Portal:Panorama Mundial/DE LA PRENSA/2016-01-27

Manifiesto "Un plan B para Europa"

TERCERA INFORMACIÓN 15 de enero de 2016 ESPAÑA

Llamamiento para construir un espacio de convergencia europeo contra la austeridad y para la construcción de una verdadera democracia. Miles de firmas, que van de Marina Albiol y Javier Couso a Teresa Rodríguez y Miguel Urbán entre otros parlamentarios de IU y Podemos. También economistas nobel como Joseph Stiglitz o destacados dirigentes de la Izquierda europea como Jean-Luc Mélenchon y Oskar Lafontaine, sin olvidar a Noam Chomsky o Stefano Fassina... todos llaman a participar en una conferencia europea en Madrid.

(NR: La austeridad neoliberal no es para los ricos, solo es para que los pobres sean más pobres y tengan menos derechos y los ricos sean más ricos y más poderosos)

Yanis Varoufakis*

EN JULIO DE 2015 asistimos a un golpe de Estado financiero ejecutado desde la Unión Europea y sus Instituciones contra el gobierno griego condenando a la población griega a seguir sufriendo las políticas de austeridad que ya habían rechazado en dos ocasiones a través de las urnas. Este golpe ha intensificado el debate sobre el poder de las instituciones de la Unión Europea, su incompatibilidad con la democracia y su papel como garante de los derechos básicos exigidos por los europeos.

Sabemos que existen alternativas a la austeridad. Iniciativas como “Por un Plan B en Europa”, “Austerexit” o DiEM25 (Democracy in Europe Movement 2025) denuncian el chantaje del tercer memorando de entendimiento impuesto a Grecia, el fracaso económico que supondrá y el carácter antidemocrático de la UE. Reconocido por el mismo presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, quien declaró: “No puede haber decisiones democráticas contra los tratados europeos”.

También somos testigos de la respuesta insolidaria (en ocasiones hasta xenófoba), de las Instituciones Europeas y de los Estados Miembros ante la llegada de refugiados procedentes de Oriente Medio y África, y ante el drama humano que ello conlleva. Remarcando la hipocresía del discurso de la UE respecto a los DDHH, que de forma indirecta, a través de la venta de armas o con políticas comerciales, es un actor clave en los conflictos que han provocado las recientes crisis humanitarias.

El régimen de crisis de la UE, iniciado hace ocho años y basado en la austeridad, privatiza los bienes comunes y destruye los derechos sociales y laborales en lugar de hacer frente a las causas iniciales de la crisis; la desregulación del sistema financiero y la captura corporativa de las instituciones de la UE a través de los grandes lobbies y las puertas giratorias. La UE promueve soluciones falsas negociando, con gran opacidad y sin apenas control democrático, tratados de comercio e inversión como el TTIP, el CETA o el TISA, que eliminan lo que consideran barreras al comercio: los derechos y normas que protegen a la ciudadanía, a los trabajadores o al medio ambiente. Es el golpe definitivo a nuestras democracias y al Estado de Derecho, especialmente a través de los mecanismos de protección al inversor.

La actual UE está gobernada de facto por una tecnocracia al servicio de los intereses de una pequeña, pero poderosa, minoría de poderes económicos y financieros. Todo ello ha provocado el resurgimiento del discurso de la extrema derecha y de posiciones xenófobas y nacionalistas en muchos países de Europa. Los demócratas tenemos la responsabilidad de reaccionar ante esta amenaza e impedir que los fascismos capitalicen el dolor y el descontento de la ciudadanía, la cual a pesar de todo ha demostrado solidaridad ante la tragedia humanitaria que sufren cientos de miles de personas refugiadas.

La sociedad ya se ha puesto a trabajar por un cambio radical en las políticas de la UE. Movilizaciones sociales, como Blockupy, la campaña NO al TTIP, el Alter Summit, la huelga general europea en 2012, las Euromarchas, o el ingente trabajo realizado por numerosas plataformas ciudadanas y ONG, suponen un valioso capital humano, intelectual e ideológico por la defensa de los Derechos Humanos, el respeto a la Tierra y a la dignidad de las personas por encima de intereses políticos y económicos. Creemos, sin embargo, que es necesaria una mayor coordinación y cooperación práctica para la movilización a nivel europeo.

Hay muchas propuestas en marcha para acabar con la austeridad: una política fiscal justa y el cierre de paraísos fiscales, sistemas de intercambio complementarios, la remunicipalización de los servicios públicos, el reparto igualitario de todos los trabajos incluidos los cuidados en condiciones de dignidad, la apuesta por un modelo de producción basado en las energías renovables, y reformar o abolir el pacto fiscal europeo – formalmente Tratado de Estabilidad, Coordinación y Gobernanza en la Unión Económica y Monetaria.

El ejemplo de Grecia nos ha mostrado que para hacer frente a la actual coyuntura debemos aunar esfuerzos desde todos los estados miembros y desde todas las esferas: política, intelectual y de la sociedad civil. Nuestra visión es solidaria e internacionalista.

Por estos motivos, queremos generar un espacio de confluencia en el que todas las personas, movimientos y organizaciones que nos oponemos al modelo actual de Unión Europea y consensuar una agenda común de objetivos, proyectos y acciones, con el fin último de romper con el régimen de austeridad de la UE y democratizar radicalmente las Instituciones Europeas, poniéndolas al servicio de la ciudadanía.

Para ello proponemos convocar una conferencia europea los días 19, 20 y 21 de febrero en Madrid, y llamamos públicamente a participar en los debates, grupos de trabajo y exposiciones que allí se organizarán.

Selección en Internet: Inalvys Campo Lazo

  • Economista, profesor y escritor con doble nacionalidad greco-australiana. Fue elegido diputado del Consejo de los Helenos en las elecciones parlamentarias de enero de 2015 por la Coalición de la Izquierda (SYRIZA) y luego nombrado ministro de Finanzas de Grecia del Gobierno de Alexis Tsipras, hasta su dimisión en julio de 2015.


La guerra de los 25 años

RED VOLTAIRE 17 de enero de 2016 FRANCIA

La operación «Tormenta del Desierto», iniciada por Washington después de la caída del muro de Berlín –hace exactamente 25 años– no ha terminado todavía. Esta operación marca el fin del mundo bipolar, el de la Guerra Fría, y el inicio de una era caracterizada por el predominio unilateral de Estados Unidos, predominio que no llegó a su fin hasta el 30 de septiembre de 2015, con el regreso de las fuerzas armadas de Rusia a la escena internacional, en el marco de la operación antiterrorista rusa en Siria. La guerra estadounidense contra Irak se había visto precedida por otra, fomentada por Estados Unidos pero librada únicamente por los iraquíes, contra la Revolución iraní. Al cabo de 35 años de ininterrumpido conflicto, hoy puede verse que la dominación estadounidense apunta, en primer lugar, a impedir el desarrollo de los pueblos del Medio Oriente, lo cual exige la destrucción de sus Estados.

Manlio Dinucci*

El “orden” estadounidense rige el mundo: el 11 de marzo de 2006, el presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, es asesinado en el centro de detención de la ONU en Scheveningen (Holanda); el 30 de diciembre de 2006, Saddam Hussein es ahorcado al término de una farsa judicial; el 20 de octubre de 2011, tiene lugar el linchamiento del líder libio Muammar el-Kadhafi.

Hace 25 años, en las primeras horas del 17 de enero de 1991, comienza en el Golfo Pérsico la operación «Tormenta del Desierto», la guerra contra Irak que abre la fase histórica que hoy estamos viviendo. Esta guerra se inicia en el preciso momento en que, después de la caída del muro de Berlín, van a disolverse el Pacto de Varsovia y la propia Unión Soviética. Esos acontecimientos crean, en la región europea y centroasiática, una situación totalmente nueva. En el plano mundial, desaparece la superpotencia capaz de hacer frente a Estados Unidos.

«El presidente Bush [padre] aprovecha ese histórico cambio», cuenta Colin Powell. Washington traza de inmediato «una nueva estrategia de seguridad nacional y una estrategia militar para respaldarla». La agresión iraquí contra Kuwait, ordenada por Saddam Hussein en agosto de 1990, «proporciona a Estados Unidos la oportunidad de poner en práctica la nueva estrategia exactamente en el momento en que comienza a hacerla pública».

Saddam Hussein, quien se convierte entonces en el «enemigo número 1», es el mismo personaje a quien Estados Unidos había respaldado en los años 1980 durante la guerra contra el Irán de Khomeiny, el «enemigo número 1» de aquel momento, para favorecer los intereses estadounidenses en el Medio Oriente.

Pero en 1988, cuando termina la guerra contra Irán, Estados Unidos teme que Irak, gracias a la ayuda soviética, logre hacerse con un papel dominante en la región. Los estadounidenses recurren entonces a la tradicional política de «divide y vencerás». Obedeciendo al guión de Washington, Kuwait también cambia de actitud y exige el reembolso inmediato de la deuda contraída por Irak. Al mismo tiempo, explotando el yacimiento de Rumaila –a caballo entre los territorios de Kuwait e Irak– Kuwait eleva su producción de petróleo más allá de la cuota establecida por la OPEP, perjudicando así los intereses de Irak, que salía de la guerra contra Irán con una deuda externa superior a los 70 000 millones de dólares, de los que debía 40 a Kuwait y Arabia Saudita.

Ante esa situación, Saddam Hussein cree poder resolver el problema «reanexando» el territorio de Kuwait, que –conforme a las fronteras trazadas en 1922 por el procónsul británico Percy Cox– cierra el acceso de Irak al Golfo Pérsico. Washington hace creer a Bagdad que no tiene intenciones de intervenir en el asunto y, el 25 de julio de 1990, mientras los satélites del Pentágono muestran que la invasión [iraquí] es ya inminente, la embajadora estadounidense en Bagdad, April Glaspie, asegura a Saddam Hussein que su país desea tener las mejores relaciones con Irak y que no piensa interferir en los conflictos entre países árabes. Saddam Hussein cae en la trampa: una semana después, el 1º de agosto de 1990, Irak invade Kuwait.

Después de formar una coalición internacional, Washington envía al Golfo una fuerza de 750 000 hombres, de la que el 70% son estadounidenses, bajo las órdenes del general Schwarzkopf. Durante 43 días, 2 800 aviones de Estados Unidos y sus aliados efectúan más de 110 000 misiones aéreas, lanzando sobre Irak 250 000 bombas, entre ellas bombas de racimo que a su vez proyectan 10 millones de sub-municiones. Junto a las fuerzas de Estados Unidos participan en los bombardeos las fuerzas aéreas y navales del Reino Unido, Francia, Italia, Grecia, España, Portugal, Bélgica, Holanda, Dinamarca, Noruega y Canadá.

El 23 de febrero, las tropas de la coalición (plus de un millón de hombres) inician la ofensiva terrestre, que termina el 28 de febrero con un «alto al fuego temporal», proclamado por el presidente Bush. La guerra cede lugar al embargo, que provoca en la población iraquí más víctimas que la propia guerra: más de un millón de muertos, la mitad de ellos entre la población infantil.

Inmediatamente después de la guerra del Golfo, Washington lanza un límpido mensaje a sus adversarios y aliados: «Estados Unidos es el único Estado con una fuerza, un alcance y una influencia que abarcan en toda dimensión –política, económica y militar– verdaderamente mundiales. No existe ningún sustituto al liderazgo estadounidense» (Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, agosto de 1991).

La guerra del Golfo es la primera en la que la República Italiana participa bajo las órdenes de Estados Unidos, violando así el Artículo 11 de su propia Constitución. La OTAN, aunque no participa oficialmente en esa guerra, pone sus fuerzas y estructuras a la disposición de las operaciones militares. Meses después, en noviembre de 1991, el Consejo Atlántico promulga, en la estela de la nueva estrategia estadounidense, la «nueva concepción estratégica de la Alianza». Ese mismo año se promulga en Italia el «nuevo modelo de defensa» que, en contradicción con la Constitución de la República Italiana, estipula como misión de las fuerzas armadas italianas «velar por los intereses nacionales dondequiera que sea necesario».

Nace así, con la guerra del Golfo, la estrategia que conduce a las guerras que a partir de entonces van a sucederse, bajo las órdenes de Estados Unidos, presentadas como «operaciones humanitarias de mantenimiento de la paz»: Yugoslavia en 1999, Afganistán en 2001, Irak en 2003, Libia en 2011 y Siria desde 2013, guerras acompañadas además, en el mismo marco estratégico, por las guerras de Israel contra el Líbano y Gaza, por la guerra de Turquía contra los kurdos del PKK, por la guerra de Arabia Saudita contra Yemen, por la creación del Emirato Islámico y de otros grupos terroristas implicados en la estrategia de Estados Unidos y la OTAN, por el uso de fuerzas neonazis por el golpe de Estado en Ucrania en función de la nueva guerra fría contra Rusia.

Proféticas, pero en el sentido trágico, han resultado las palabras que el presidente Bush pronunciara en agosto de 1991: «La crisis del Golfo pasará a la historia como el crisol del nuevo orden mundial».

Selección en Internet: Inalvys Campo Lazo

  • Geógrafo y politólogo italiano.


En Oklahoma el gas de esquisto provoca reiterados seísmos

LE MONDE 15 de enero de 2016 FRANCIA

Stephane Bussard*

EN OKLAHOMA, LA explotación del gas de esquisto a través de la técnica de fracturación hidráulica provoca la explosión de numerosos seísmos.

Para los habitantes de Oklahoma se ha convertido casi en una rutina. La tierra tiembla con regularidad. El 6 de enero, dos seísmos de magnitud 4,7 y 4,8 han sacudido la región septentrional de este estado del centro de los EEUU. Los daños han sido de escasa importancia pero han alertado a las autoridades locales. Uno de los movimientos, ocurrido a comienzos de octubre de 2015, tuvo lugar en las cercanías de la ciudad de Cushing, que dispone de un enorme depósito de unos 60 millones de barriles de oro negro y se considera una infraestructura estratégica nacional. En 2015 Oklahoma registró 900 temblores de tierra, es decir dos y medio por día, de una magnitud próxima a 3 grados.

Las predicciones para el 2016 no son mejores… Según el Centro Nacional de Temblores de Tierra del Centro Golden en Colorado. Se llegará a superar la barrera de los mil seísmos. La región central del país solo había registrado 21 seísmos de magnitud 3 entre 1973 y 2008. Desde ese año la magnitud de los temblores de tierra ha sido exponencial. La causa de esta fuerte actividad sísmica es, según la mayoría de los científicos, la fractura hidráulica de las formaciones de gas y petróleo de esquisto y la multiplicación de las perforaciones, aun cuando en 2011 las fallas que recorren el estado de noreste al suroeste originaron el más potente de los seísmos (grado 5,7) que se produjeron en el estado.

A partir de 2008, en Oklahoma, así como en los EEUU, se ha producido un boom petrolero gracias a la revolución de la hidrofracturación y ha beneficiado enormemente las cargas fiscales que genera, a pesar del actual bajo precio del petróleo. El sector petrolero representa el 20% de los empleos del Estado y se le atribuyen el 20% de los creados a partir de 2010.

La fractura hidráulica de los esquistos va siempre acompañada de efectos secundarios. Utiliza considerables volúmenes de agua y de productos químicos que se inyectan mediante perforaciones en las formaciones de esquisto, porque hasta ahora la industria no ha encontrado otra alternativa para estos depósitos “salvajes”. Entre 2009 y 2014 los volúmenes utilizados en la región en especial en la formación del esquisto Precambrin Bassement Rock, aumentaron un 140%, según el International Busines Team, pasando de 68.000 millones de litros a 162.000 millones.

Para los sismólogos no existe ninguna duda, la fracturación hidráulica, que necesita a veces diez barriles de agua por cada barril de petróleo producido, es la causa. Los volúmenes de agua introducidos pueden ocasionar la profundización de las fallas en lugar de acercarlas, explica el US Geological Survey.

Presión de las empresas petroleras

Las autoridades políticas han se han demorado en reaccionar. La gobernadora del estado, la republicana Mary Fallin, en principio negó el problema para luego rendirse a la evidencia de las comprobaciones científicas. Según Blomberg, un científico del Oklahoma Geological Survey, sufrió presiones de las empresas petroleras para que no vinculara la hidrofracturación con los seísmos afirmando que los movimientos se debían a un fenómeno natural. El regulador del sector la Oklahoma Geological Survey tampoco ha dado pruebas de ser independiente conformándose con reducir la cantidad de perforaciones para responder al incremento de quejas indignadas de la población. Entre el regulador y la gobernadora se han tirado recíprocamente la pelota… Finalmente el ente regulador ha terminado por pedir a las empresas petroleras la reducción voluntaria de los volúmenes de agua reinyectados en el subsuelo, mientras que el Oklahoma Geological Survey ha reconocido que la fracturación hidráulica “era probablemente” la causa de los seísmos.

Citado por el New York Times. Daniel Mnamara, geofísico del Centro Nacional de Información sobre temblores de Tierra (National Earthquake Information Center), ha sido categórico sobre los riesgos futuros: “Existen grandes probabilidades de que Oklahoma enfrente una fuerte conmoción”. Los especialistas se refieren especialmente a la falla Edmond, cuya longitud es de 20 km. Tanto para el estado como más ampliamente para los EEUU, las consecuencias podrían ser considerables. Si el complejo de almacenamiento bruto de Cushing se dañara, así como la vasta red de oleoductos, toda la cadena de aprovisionamiento de petróleo quedaría dañada. Las grandes cisternas de esta pequeña ciudad de Oklahoma sirven para el almacenamiento del petróleo procedente de la formación geológica Bakken, en Dakota del Norte, antes de enviarlo a las refinerías instaladas en laa orillas del gofo de México. Recientemente la Oklahoma Corporation Commission ha exigido que se cierren varios pozos en un radio de diez kilómetros alrededor del complejo de Cushing.

Oklahoma no es el único estado afectado por los seísmos inducidos por la actividad petrolera y gasística. California, Dakota del Norte, así como Texas, conocen este tipo de fenómenos. En algunas regiones de Texas se han producido pedidos solicitando detener el “fracking”.

Selección en Internet: Inalvys Campo Lazo

  • Periodista del buró internacional del periódico suizo Le Temps.


Los grandes negocios mandan (y prosperan), mientras que la gente de abajo sufre

PROGRESO SEMANAL 20 de enero de 2016 EEUU

Álvaro Fernández*

EN UNA ERA de negadores del cambio climático, bienestar corporativo que facilita riqueza gubernamental a los pertenecientes al uno por ciento y eleva nuestros impuestos para pagar por ellos, y grupos de presión que garantizan que los de arriba consigan todo y dejen las sobras para el resto, los grandes negocios llevan la batuta en todo Estados Unidos. Lo tomas o lo dejas, se nos dice; así son las cosas.

Hay poco que podamos hacer al respecto, a no ser que descubramos nuevas ideas revolucionarias lideradas por las bases –¡y actuemos! Y no me refiero a revueltas sangrientas, por cierto, sólo que las personas se den cuenta de que los “líderes” electos y sus representantes los están jodiendo, y hagamos algo al respecto.

Nuestra reacción puede considerarse comprensible. Todos estamos ocupados luchando por la vida, asegurándonos de llegar a fin de mes: haciendo que nuestros hijos vayan a la escuela, con dos y tres trabajos para pagar el costo de la vida (que a veces todavía no es suficiente), y una economía del siglo 21 que a veces favorece a los que menos lo necesitan –sencillamente porque nacieron en cuna de oro, viendo cómo sus fortunas crecen mientras que otros luchan. Comprensible cuando se ve lo que pasa en Washington, y el instinto de uno es desconectar y tratar de hacer frente a una situación totalmente en contra de nosotros.

Señalemos dos ejemplos recientes en mi estado natal de la Florida.

Florida Power and Light

La FPL es un monopolio –a pesar de las leyes antimonopolio Sherman y Clayton que lo proscribe. Claro, hay unas pocas diminutas empresas de energía funcionado en la Florida que obtienen el final de la cola (prácticamente los descartes) de un negocio que sirve a casi 20 millones de personas en este estado. Sin embargo, en todo sentido práctico, la FPL domina aquí (con mano de hierro) los servicios de energía.

Su servicio es bueno. No puedo quejarme de la electricidad en casa. Si pago por ella (muy importante) al final de cada mes, tengo mucha electricidad para mis luces, aire acondicionado, electrónica para el hogar y una serie de otras cosas que llamamos necesidades de nuestra vida moderna.

Y la FPL lo hace bien, como debe ser. De hecho, lo hace muy bien. NextEra Energy Inc., la compañía matriz de la FPL, reportó ganancias en el primer trimestre de 2014, por ejemplo, por valor de $359 millones. Según información de The Palm Beach Post en aquel momento, “Los resultados superaron las expectativas de Wall Street…” Curiosamente, se informó que su crecimiento provino de la compañía filial no regulada de energía solar y eólica. El crecimiento y los ingresos en 2015 fueron aún mejores.

Ahora, esta es la cuestión. The Miami Herald reporta que la semana pasada la FPL pidió a la Comisión de Servicios Públicos –que supervisa a las empresas de su tipo y cuyos miembros son nombrados por el gobernador y confirmados por el Senado del estado – que le permita aumentar las tarifas a sus clientes de la Florida. ¿El aumento? Nos quieren empujar un alza de tarifa del 23,7 por ciento en 2019: un aumento de $ 1,3 mil millones. Y aquí viene lo bueno, según ha informado el Herald: “El aumento está… diseñado para recompensar a sus accionistas con ganancias sustancialmente mayores”. En este punto me remito de nuevo a un párrafo anterior, donde menciono a los pertenecientes al uno por ciento. Además, y al igual de mal, el año pasado la FPL gastó $3,4 millones en una campaña (grupos de presión) “para evitar la competencia de la industria de la energía solar, mediante el montaje de un esfuerzo por mantener una enmienda constitucional fuera de la boleta electoral de noviembre que abriría las puertas a un mercado solar competitivo en la Florida”.

El Estado del Sol, y la FPL y sus cabilderos en Tallahassee, no ven que tenga sentido desplazarse a la energía solar mientras están ganando miles de millones en energía impulsada por combustibles fósiles. Un estado con tanto sol, y estamos en la mitad inferior del país en nuestro camino hacia la energía solar.

Pero todo se reduce al hecho de que miles de millones de dólares de ganancias anuales no son suficientes para los accionistas de la FPL.

Los contaminadores ganan en la Florida

En su columna dominical, Carl Hiassen escribe que “el proyecto de ley de política hidráulica, aprobado la semana pasada por la Legislatura de la Florida, es en realidad una gran victoria para los contaminadores y los políticos que poseen”.

“El [nuevo] plan permite a los operadores de la agroindustria controlar la emisión de sus propios residuos, que es una fantasía hecha realidad para los que contaminan, incluyendo los magnates del azúcar”.

Están entregando el gallinero al zorro y esperan que este se controle a sí mismo.

Por otra parte, ¿qué se puede esperar? El estado está dirigido por un gobernador, Rick Scott, quien hace apenas un par de semanas, en su discurso anual del Estado del Estado, “ignoró grandes zonas de la política pública y no mencionó ni uno solo de los problemas que requieren desesperadamente atención en Tallahassee”, dijo un editorial de The Miami Herald. El periódico dijo del gobernador: “… El discurso de Scott la semana pasada debería haber sido llamado del Estado de Negación”.

Mientras hizo caso omiso de los problemas innumerables a los que se enfrentan los floridanos comunes y corrientes, el énfasis de Scott es la economía, pero se centra en recortes de impuestos para las grandes empresas y un fondo de incentivo de $250 millones para atraer a grandes corporaciones al estado. Y mientras que Scott reparte nuestros millones, la Florida está sumida en la pobreza (17mo. a nivel nacional, según la Oficina del Censo; Miami es la séptima ciudad más pobre). Otro factor importante, la Florida es 28vo. en el crecimiento del ingreso. En otras palabras, podemos estar creando puestos de trabajo, pero son empleos que sólo ayudan a que crezca el número de nuestros trabajadores pobres.

Y, sin embargo, a pesar de todo lo que acabo de mencionar (y todo lo que no se ha mencionado), hay cientos de miles de electores norteamericanos que dentro de poco votarán por gente como un Donald Trump –un ejemplo perfecto del lío en que estamos metidos.

Tal vez los electores norteamericanos sean un poco masoquistas. ¿O habremos llegado al punto en el que simplemente no nos importa?

Selección en Internet: Inalvys Campo Lazo

  • Cubano radicado en Miami. Editor de Progreso Semanal