo durante toda su vida, no sólo espiritualmente sino también materialmente. Con el doctor comienza a realizar su primera práctica en la Sala de Archivo: Neurocirugía del mencionado hospital.

Cuando se encuentra atendiendo al revolucionario Heriberto Homedo que había sido conducido allí por Faure Chomon, José Manuel le pregunta que si piensan proseguir la lucha, y Faure le responde que la lucha no parará hasta que no se derroque el tirano. Pepito Chepe le plantea su interés de incorporarse junto a ellos en las acciones del ataque al palacio y Faure le dice: «Sí, vamos».

En este instante en que José Manuel terminaba de curar al herido, sale del hospital hacia su casa de huéspedes que quedaba cerca. Allí se encuentra con Andrés Orta Pagés que al parecer quería participar en acciones posteriores al 13 de Marzo, y para apoyarlas le pregunta por el maletín de armas, Pepito le responde que el maletín se encuentra en el hospital bien guardado. Orta Pagés le comenta la necesidad de ellas. José Manuel le plantea que no se preocupe que enseguida las trae.

En este momento Andrés Orta insiste en acompañarlo, Pero José Manuel se opone, alegando que él no levantaría sospechas si entraba al hospital sólo en busca de las armas, pues él trabajaba allí, y la presencia de Andrés sí llamaría la atención, así logra convencerlo de lo riesgoso e innecesaria que sería su participación en el traslado del maletín.

Existía una versión de los hechos que sus familiares no han logrado confiar del todo, debido a que lamentablemente, la persona que podía haberlo hecho era el médico dominicano compañero de Pepito: Dr. Felipe Maduro Sanabria quien fue asesinado años mas tarde de los sucesos del 13 de marzo en la ciudad de Santo Domingo (República Dominicana).

En esta versión, el encuentro entre José Manuel y Andrés, se produce porque Pepito, al conocer que José Antonio Echeverría estaba herido mortalmente y se encontraba desangrándose en la esquina de L y Jovellar, toma una ambulancia y se dirige hacia el lugar donde el líder estudiantil se encontraba. Los bestiales policías que como buitres rodeaban el cuerpo del inolvidable gladiador revolucionario, impidieron que los sanitarios se acercaran. Fue entonces que en uno de esos arranques frecuentes en José Manuel el gritaba: «¡Asesinos!». Su compañero tiene que llevárselo de allí, casi a la fuerza, de regreso al hospital. Sus ropas se encontraban manchadas de sangre de curar a los heridos en el hospital, es por ello que decide ir hasta la casa de huéspedes con el objetivo de bañarse y cambiarse de ropa. Sus compañeros sabiendo que una ola de represión se había desatado en la ciudad tras el fracaso del asalto al Palacio, quisieron evitar que abandonara el hospital, a lo que Pepito respondió cargado de energía y decisión:

«Esto hay que hacerlo y nos enfrentaremos a cualquier situación que fuere menester».

Entre sus compañeros de lucha estuvieron Ramón González Coro, Manuel Nogueiras, Roberto Lamela Font, Enrique Montes de Oca y Andrés Orta Pagés entre otros cuyos nombres no conocemos pues como se sabe la forma en la que desarrollaba la lucha clandestina impedía que los revolucionarios, por las características que tenían las células y las directivas de la dirección del movimiento, no se conocieran entre sí, para evitar que cuando fueran tomados prisioneros, las torturas a las que eran sometidos no les obligaran a delatar a sus compañeros de lucha.

Sucesos del 13 de marzo de 1957

Pepe Chepe

Su trabajo en el movimiento debía cumplir diversas misiones y una de ellas fue la de guardar un maletín de armas que le fuera entregado por el compañero Andrés Orta Pagés, que era miembro de la dirección del movimiento en Pinar del Río y que había salido de esta provincia porque al estar comprometido con la causa, era perseguido constantemente por las autoridades, tal era así que tenía que usar enmascaramiento y cifrases para cambiar su apariencia personal, y así poder entrar y salir de Pinar del Río más fácilmente y no ser tomado prisionero.

Su última visita a la familia la realiza el 14 de enero de 1957, día de su cumpleaños, cuando comparte con todos sus hermanos y pasan un día muy agradable. Unos 20 días antes del 13 de marzo su padre lo visitó en la casa de huéspedes en San José # 1268 donde residía. Allí trató de convencerlo, de disuadirlo para que abandonara sus acciones revolucionarias por lo peligroso que estas eran, logrando solo un enérgico rechazo del joven.

Aquel 13 de marzo su hermana Estela pasó todo el día muy preocupada, intranquila, pues ella, que conocía las actividades revolucionarias de su hermano, al escuchar la noticia de lo que estaba sucediendo sabía que él tenía que estar inmerso, sin embargo no hizo ningún comentario para no preocupar a su familia y no incumplir la promesa que había hecho a su hermano. Pepito que cursaba el último año de medicina cuando se produce el Asalto al Palacio Presidencial y a la Emisora Radio Reloj, comienza a apoyar la acción desde su posición.

Muerte

El 13 de marzo de 1957 a la tarde, Pepito, convencido de la necesidad de recoger las armas para entregarlas a Orta Pagés y de lo peligroso que sería estar en aquellos momentos transitando a pie por las calles, además de considerar que era necesario moverse con rapidez; decidió tomar un auto de alquiler de la piquera de San José, en calle Infanta. Su chofer, nombrado José Cheo Hernández, se dirigió hacia el Hospital Calixto García con su pasajero, una vez allí recogió el maletín con las armas y se dirigió al automóvil, que estaba en la calle Ronda al costado del Estadio Universitario, frente al Hospital Calixto García. Eran entre las 5:00 y las 5:45 de la tarde.

Momento después fue interceptado por los pasajeros del carro perseguidor # 79, correspondiente a los esbirros Jesús de la Caridad, Insua Gonzáles, Carlos Rodríguez Benet y Jesús Valdés Sánchez, los cuales eran matones al servicio del coronel Lutgardo Martín Pérez. Estos lo obligaron a bajarse del auto, al chofer le propinaron un culatazo por la cabeza y no lo mataron porque uno de ellos dijo: «Déjalo que es un chofer de alquiler», después tomaron a Pepito y lo bajaron del auto. Allí, después de insultarlo y atropellarlo, lo instaron a que se virara de espalda y saliera corriendo, para asesinarlo y simular que el hecho pareciera como que huía. Él les responde: «Si me van a asesinar lo hacen, pero de frente a mis asesinos, nunca como un traidor».

Fue entonces que Insua Gonzáles lo encañonó con su ametralladora y comenzó a dispararle. Como muestra de su ensañamiento le dejó 25 perforaciones con orificios de entrada y salida de balas. Una verdadera masacre.

Al día siguiente de su asesinato, los temores de su hermana Estela se hicieron realidad y conocieron los familiares la triste noticia de que a Pepito lo habían matado. Cuando llegaron al Necrocomio donde se encontraba el cadáver de José Manuel (Pepito) ya este había sido identificado por sus compañeros con el # 5 y entonces pudieron apreciar el estado en que se encontraba su cuerpo salvajemente ametrallado. Después lo trasladaron hacia su casa, en Pinar del Río, donde se realizaron las honras fúnebres y su entierro. Cientos de pinareños desde la casa de Pepito Chepe, en el antiguo Hato Garmendía, en la carretera central hasta el cementerio de esta ciudad, solo dejaron oír la respiración blanda y honda, confundiéndose entre miradas de indignación.

Cuando regresan, su padre hace prometer a sus hijos, que encontrarían al asesino de su hermano. Al año siguiente a José Luis, su hermano, lo prendieron por realizar actividades conspirativas contra Batista. Estando cumpliendo su condena en el presidio de Isla de Pinos, conoció a un militar de apellido Bobadilla, que se encontraba en la estación el día de los hechos cuando llega Insua y manifiesta que había matado «a un estudiantico de medicina», vanagloriándose de la acción como si eso fuera un mérito, y diciendo que ahora se iba a ganar un ascenso. José Luis se pone de acuerdo con este oficial para una vez en libertad, buscar al asesino de su hermano.

Una vez en libertad, José Luis toma prisionero a los responsables de la muerte de su hermano, y cumpliendo las palabras de Fidel, no toma la justicia por sus manos como venganza, sino que entrega a los asesinos, para que sea un tribunal revolucionario quien los juzgue.

Justicia Revolucionaria

El jueves 12 de febrero de 1959 se celebró en la Fortaleza de La Cabaña, el juicio contra los acusados Jesús de la Caridad Insua Gonzáles, Carlos Rodríguez Benet y José Valdés, quienes prestando servicios en la sección motorizada de la tiranía de Batista, habían asesinado al joven estudiante José Manuel Hernández León.

Después de varias pruebas presentadas y de escuchar a algunos testigos, Insua fue encontrado culpable de los cargos que se le imputaban, y lo condenaron a la Pena Capital por fusilamiento. Los demás acusados fueron absueltos, al no presentarse pruebas de su participación en el asesinato.

El abogado de Insua presentó recurso de apelación, y se celebró la vista de este recurso en el mes de marzo de 1959 y ante la presencia y participación de nuevos testigos. Finalmente se comprobó, una vez más, la acción cínica del acusado Insua Gonzáles, que nuevamente fue condenado a pena de muerte y ejecutada la sanción horas más tarde.

Con el triunfo de la revolución se llevó a cabo además la construcción de un moderno centro escolar, hoy seminternado que lleva su nombre en el poblado de Las Ovas

Fuentes

  • Biografía de José Manuel Hernández León (Pepito Chepe), elaborada por la Lic. Carmen Lluch Arocha.
  • Bibliográfica tomada en el museo 13 de Marzo de Pinar del Río.
  • «Próceres de Vueltabajo», artículo publicado un 13 de marzo en el sitio web del periódico Guerrillero.