Pollo a la francesa
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Pollo a la francesa: Es un platillo delicioso y elegante que puedes preparar para cualquier ocasión. Es muy fácil de hacer. Debes cubrir el pollo con harina y luego dorarlo ligeramente. Después, puedes hacer una salsa con vino y limón. Por último, termina de cocinar el pollo en la salsa.
Origen
El origen del pollo francés se remonta a la cocina francesa clásica, donde se buscaba resaltar los sabores naturales del pollo con ingredientes simples pero sofisticados. La técnica de preparación se basa en rebozar el pollo con una mezcla de huevos y pan rallado para obtener una textura crujiente por fuera y jugosa en su interior. Esta técnica se popularizó en Francia durante el siglo XIX y desde entonces se ha convertido en una parte integral de la cocina francesa.
Ingredientes
- 4 Pechugas de pollo sin piel y sin hueso (aproximadamente 1/2 kilo o 1 1/2 libras)
- Harina multipropósito
- Sal y pimienta
- 4 Huevos grandes
- 3 Cucharadas de agua
- 1/4 de taza de aceite de oliva extra virgen
- 1/2 limón cortado en rodajas delgadas con cáscara
- 1/2 taza de vino blanco seco
- 1 taza de caldo de pollo
- Jugo de 1/2 limón
- 2 Cucharadas de mantequilla sin sal
- 1/4 de taza de perejil de hoja plana picado
Preparación
- Aplana las pechugas de pollo: Coloca cada pechuga de pollo entre dos pedazos de plástico adherente para alimentos. Si tienes un martillo para carne, puedes usarlo para aplanar las pechugas. De lo contrario, puedes usar una botella de vino, una lata de comida, una sartén o una olla.
- Empieza a aplanar desde la parte más gruesa del pollo. Por lo general, estará cerca del centro. Hazlo con golpes suaves, ya que, si lo haces con mucha fuerza, podrías arruinar la carne.
- Avanza desde el centro hacia los lados.
- Aplana cada pechuga hasta que todas tengan un grosor de 1/2 cm (1/4 de pulgada)
- Mezcla la harina con la sal y la pimienta: Coloca la harina en un tazón pequeño. Luego, agrégale un poco de sal y de pimienta. Mezcla todo con un batidor de alambre.
- Prepara una mezcla de huevo batido: Esta mezcla ayudará a cubrir el pollo para cocinarlo. Para hacerla, coloca los huevos en un tazón y bátelos para crear una mezcla uniforme. Luego, agrégale el agua. Por el momento, deja a un lado la mezcla de huevo y la harina.
Cocción del pollo
- Calienta el aceite de oliva: Vierte el aceite de oliva en una sartén grande. Caliéntalo a fuego medio-alto. El aceite de oliva estará listo cuando tenga un aspecto brillante y acuoso. También puedes colocarle un trocito de comida, como un pedazo de ajo o de cebolla; si chisporrotea de inmediato, quiere decir que el aceite está listo para cocinar.
- Cubre las pechugas: Cuando el aceite de oliva se caliente, cubre las pechugas. Primero, cúbrelas con la mezcla de harina. Luego, sumérgelas en la mezcla de huevo batido para cubrirlas también por completo. Deja escurrir el exceso de huevo de cada pechuga antes de continuar con la cocción.
- Cocina las pechugas por dos minutos de cada lado: Coloca las pechugas en la sartén. Mantén el fuego medio-alto. Cocina las pechugas por dos minutos de cada lado o hasta que se hayan dorado de ambos lados.
- No te preocupes si las pechugas no se cocinan por completo, ya que terminarás la cocción después.
Condimentos del pollo
- Cocina el limón, el vino, el caldo de pollo y el jugo de limón: Coloca primero en la sartén las cáscaras de limón. Cocínalas por uno o dos minutos. Cuando emitan un olor fuerte, agrega el vino, el caldo y el jugo de limón.
- Deja que los ingredientes se cocinen a fuego lento por cinco minutos. Esto hará que la salsa se reduzca un poco.
- Agrégale la mantequilla: Cubre la barra de mantequilla con harina. Luego, agrégala a la salsa. Revuelve todo hasta que la mantequilla se haya derretido y la harina se haya mezclado con la salsa.
Termina de cocer el pollo: Reduce el fuego a medio-bajo. Coloca las pechugas en la sartén. Coloca una rodaja de limón sobre cada pechuga. Cocina por completo el pollo a fuego lento, lo cual te llevará aproximadamente dos minutos. Luego, decora el pollo con el perejil antes de servirlo.
- Para asegurarte de que el pollo esté listo, insértale un termómetro en la parte más gruesa. Deberá tener al menos 71 °C (160 °F).
- Si no tienes un termómetro, pincha el pollo. Los jugos que salgan deberán ser transparentes.
