Plato revolucionario ruso

Plato revolucionario ruso
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Plato de porcelana, procedente de San Petersburgo, Rusia, pintado en 1921 d. n. e.

Plato revolucionario ruso. Se trata de un plato de porcelana, procedente de San Petersburgo, Rusia, pintado en 1921 d. n. e. El artista que lo pintó, Mijaíl Mijáilovich Adámovich, transformó una pieza de porcelana imperial en lúcida y eficaz propaganda soviética. En la Rusia de 1921 había una gran necesidad de mensajes llamativos que apelaran a la unidad y la esperanza.

Historia

El siglo XX estuvo dominado por las ideologías y la guerra: dos guerras mundiales, luchas para independizarse de las potencias coloniales y guerras civiles poscoloniales; fascismo en Europa y dictaduras militares en todo el mundo y revolución en Rusia.

La gran competición política, durante la mayor parte del siglo, fue entre la democracia liberal, por una parte, y la dirección estatal centralizada, por otra.

En 1921, el año en el que se pintó este plato, los bolcheviques habían impuesto en Rusia un nuevo sistema político basado en las teorías de clase y la economía marxistas y se proponían construir un mundo nuevo. Los bolcheviques tenían que motivar y guiar a los trabajadores soviéticos con todos los medios de los que dispusieran. Y uno de ellos era el arte.

Plato revolucionario ruso

El diseñador ha explotado la forma circular del plato para intensificar la potencia simbólica de la imagen. En el centro, al fondo, aparece una fábrica pintada de rojo, claramente una fábrica propiedad de los trabajadores vomitando humo blanco, evidencia de una sana productividad, con un motivo de brillantes rayos solares de vivos colores amarillos y naranja ahuyentando a las oscuras fuerzas del pasado represivo.

En una colina, en primer plano, aparece un hombre caminando con paso firme por la parte izquierda de la imagen. También él resplandece, como la fábrica, con una dorada aureola alrededor de su silueta, está pintada de rojo sin ningún detalle, es un hombre joven y que mira hacia adelante con fervor. Representa claramente no a un individuo concreto, sino a todo el proletariado, avanzando hacia el futuro más prometedor que va a crear. A sus pies aparece una rueda dentada industrial, y en la mano lleva el martillo que simboliza a los trabajadores fabriles. En su siguiente zancada va a pisar un trozo de tierra estéril donde yace hecha añicos la palabra KAPITAL, con las letras dispersas sobre las piedras. El plato había sido fabricado veinte años antes, en 1901, y se había dejado sin decoración. El artista que lo pintó, Mijaíl Mijáilovich Adámovich, transformó una pieza de porcelana imperial en lúcida y eficaz propaganda soviética.

Esta imagen del mundo nuevo e igualitario del proletariado está pintada sobre porcelana, un material lujoso históricamente asociado a la cultura y los privilegios aristocráticos. Pintada a mano sobre el vidriado, se concibió para ser exhibida, no para su uso. El plato es festoneado y extremadamente fino, de hecho, era un plato blanco fabricado antes de la revolución que había sobrevivido desde los días imperiales de la Fábrica de Porcelana.

La emperatriz Isabel I había fundado la Fábrica de Porcelana Imperial cerca de San Petersburgo, en el siglo XVIII, a fin de producir una porcelana que rivalizara con lo mejor que podía ofrecer Europa, tanto para su uso en la corte como para disponer de regalos imperiales oficiales.

La pieza es un ejemplo a pequeña escala del modo en que la retórica soviética de ruptura total nunca logró corresponderse con la realidad; dada la velocidad de la revolución, los bolcheviques tuvieron que aprovechar las estructuras existentes allí donde pudieron, de modo que una gran parte de la Rusia soviética siguió reproduciendo el modelo zarista. Tenían que hacerlo así, pero en este caso concreto decidieron hacerlo así deliberadamente. En el dorso del plato aparecen dos marcas de fábrica. Bajo el vidriado, aplicada en el momento en que se hizo inicialmente el plato, está la marca de la Fábrica de Porcelana Imperial del zar Nicolás II, fechada en el año 1901. Sobre el vidriado aparecen pintadas la hoz y el martillo de la Fábrica de Porcelana Estatal Soviética, con la fecha de 1921. Este plato pintado fuefabricado, pues, en dos etapas, con veinte años de diferencia, y en circunstancias políticas asombrosamente distintas.

Acontecimientos

En la Rusia de 1921, el año de nuestro plato, había una gran necesidad de mensajes llamativos que apelaran a la unidad y la esperanza. El país era presa de la guerra civil, la penuria, la sequía y la hambruna; más de cuatro millones de rusos perecieron de hambre. Las fábricas de propiedad obrera como la representada en nuestro plato producían tan sólo una pequeña parte de lo que habían producido antes de la revolución. Eric Hobsbawm considera que el arte tipificado por el plato constituye un indicativo del poder de la esperanza en una situación aparentemente desesperada. El plato contiene lo que uno de aquellos ceramistas denominaba «noticias de un futuro radiante».

El anverso del plato nos muestra la irresistible claridad del inicial sueño bolchevique. El reverso representa el compromiso pragmático, la negociación con el pasado imperial y las realidades políticas y un complejo modus vivendi económico con el mundo capitalista. En términos generales, esa es la pauta que se mantendría durante los setenta años siguientes, cuando el mundo habría de acostumbrarse a la realidad de dos enormes bloques ideológicos, rivales, pero en muchos aspectos interdependientes. El anverso y el reverso de este plato señalan el camino que va de la revolución mundial a la estabilidad de la guerra fría.

Fuentes