Portal:Panorama Mundial/DE LA PRENSA/2016-04-21

Estados Unidos y sus pesadillas

HISPANTV.com 9 de abril de 2016 IRÁN

Pablo Jofré Leal*

EN UNA MUESTRA constante de su clásica retórica belicista, en un marco internacional de fortalecimiento de potencias opuestas a la hegemonía estadounidense, el secretario de Defensa de EEUU, Ashton Carter, en una conferencia dada el día 4 de abril del 2016 en Washington ante el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales - CSIS por sus siglas en inglés –afirmó que su país enfrenta “cinco desafíos principales”.

Un mundo de enemigos

El CSIS es uno de los más influyentes think tanks del complejo militar industrial estadounidense, creado en el año 1962 ha evolucionado desde estudios relacionados con la energía a los consejos del cómo enfrentar el surgimiento de poderes nucleares, las estrategias petroleras y la guerra de las civilizaciones.

En ese centro, los retos a los que hizo referencia el alto funcionario estadounidense frente a la pléyade de analistas, think tanks, militares y asesores en temas internacionales son: la República Islámica de Irán, Rusia, Corea del Norte, China y el terrorismo lo que obliga, según Carter, a redoblar los esfuerzos.

¿Qué esfuerzos son estos? Principalmente aumentar el presupuesto de guerra de ese país, para reforzar lo que su poderío. Eso implica incrementar los ingentes gastos de un presupuesto que superó el año 2016 los 600 mil millones de dólares, una cifra equivalente al PIB de toda la Federación Rusa.

El altísimo gasto militar de los gobiernos de Estados Unidos – amplificado bajo los dos mandatos del Premio Nobel de la Paz Barack Hussein Obama se justifican en la lógica de mantener la influencia global, dominar el planeta económica y militarmente, incluyendo el espacio exterior, como ha ido el sueño explicitado desde la época del expresidente Ronald Reagan y su Iniciativa de Defensa Estratégica.

La cifra mencionada, no incluye el presupuesto asignado a la CIA y otros organismos de inteligencia estadounidense, que suelen actuar en un marco de severo secretismo y bajo el marco de doctrinas o estrategias de seguridad.

Los desafíos mencionados por Carter que muestran la esencia del establishment político-militar estadounidense son el buscar enemigos para justificar su política hegemónica y si estos no existen entonces inventarlos o magnificarlos.

Esa doctrina se ha expresado en los últimos 30 años bajo la denominada y vigente Ley Goldwater-Nichols –mencionada por Ashton Carter en su Conferencia en el CSIS, como necesaria de reformar a la luz de los nuevos retos y la nueva situación mundial. Esa ley estableció, a partir del año 1987 – bajo el segundo periodo presidencial de Ronald Reagan- la obligación presidencial de presentar al Congreso una Política de Seguridad Nacional, que fuese un documento formal.

Esta Ley, en su artículo N°63 estableció que “El Presidente eleve al Congreso cada año un informe completo sobre la Estrategia de Seguridad Nacional de los EEUU; será presentado en la misma fecha en la que eleva el presupuesto para el próximo año fiscal, en éste expondrá la Estrategia de Seguridad Nacional de los EEUU y contendrá una completa descripción y desarrollo de: 1. Los intereses globales, metas y objetivos de los EEUU, vitales para la seguridad del país.

2. La política exterior, los compromisos en todo el mundo y las capacidades nacionales de defensa necesaria para disuadir agresiones y para implementar la Estrategia de Seguridad Nacional.

3. El empleo en el corto y largo plazo, de los elementos políticos, económicos, militares y otros del poder nacional para proteger o promover los intereses y alcanzar las metas y objetivos del primer párrafo.

4. La adecuación de las capacidades de los EEUU, para mantener la seguridad, incluida una evaluación del balance entre las capacidades de los elementos del poder nacional para apoyar la implementación de la estrategia.

5. Otras medidas que puedan ser de utilidad al Congreso relacionadas con la Estrategia”.

En esencia, esta Ley organizó durante 30 años un Ejército conformado por 1.3 millones de militares y sus relaciones con el poder político y empresarial.

Bajo la influencia del cambio de correlación de fuerzas en el Este Europeo, la zona del Magreb y sobre todo en Asia Central y Oriente Medio, con el reforzamiento de la influencia de la Federación Rusa y la República Islámica de Irán, Carter anunció que la nueva organización a la cual se aspira – estableciendo así una nueva doctrina militar – debe aportar en el reforzamiento de la autoridad del Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas estadounidenses frente a los poderosos comandos regionales situados a lo largo y ancho del planeta. Entre ellos, el situado en Oriente Medio y el Cuerno Africano signado con el nombre de USCENTCOM.

El pretexto del combate a Daesh le ha venido como anillo al dedo a Ashton Carter, quien afirmó “El combate contra el grupo terrorista de EIIL -Daesh en árabe- viene demostrando que los comandos de Medio Oriente, Europa, África y de las Operaciones Especiales deberían coordinar más que nunca sus esfuerzos"

Estados Unidos y sus delirios

Hasta el fin de la Guerra Fría, los estrategas del Pentágono, en una suerte de pesadillas recurrentes anunciaban a los cuatro vientos que “el mundo libre” estaba amenazado por los denominados rogue regimes - regímenes parias o Estados canallas del Tercer Mundo - definición que surge bajo el gobierno republicano de Ronald Reagan al hablar de Outlaws States – Estados proscritos o fuera de la ley – que se consolida como definición de Estados canallas, parias o rogue regimes bajo la presidencia de Bill Clinton entre los años 1993 al 2001 – al definir más certeramente el concepto y elaborar una lista de países, que según esta administración, caían en esta conceptualización: Corea del Norte, Irak, Libia, Irán. La definición y el listado aparecieron en un artículo de Anthony Lake, Consejero de Seguridad Nacional en la Revista Foreign Affairs del año 1994. Posteriormente se sumaron a esta lista: Afganistán, Sudán, Serbia. Algunos de ellos dejaron de pertenecer a la lista al invadirlos, saquearlos y dejarlos convertidos en Estados fallidos, cambiando gobiernos por regímenes títeres y sumisos a sus mandatos.

Desde finales de la década de los noventa del siglo XX, han sido cada día más numerosos los expertos militares que alertan a la administración estadounidense de la hipotética manifestación y lo que pueda deparar la aparición de un Peer Competitor -oponente de potencia comparable-. Es decir, un Estado con la fuerza suficiente, para enfrentarse a Estados Unidos con posibilidades casi iguales de derrotarlo en distintos campos, no solo en lo militar.

Esa es la peor pesadilla de republicanos, demócratas, halcones y palomas. Delirio que en estos días el secretario de Defensa Ashton Carter se encargo de verbalizar, afirmando que esos países representan el desafío mayor que enfrenta su país pero, al mismo tiempo, en una manifestación tan provocadora como hipócrita, situó a estos países junto al desafío del terrorismo.

El profesor de Relaciones Internacionales del Hampshire College, autor del ya clásico ensayo político-militar La Nueva Estrategia Militar de los Estados Unidos, Michael Klare sentenciaba a inicios del año dos mil, que ese Peer Competitor todavía no existe -aunque se visualizara bajo el nombre de China y/o Rusia- pero la eventualidad de su aparición ha modificado las perspectivas estratégicas de Estados Unidos.

"La política oficial en ese plano ha cambiado, pues si hasta fines de la administración de George W. Bush la prioridad era mantener una fuerza militar suficiente, para llevar a cabo y ganar simultáneamente dos "grandes conflictos regionales": uno de ellos en el Golfo Pérsico -claramente especificado contra Irán- y el otro en Asia -contra Corea del Norte- hoy los nuevos enemigos”

Para el imaginario bélico estadounidense esos antagonistas se han multiplicado y ello implica aumentar el gasto militar, incrementar las acciones de desestabilización contra estos gobiernos considerados por Carter como “el nuevo desafío para Estados Unidos”, generar situaciones de inestabilidad y sumar a sus socios en medidas coercitivas, bloqueos, sanciones y una lucha, en principio indirecta, para luego actuar militarmente bajo la doctrina del Leading From Behind – el actuar desde atrás- donde los que pagan las facturas son los socios involucrados en guerras de agresión y acciones de socavamiento de gobiernos que le son incómodos a Washington.

La República Islámica de Irán, además de Corea del Norte siguen siendo considerados blancos y enemigos de las estrategias de dominación de Washington pero, agregando nuevos nombres, sobre todo tras el derrocamiento de la Libia de Muamar Gadafi y el cambio en la correlación de fuerzas en la zona del Magreb, revelándose con mayor nitidez tras los hechos desencadenados en Ucrania a partir de febrero del año 2014, cuando fuerzas ultranacionalistas apoyadas por Washington derrocan al presidente en ejercicio Viktor Yanukovich e instalan un régimen proeuropeista, actualmente presidido por Petro Poroshenko, quien siguiendo los dictados de Washington y la OTAN, ha desencadenado un conflicto en la región del Dombás – Sudeste Ucraniano – Desde ese momento Rusia deviene en una amenaza dada a conocer por todos los medios y organismos.

En el pacífico, Estados Unidos pretende dominar las aguas chinas, con la idea de ejercer un poder coercitivo latente sobre Pekín y los otros Estados de la región, como lo hacía antes la Marina británica. Los asesores del Pentágono defendieron mucho tiempo esta política, proclamando que la ventaja singular de Estados Unidos residía en su capacidad de controlar las principales vías marítimas mundiales, una ventaja de la que no goza ninguna otra potencia.

La administración Obama adoptó también este punto de vista, así expresado durante un discurso en el parlamento australiano en Camberra, en que a pesar de los recortes presupuestarios, aseguró “asignaremos los recursos necesarios al mantenimiento de nuestra presencia militar en esta región mejorando al mismo tiempo nuestra presencia en el sudeste asiático”.

Y así lo hizo, bases, más militares, más presión sobre China y el incremento de la Flota del Pacífico. Ejercicios militares y el desplazamiento de buques de guerra estadounidenses en la zona se han multiplicado. Obama anunció también nuevas decisiones bélicas: la creación de una nueva base en Darwin, sobre la costa norte de Australia, y el aumento de la ayuda militar a Indonesia. La puesta en práctica de este vasto proyecto geopolítico generó, finalmente, en la práctica, una transformación del ejército estadounidense verbalizado por Ashton Carter en el CSIS.

Una transformación que seguirá siendo una amenaza contra los pueblos del mundo y que genera la lógica desconfianza en un país, que ha dado muestras más que suficientes para desconfiar de su política exterior y cuyos líderes suelen despreciar a todo aquel que no se someta a sus dictados. Seyed Alí Jamenei, en una reunión con altos funcionarios del gobierno y el parlamento enfatizó que no se puede confiar en Estados Unidos ni en ciertos países occidentales.

“Estados Unidos es el símbolo de la mala conducta. De los políticos estadounidenses no nos podemos fiar, y aparte de Estados Unidos, hay ciertos países occidentales que son iguales, por lo que debemos confiar en nuestras propias capacidades”, señaló el líder iraní en momentos que la campaña presidencial norteamericana muestra altísimos niveles de agresividad contra países como Rusia, China y el propio Irán.

Selección en Internet: Inalvys Campo Lazo

  • Periodista y escritor chileno. Analista internacional, Máster en Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid.

Obama y sus terroristas aquí en su clear monument de Miami

REBELIÓN 12 de abril de 2016 ESPAÑA

Andrés Gómez*

VIVO EN MIAMI desde el 29 de noviembre de 1960 y hoy tengo 68 años de edad. Llegué a los 13 años de edad con mi familia, como también salieron de Cuba casi 130 mil cubanos aquel año del 1960, producto de los radicales cambios del proceso revolucionario cubano y de las amenazas de guerra por parte de Estados Unidos que se concretaron parcialmente en abril de 1961, cinco meses después, con la invasión por Playa Girón, cuya derrota, en su 55 aniversario la celebrará, en Revolución, el pueblo de Cuba próximamente.

Barack Obama, nació el 4 de agosto de 1961, y no fue en Miami. Por haber vivido tanto años en Miami conozco a fondo a ese “claro monumento” que afirmó Obama que es Miami, “como ejemplo de esperanza para el pueblo cubano, especialmente, los jóvenes,” en su oportuno y muy citado discurso el 22 de marzo pasado en el Gran Teatro de La Habana.

Como otros, mucho he escrito sobre la obra que por más de 57 años los gobiernos de Estados Unidos se han empecinado en construir de una visión de Miami, idílica e irreal, para contraponerla desde el principio de esta larga pesadilla, al magno ejemplo y obra que ha sido la Revolución de los cubanos y las cubanas. Es esta visión virtual, “el claro monumento” que Obama resucita en su discurso en el Gran Teatro de La Habana.

Miami es, señor Obama, por sobre todo, el ejemplo fehaciente de la victoria del pueblo cubano por mantener y desarrollar su proceso revolucionario socialista y así su independencia y su soberanía. Miami es la prueba máxima de la derrota de la contrarrevolución cubana y la de sus amos imperiales por destruir la independencia de Cuba.

Miami, el claro monumento que Obama ofrece al pueblo cubano como la esperanza de su futuro, es donde viven sus terroristas, los terroristas de los gobiernos de Estados Unidos, los que han llevado a cabo actos y planes de terrorismo contra el pueblo de Cuba, cuyas víctimas, los muertos que han causado, han sido hombres y mujeres, muchos, muchos de éstos, jóvenes, señor Obama, a los que usted continuamente incita a que olviden el pasado. Como también niños y niñas, padres y madres, hermanas y hermanos, esposas y esposos, hijos e hijas, amigos y amigas, vecinos y vecinas… y así interminablemente señor Obama. Sin olvidarnos, señor presidente, de sus familiares y amigos que a través de tantos y tantos años de horror han sufrido sus pérdidas y ausencias.

Miles de acciones terroristas cometidas contra el pueblo de Cuba a través de 57 años como resultado de la política de Terrorismo de Estado de los gobiernos de Estados Unidos, el gobierno que usted preside, hermano Obama, como le llamara Fidel, a quien planes terroristas de Estados Unidos han intentado asesinar tantas, tantas, y tantas veces.

Porque esos terroristas que viven o vivieron en Miami, aquellos que han muerto –por muerte natural, debo aclarar, — y los muchos que aún viven, señor presidente, los gobiernos de Estados Unidos desde un principio, me refiero al año 1959, desde dos años antes de usted haber nacido, los comenzó a reclutar, a entrenar, a armar, a financiar, a dirigir, y hasta el presente los protege y les brinda absoluta impunidad.

Porque esos monstruos terroristas, viven hoy libremente, aquí en Miami, su “claro monumento, ejemplo de esperanza para el pueblo cubano, especialmente los jóvenes”, sin preocupaciones de ser llevados ante los tribunales de justicia por sus odiosos crímenes como la ley exige, como la decencia exige, gracias a la protección que su gobierno, señor presidente, les garantiza.

¿Cuántas son las víctimas en Cuba de esa política de terrorismo? De acuerdo a las cifras oficiales han sido 3,478 los muertos y 2,099 los incapacitados físicos. Dado el horror producto de las políticas imperiales de agresión y guerra a otros pueblos durante las últimas décadas quizás no resulte terrible a los lectores el número de cubanas y cubanos muertos y discapacitados a consecuencia de todos estos años de una sostenida campaña terrorista por parte de Estados Unidos.

Fidel lo supo poner en el contexto correcto en un memorable discurso el 6 de octubre de 2001 al recordar a las 73 víctimas del infame atentado, perpetrado por estas mismas bestias, contra un avión civil de Cubana de Aviación el 6 de octubre del 1976.

Explicó Fidel: “Comparando la población de Cuba [el 6 de octubre de 1976] con la de Estados Unidos el 11 de septiembre pasado, es como si siete aviones norteamericanos cada uno con 300 pasajeros a bordo hubiesen sido derribados el mismo día, a la misma vez… Y si estimásemos en la misma proporción de poblaciones las 3,478 vidas cubanas perdidas debido a estas acciones terroristas originadas en Estados Unidos es como si 88,434 personas hubiesen sido asesinadas en Estados Unidos en actividades terroristas, que equivale al número de soldados norteamericanos muertos en las guerras de Corea y Vietnam.”

Interminable y terrible es la vivencia y los resultados de esta vil política estadounidense de Terrorismo de Estado contra el pueblo cubano. Como también, salvando las diferencias, duro lo ha sido para nosotros los cubanos que, también por décadas, hemos defendido a nuestro pueblo en las mismas madrigueras que los monstruos que han ejecutado esta política viven y gozan de la impunidad brindada por Washington.

El próximo 28 de abril se cumplirán 37 años del atentado y muerte, un día después, de nuestro compañero del Comité Nacional de la Brigada Antonio Maceo, Carlos Muñiz Varela, en San Juan de Puerto Rico sin que aún sus asesinos, terroristas miembros de la extrema derecha cubana radicada en Miami y Puerto Rico, hayan sido llevados ante los tribunales para que se haga justicia.

Las autoridades federales encargadas de esos terribles asuntos, el FBI principalmente, señor presidente Obama, son los culpables de que no se haya podido hacer justicia. Se niegan a hacer público las pruebas en su poder que demuestran la culpabilidad de los asesinos.

Pero en Puerto Rico también los familiares y compañeros de Carlos, cubanos y puertorriqueños por igual, dirigidos por su hijo, Carlos Muñiz Pérez, hoy bastante mayor que su padre era cuando en 1979 cayera asesinado con 25 años de edad, y nuestro compañero Raúl Álzaga, no han cesado en su empeño por lograr que se haga justicia a él y a Santiago Mari Pesquera, joven luchador independentista boricua, como recientemente nos lo volviera recordar en un excelente trabajo, nuestro compañero de siempre, Ricardo Alarcón.

¿Entonces, qué, señor presidente? ¿Qué de su ese “claro monumento” que usted mantiene que es Miami, “como ejemplo de esperanza para el pueblo cubano, especialmente, los jóvenes”? ¿Qué de esos miserables, sus terroristas, señor presidente, que siguen libres e impunes por su decisión, no la de otros presidentes, 10 para ser exactos, que gobernaron antes que usted, sino de la suya propia?

Aquí están en Miami, libres y vivos esperando, señor presidente, por su decisión de llevarlos ante los tribunales de justicia como la ley lo obliga. Algunos de ellos son: Félix Rodríguez, Luis Posada Carriles, Pedro Remón Rodríguez, Ernesto Lluesma Pares, Ruperto Pérez Ortega, Frank Castro Paz, Santiago Álvarez Magriñat, Reynol Rodríguez González, Osvaldo Bencomo Robaina, Sergio Ramos Suárez, Armando Ruiz Maceira, Secundino Carreras Bencomo, Ramón Saúl Sánchez, Guillermo Novo Sampol, Antonio de la Cova, Virgilio Paz Romero, Héctor Fabián, José Dionisio Suárez Esquivel y Luis Crespo.

No son muchos los aquí nombrados, señor presidente Obama, es solo una muestra de sus terroristas, pero sí son muchos sus odiosos crímenes.

  • Director de Areítodigital

Selección en Internet Raquel Román Gambino

Lecciones de Panamá

LA JORNADA.unam.mx 13 de abril de 2016 MÉXICO

Alejandro Nadal*

EXISTEN VARIOS MENSAJES importantes en el contenido de los 11.5 millones de documentos de la firma panameña Mossack Fonseca filtrados a los medios. En términos digitales la filtración tiene dimensiones realmente astronómicas, con más de 2 terabytes de información. Y eso entraña un riesgo: la saturación de la capacidad de análisis.

Mossack Fonseca es una firma especializada en la constitución de empresas y estructuras legales para canalizar fondos hacia espacios económicos en los que las reglas son menos rígidas, por no decir inexistentes. Por eso los documentos filtrados involucran a más de 214 mil empresas offshore (entidades legales que escapan a la legislación del país de origen de sus propietarios). Se puede decir que Mossack Fonseca vende confidencialidad, pero eso se traduce en ocultamiento, evasión y, por supuesto, en el camuflaje de la corrupción y el lavado de dinero. Pero la mercancía más vendida por las empresas como Mossack Fonseca es la cortina de humo para la especulación financiera.

El análisis de la información contenida en los documentos filtrados parece estarse agotando en el "escándalo". Los medios hablan de revelaciones espectaculares sobre la evasión fiscal de cientos de celebridades y de la corrupción de políticos en todas partes del mundo. Pareciera que lo importante ha sido exponer a la luz pública la inmundicia del comportamiento de algunas de estas figuras que hoy ven su reputación algo manchada. Esta es la dimensión del tema de los "papeles" de Panamá que más atención ha recibido por los medios. Es como si se hubiera entregado al público un escándalo más para disfrutar con regodeo (o como dicen algunos, con algo de Schadenfreude, palabra alemana que designa el sentimiento de alegría por la desgracia o sufrimiento de otro).

Por cierto, las líneas que han privilegiado el Wall Street Journal (WSJ) y el New York Times (NYT) son reveladoras. Según estos periódicos, la filtración de los documentos de Panamá muestra dos cosas. Primero, que los gobiernos son corruptos y que no se puede confiar en ellos. Así que según el NYT la culpa de todo la tiene, como siempre, el gobierno. Segundo, que el negocio de las empresas offshore se ve amenazado y su rentabilidad disminuida por el "escándalo". Y eso, según el WSJ ¡es una mala noticia para la economía mundial!

La otra vertiente en el análisis de los papeles de Panamá tiene que ver con la desigualdad económica. Los documentos divulgados revelan cómo se las maneja el uno por ciento de la humanidad constituido por los estúpidamente ultra-ricos. Para Gabriel Zucman, economista de la Universidad de California en Berkeley y autor del libro La riqueza oculta de las naciones, la filtración nos vuelve a mostrar algo de las dimensiones de la evasión fiscal global realizada a través de empresas offshore. Según sus cálculos ésta asciende a unos 200 mil millones de dólares anuales. Para Zucman la lección más importante de los documentos de Panamá es que es necesario proceder a una regulación estricta de los paraísos fiscales y de sus estrategias para establecer estas entidades legales, las empresas offshore, que son simples cascarones vacíos al interior de los cuales ocurren todo tipo de arreglos más o menos tenebrosos.

Tiene razón Zucman en hacer hincapié en el tema de la regulación financiera. Pero hay un error si se piensa que esas entidades huecas o empresas cascarón que son las offshore sirven única o primordialmente para la evasión fiscal.

La realidad es diferente. Las empresas offshore constituyen una base para todo tipo de actividades, muchas de ellas relacionadas con la especulación financiera: desde la emisión de títulos de deuda para obtener recursos en diferentes mercados financieros, hasta facturar todo tipo de operaciones para permitir el uso de precios de transferencia en operaciones intra-firma y transferir rentabilidad de un espacio económico a otro. Y por supuesto, las offshore son la plataforma clave para involucrarse en el mercado mundial de divisas y para los flujos de capitales que son el azote de cualquier economía. La estela destructiva de esos flujos de capital ha cancelado la posibilidad de una política macroeconómica anti-cíclica y socialmente responsable.

No hay que olvidar que el dominio del sector financiero impuso a escala internacional la desregulación financiera y bancaria con el fin de abrir la puerta al arbitraje y la especulación. Y las firmas de abogados al estilo Mossack Fonseca tienen como misión construir la infraestructura legal que permite aprovechar esa debilidad regulatoria para obtener los frutos de la especulación financiera a escala mundial.

En síntesis, la importancia de las filtraciones de los documentos de Panamá va mucho más allá de las corruptelas de celebridades y políticos. Y tampoco se agota con el importante tema de la evasión fiscal. Los servicios que prestan los bufetes de abogados como el de los documentos filtrados son la esencia del neoliberalismo global. Es urgente aquilatar la verdadera importancia de la filtración de documentos de Panamá y derivar las lecciones correctas.

Selección en Internet: Inalvys Campo Lazo

  • Economista mexicano, doctor en Economía por la Universidad de París X. Actualmente es profesor e investigador de economía en el Centro de Estudios Económicos del Colegio de México. Publica habitualmente en los periódicos La Jornada de México y la revista Sin Permiso.