Portal:Panorama Mundial/DE LA PRENSA/2016-06-28

Capitalismo es casi antónimo de democracia

POR ESTO! 15 de junio del 2016 MÉXICO

Manuel E. Yepe*

El orden socioeconómico capitalista es sinónimo de libertad… siempre que usted acepte que la primera de las libertades la disfrute el capital, y que el dinero pueda ser libre para comprarlo todo.

Cuando se restringe la capacidad del dinero para adquirir los bienes que sustentan la vida en sociedad o se impide que éstos se comporten a la manera de una mercancía más, susceptible de ser comprados y vendidos, se restringe al capitalismo.

Por eso es tan importante para el capitalismo que la conciencia ciudadana sea manipulada para fijar la idea de que capitalismo es igual a democracia y que cualquier atentado contra la libertad del dinero para adquirir cualquiera de los bienes terrenales y morales del hombre es una agresión contra la democracia. Lamentablemente, la organización social en que vive el mundo es el capitalismo y son pocos los países cuyos pueblos han logrado -o luchan aun por hacerlo- que no sean las clases adineradas las que detenten el poder político y hayan emprendido, con dificultades enormes, rutas distintas a ese orden económico, político y social.

Por ese motivo, las reglas de juego que rigen las relaciones internacionales en el planeta en forma de leyes, prácticas sociales y tradiciones, tienen todas -o casi todas- una fundamentación conveniente al orden burgués.

Hay veces que la dictadura global capitalista se ejerce con mayor violencia que otras, pero siempre subyace una lucha entre los ricos empoderados y los pobres que sufren las consecuencias de tal prerrogativa ajena.

Cuando las condiciones lo permiten, las oligarquías se obligan a hacer concesiones a sus “sometidos” en aras de evitar que éstos se vean estimulados a recurrir a su ventaja numérica y se organicen para un enfrentamiento que perturbe de alguna manera su orden.

Pero, con igual o mayor prontitud, suelen reaccionar las clases adineradas cuando su hegemonía se encuentra en peligro y acuden al recurso de apoyarse recíprocamente en defensa de sus espurios intereses explotadores.

Los privilegiados se preguntan cómo sería un país donde los médicos, los educadores, los tribunales, los gobiernos, los medios de producción y de servicios, los medios de información, las expresiones culturales y hasta las condiciones para hacer el amor estuvieran al servicio de todos por igual en una sociedad en la que el dinero no pueda determinar diferencias en la calidad y urgencia de las prestaciones.

Algo así, consideran, distorsionaría el precario y asimétrico equilibrio actual de casi todas las sociedades nacionales; el capitalismo precisa que tales ideas continúen al margen de las aspiraciones ciudadanas.

¿Por qué aceptar que, en caso de enfermedad, una persona con recursos económicos se vea condenada a la misma calidad de atención e iguales condiciones de tratamiento y posibilidades de curación que los que carecen de ellos?

¿Es lógico que los descendientes de personas adineradas deban compartir las mismas aulas y calidad de educación con los hijos e hijas de las familias pobres?

¿Es racional que pobres y ricos sean juzgados, si delinquen, con el mismo rasero, o que compartan galeras en prisión cultos millonarios corruptos con rústicos y hambrientos delincuentes comunes?

¿Por qué candidatos a cargos de gobierno, en sus campañas electorales, han de prescindir de las donaciones que les hagan las personas más ricas, influyentes y responsables de la sociedad, a fin de que, en su futuro desempeño como dirigentes, se consideren obligados a proteger prioritariamente la seguridad de los capitales de las corporaciones y los del segmento más importante y poderoso de la nación?

Para el capitalismo internacional, la prensa solo se considera democrática en un país donde esté permitido al capital privado comprar emisoras de radio y de televisión, periódicos, revistas, agencias de noticias o cualquier otro medio para así cuidar que lo que se publique sirva a sus intereses, que son los determinantes en el conjunto de la sociedad.

El orden burgués valora también como lícito que el disfrute de lo mejor del arte y la cultura nacional e internacional esté limitado a la elite culta de la sociedad que es capaz de sufragar, mediante la publicidad, el precio de sus costosas realizaciones, o de pagar onerosos billetes de entrada a los espectáculos.

¿Acaso no considera natural y lógico que todo en la sociedad esté estructurado de modo que el atractivo principal para la relación de géneros sea el dinero y la posición económica, y que la competitividad y la lucha por la ganancia sean los motores del progreso en cualquier nivel?

La historia registra la existencia de una supuesta democracia esclavista en Grecia y los capitalistas han pretendido apropiarse del término cual si fuera privativo de su ordenamiento socioeconómico, pese a ser el vocablo “capitalismo” casi antónimo de “democracia”, un término solo reclamable etimológicamente por el “socialismo”.

Selección en Internet: Inalvys Campo Lazo

  • Periodista cubano especializado en política internacional

Armas igual a muerte

PROGRESO SEMANAL 23 de junio del 2016 EEUU

Max J. Castro*

Las armas no matan a la gente; la gente mata a la gente. Esa es el mantra del poderoso lobby de las armas de fuego, la Asociación Nacional del Rifle (NRA), que durante décadas ha intimidado a los políticos de ambos partidos para que adopten una política increíblemente laxa en cuanto a la propiedad de armas de fuego.

En aras de la discusión, aceptemos el tema de la NRA como mayormente válido. Las armas no tienen voluntad propia, así que no matan a la gente sin intervención humana. Sin embargo, las armas matan a la gente sin que haya intención por parte de alguien. Se disparan accidentalmente y matan al propietario o a otra persona en el lugar equivocado en el momento equivocado. Niños que no saben la diferencia entre una pistola de juguete y un arma real se pegan un tiro, hieren a un hermano, o a su mejor amigo. Propietarios de viviendas, temiendo a un intruso, matan a un miembro de la familia.

Este tipo de tragedia sucede mucho en un país inundado de armas –101 armas de fuego por cada 100 habitantes. Incluso, de entrada el mantra de la NRA, aunque técnicamente cierto, es engañoso. La propia omnipresencia de armas de fuego provoca muchas muertes no intencionales.

Pero esa ni siquiera es la razón principal por la cual la aseveración del lobby de las armas es puro sofisma. Puede que las armas no maten a la gente por su cuenta, pero cuando la gente quiere matar a la gente, las armas de fuego facilitan mucho la tarea. Y el tipo de armas que una vez fue prohibido en este país y aún se mantiene así en casi todo el mundo –las armas de tipo militar que disparan grandes balas grandes en rápida sucesión– (una prohibición a la que la NRA se opuso ferozmente y ayudó a eliminar) hace posible matar a mucha gente de forma rápida y eficiente.

Las armas de fuego son el único hilo conductor que recorre la carnicería recurrente que se ha convertido prácticamente en la nueva normalidad de este país.

Dibujemos un mapa de las masacres de los últimos cinco años y no podremos discernir un patrón. ¿Qué tiene en común Aurora, Colorado; Sandy Hook, Connecticut; San Bernardino, California; Charleston, Carolina del Sur; Tucson, Arizona; y Orlando, La Florida? No mucho, más allá del hecho de que todos están en Estados Unidos.

Los motivos también son tan diversos como los lugares: odio racial. Homofobia. Odio al gobierno. Matar por matar. Fanatismo religioso.

Los autores tampoco están todos cortados por el mismo patrón. Aspirantes a yihadistas que nadie dirige y que buscan el martirio. Dementes de todo tipo. Personas que odian a los negros; personas que odian a los homosexuales; personas que odian a los latinos; trabajadores despedidos que se vengan en todos y cada uno de sus antiguos lugares de trabajo.

Las personalidades autoritarias son especialmente propensas a estar involucrados en este tipo de incidente, pero hay muchas más personas con personalidades autoritarias que asesinatos en masa. Las personalidades autoritarias en su mayoría manifiestan su inclinación contra cónyuges, sus estudiantes, contra las personas que no ceden automáticamente ante la autoridad de una placa de policía.

Los objetivos tampoco se ajustan a un patrón claro. Los israelíes matan a palestinos y los palestinos matan a israelíes. Esto es terrible, pero sigue una lógica clara, aunque destructiva. Lo que está pasando en este país es algo diferente. Las víctimas van de un miembro del Congreso y su personal a personas que asisten a un cine o van a comer a un McDonald’s.

El acceso ridículamente fácil a armas de fuego, incluyendo las muy poderosas hechas para la guerra, es el denominador común. Un estudio reciente, por ejemplo, arrojó que el 91% de las personas en la lista de vigilancia del gobierno pudo comprar legalmente armas de fuego.

Esto demuestra que la verificación de antecedentes que se requiere para comprar un arma de fuego es un mal chiste. Y el otro 9% que es rechazado también puede comprar fácilmente un arma de fuego, ya sea en ferias de armas, que tienen controles incluso más laxos que las tiendas de armas, o en el enorme mercado negro que existe en un país donde hay más armas que personas.

La conclusión es que en este país cualquiera puede comprar un arma de fuego, incluyendo un fusil de asalto de tipo militar. Las consecuencias no podrían ser más claras. En el New York Times del domingo, el general Stanley McChrystal, el ex comandante principal de EEUU en Afganistán, escribió: “Del 2001 al 2010, fueron asesinados 119 mil 246 norteamericanos con armas de fuego, 18 veces más que todas las muertes de estadounidenses en combate en las guerras de Iraq y Afganistán”.

Esas cifras son impresionantes. Sin embargo, no se vislumbra un final a la locura. Como señaló el general en el mismo artículo: “La tragedia en Orlando no fue ni siquiera el único tiroteo masivo; en Roswell, Nuevo México, un hombre fue acusado el domingo de haber matado a tiros el sábado a su esposa y sus cuatro hijos. El mayor tenía 14 años; el más joven tenía 3”. Además, los asesinatos en masa en Orlando sucedieron inmediatamente después del asesinato a tiros en la misma ciudad de una prometedora joven estrella del pop.

Se cometen asesinatos con armas de fuego en todos los países, pero la tasa de homicidios en Estados Unidos es estratosférica en comparación con las tasas en otros países occidentales ricos. No es casual que esos países tengan un control de armas mucho más estricto.

Ese tipo de control de armas es prácticamente impensable en Estados Unidos. Muchos han hecho intentos modestos para dificultar el acceso a las armas de fuego, solo para ser derribados por la NRA, los republicanos en el Congreso, e incluso por el Tribunal Supremo. Ahora, un grupo de veteranos, que incluye a McChrystal, están ejerciendo su influencia para provocar un poco de sentido común en la política de armas de fuego de EEUU. Espero que tengan éxito, pero dudo que incluso ellos sean capaces de lograr algo significativo.

El fallecido militante negro H. Rap Brown dijo una vez que la violencia es tan estadounidense como la tarta de cerezas. La NRA, una cobarde clase política temerosa del lobby de las armas de fuego, nuestro Tribunal Supremo derechista, y legiones de amantes de las armas de fuego en todo el país están haciendo todo lo posible para darle la razón.

Selección en Internet: Inalvys Campo Lazo

  • Sociólogo, columnista y activista social

El proyecto de los halcones liberales

RED VOLTAIRE 23 de junio del 2016 FRANCIA

Los partidarios de Hillary Clinton han iniciado una campaña a favor de una entrada de Estados Unidos en guerra abierta contra Siria. La administración Obama les respondió con un silencio cortés. En todo caso, este episodio permite entender mejor la posición de los partidarios de la guerra

Thierry Meyssan*

El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, participó como invitado en la conferencia anual del CNAS (Center for a New American Security). Pero se limitó a hacer el papel de personaje ocurrente.

Los «halcones liberales», o sea, los demócratas favorables a la ejecución de intervenciones militares en todas partes como medio de consolidar la supremacía de Estados Unidos sobre el resto del mundo, han iniciado una gran operación en el seno de la administración Obama y esperan aprovechar la campaña electoral para obligar al próximo presidente estadounidense a derrocar la República Árabe Siria.

El primer acto de esa campaña fue el envío a John Kerry de un documento firmado por 51 diplomáticos en el marco de un procedimiento legal que cuestiona su política a la cabeza del Departamento de Estado. Desgraciadamente, se desconocen los nombres de los firmantes y los puestos que ocupan, lo cual impide que podamos hacernos una idea de su influencia. El asunto se hizo público el 17 de junio del 2016 a través del Wall Street Journal, órgano tradicional de los belicistas republicanos, y del New York Times.

El segundo acto fue la publicación, el 20 de junio, de un informe del Center for a New American Security (CNAS, Centro por una Nueva Seguridad Americana) sobre la lucha contra el Emirato Islámico (Daesh). La entrega de ese informe al secretario de Defensa, Ashton Carter, y al vicepresidente, Joe Biden, tuvo lugar en el marco de la conferencia anual de ese “tanque pensante”.

El documento, titulado Defeating the Islamic State, A Bottom-Up Approach, asegura que la lucha contra el Emirato Islámico será muy larga y que solo será posible derrotarlo apoyándose en las poblaciones sunnitas, lo cual descarta la actual estrategia basada en los kurdos y –lo más importante– implica, según sus autores, el derrocamiento previo del Presidente alauita de Siria. O sea, que volvemos al punto de partida: lo más urgente es... el cambio de régimen en Damasco.

Sin embargo, ese documento aclara la posición de los halcones liberales –más precisamente, la del general David Petraeus, exdirector de la CIA, mentor del CNAS y miembro del grupo de trabajo. Los halcones liberales ya no tratan de justificar la destrucción de la República Árabe Siria atribuyendo al régimen tal o más cual crimen. Incluso admiten, por el contrario, que Damasco goza del respaldo de gran parte de la población.

Pero, al mismo tiempo plantean que ciertos sunnitas no pueden aceptar un régimen laico ni un presidente alauita –esa posición ideológica es la de las monarquías wahabitas de Arabia Saudita, Qatar y el emirato de Sharjah y tiene además el apoyo no de Turquía sino del presidente turco Recep Tayyip Erdogan, proveniente de Milli Gorus.

¿Será que los halcones liberales están tratando únicamente de proteger su «herramienta», o sea, el Emirato Islámico? En todo caso, la táctica que plantean es imposible de aplicar ya que ignora la presencia de Rusia. Lo que pretende es instaurar en el Levante un «estado de guerra permanente» bajo control estadounidense.

Los talibanes fueron derrocados en Afganistán, Sadam Husein fue derrocado en Irak, Muammar el-Kadhafi fue derrocado en Libia… pero la guerra continúa. El objetivo no es derrocar regímenes. El derrocamiento de regímenes es más bien una manera de instaurar el caos. Esta estrategia, que puede parecer sorprendente de parte de una gran potencia, está en perfecta correspondencia con lo que han venido haciendo desde 1967 las fuerzas armadas de Israel ante los palestinos.

No hubo reacciones ante el informe, ni de parte del Secretario de Defensa ni del vicepresidente Joe Biden. El secretario de Defensa, Ashton Carter, hizo un discurso sobre el mantenimiento de la supremacía militar de Estados Unidos a nivel mundial. El Vicepresidente, por su parte, se limitó a hacer observaciones envenenadas contra Donald Trump. Al no tener respuesta de parte de la administración Obama, el CNAS espera que Hillary Clinton gane la elección presidencial.

Selección en Internet: Inalvys Campo Lazo

  • Periodista y activista político francés

Estados Unidos: censura, terrorismo y poderes fácticos

LA JORNADA 23 de junio del 2016 MÉXICO

John Saxe-Fernández*

Luego de los no aclarados ataques del 9/11 contra las Torres Gemelas y de las leyes de estado de excepción y marciales que siguieron, y en lo externo, de las guerras de agresión (Afganistán, Irak, Libia…) y del intervencionismo en clave de "golpes blandos" (Venezuela) o de campañas antinarco o del crimen organizado (Plan Colombia e Iniciativa Mérida), cabe retomar los eventos que cimbran el proceso electoral en curso en Estados Unidos: 1) el "apagón informativo" en plena campaña electoral, de lo que hasta ahora es el más riesgoso e irresponsable despliegue belicista de la OTAN, liderada por Estados Unidos, en la frontera rusa, y 2) el complejo enlazamiento de lo anterior con la sórdida batalla legal, de lo que Josh Earnes, vocero de la Casa Blanca, calificó de "investigación criminal" que realiza el Departamento de Justicia de Estados Unidos (DOJ) por conducto del FBI sobre el manejo que como secretaria de Estado hizo Hillary Clinton de cientos o miles de correos electrónicos secretos.

Desde que Obama endosó formalmente la candidatura de Clinton, a sabiendas de que el DOJ, a cargo de Loretta Lynch (por él elevada a ese cargo) realiza la mencionada investigación, brotaron dudas sobre el influyentismo político en el aparato judicial. Una hora después de que Obama anunció ese apoyo, Earnes, en tenso diálogo con un reportero que preguntó si ese espaldarazo era un mensaje a servidores públicos del DOJ, a los agentes y director del FBI –J. Comey– y a Lynch, de que dieran carpetazo al caso Clinton, replicó que esos funcionarios "saben que su trabajo no es político", que son asuntos "sobre el cumplimiento de la ley" y que por tanto, el Presidente (textual) "ha reiterado su compromiso, al principio, de que cualquier investigación criminal debe conducirse con apego a la ley y con independencia de cualquier interferencia política". (Sobre los cargos a Clinton ver “Who’s Protecting Hillary Clinton?” Voltaire Network, en ICH 17/6/16).

En este punto del debate saltaron de sus sillas los reporteros presentes en la sala de prensa y seguro que también en las casas de campaña de demócratas y republicanos. Lo de "investigación criminal" hizo trizas la reiterada narrativa de Clinton de que "no enfrenta, en absoluto, ningún cargo criminal". Por meses, ella y asociados insistieron que era “solo una ‘auscultación’ de rutina” del DOJ. Dos días y horas después fueron atacados con alevosía los asistentes a un bar gay en Orlando, Florida. La atención pública y del DOJ (Lynch, Comey y agentes) se alejó del caso Clinton y para alivio de algunos, se centró en la masacre que cortó de tajo 49 vidas repletas de futuro e hirió a otras 53.

De lo poco que se sabe del atacante destacó que fue guardia de una firma de seguridad, que usó revolver y un rifle de asalto, que viajó de Estados Unidos a Arabia Saudita y, en aparente simbolismo numérico, antes de la masacre (la mayor desde las Torres Gemelas), llamó al servicio telefónico de la policía "9-11" para expresar lealtad al Estado Islámico.

La tragedia acentuó el giro a la derecha de un debate electoral al que ha dado oxígeno la vital agenda de Bernie Sanders en materia de equilibrio estratégico, calentamiento global, empleo, equidad, finanza electoral, bancaria, golpes blandos y acceso universitario.

Estos sucesos electorales, judiciales y de terrorismo, se dan en medio de lo que Stephen Cohen, destacado autor sobre la relación EEUU-Rusia, en diálogo con Thom Hartmann, califica de escandaloso apagón informativo en Estados Unidos sobre lo que en efecto es, en sus palabras, "la mayor movilización militar hacia la frontera occidental rusa desde que los nazis invadieron la URSS en junio de 1941".

Encabezada por Estados Unidos, la OTAN desplegó la Operación Anaconda, que movilizó durante 10 días poco más de 30 mil tropas, tanques, aviones y fuerza naval, en un hostil "ejercicio de guerra" en que Rusia atacaría a los países bálticos y Polonia. Una operación de esta magnitud, dice Cohen, "realizada en las fronteras de China o de México, es noticia de primera página". En Europa y en Rusia hubo gran debate, en especial porque la canciller Ángela Merkel, bajo presión de Estados Unidos y como para evocar las heridas de ayer y provocar la guerra hoy, envió un contingente al "ejercicio".

De su parte, el socialdemócrata Frank W. Steinmeier, ministro de Exteriores alemán, criticó a la OTAN por el riesgo de guerra (nuclear) de su ofensiva contra Rusia: "Lo que debemos evitar hoy es incendiar la situación con belicismos y sonando las botas de guerra".

¿Por qué otra guerra? Cohen dice que es ideología neocon. No se limita a negocios bélico-industriales. Van por el dominio mundial y una Rusia soberana les estorba. “Es un diseño bipartidista más allá de la derecha republicana "y la señora Clinton", dijo Cohen, "es expresión cristalina de esta postura". Si es electa, tendrá esa acusación como un potencial Watergate.


Selección en Internet: Inalvys Campo Lazo

  • Doctor en Estudios Latinoamericanos de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de México (UNAM)

Capitalismo de vigilancia

POR ESTO!net 14 de junio del 2016 MÉXICO

Julian Assange denuncia unión entre Google y Washington

“El Gran Hermano te está vigilando” “1984” (George Orwell)

Edgar Rodríguez Cimé*

Cualquiera que conozca la teoría de Louis Althusser acerca del “aparato ideológico del Estado-Nación”, y que éste considera entre sus principales “armas” los medios masivos de comunicación convencionales: prensa, radio y televisión, para mantener controlados a los ciudadanos, entenderá mejor lo dicho por el director de Wikileaks, Julian Assange: la empresa de comunicación digital Google, que controla la información global en el mundo, ya forma parte integral del Estado estadounidense.

En efecto, Althusser demostró que en su afán por mantener el control de las ideas acerca de lo sucedido en la vida real, por supuesto a favor del Gran Capital y en contra de los derechos de los trabajadores, el Estado-Nación se apoya en los mensajes emitidos por la prensa, radio y televisión, quienes se encargan, como decía Joseph Goebbels, ideólogo de Hitler, de “convertir una mentira en verdad repitiendo el mensaje cien veces”. En México, casi toda la prensa escrita, toda la radio comercial junto con Televisa y Teveazteca realizan esa “noble tarea” evangelizadora.

Si bien con el surgimiento de los medios alternativos a través de la red digital de internet surgió la posibilidad de un “circuito informativo alterno”, empresas finalmente capitalistas como el gigante informático Google, que monopoliza la información global en el planeta Tierra, “se ha ido a la cama” con el Estado norteamericano, en un amasiato de Poder entre quien (casi) controla militarmente al mundo y quien lo monopoliza informativamente.

Esto fue denunciado por el propio Assange, desde su encierro en la embajada de Ecuador en Londres para evitar su orden de aprensión, desde que hace años denunció ante el mundo las intromisiones de Estados Hundidos en medio mundo, quien reveló que Eric Schmidt, alto ejecutivo de Google, “es el personaje que más ha visitado la Casa Blanca en Washington. Cada semana está ahí” (y no ha de ser para “comer con Obama”).

Este combatiente por la libertad de la humanidad, señaló que a pesar del terreno ganado en la industria de la información por el entorno digital y los medios alternativos, se percibe en el horizonte un nuevo (y más peligroso) monopolio: el de la información (universal y personal), y citó a Google, empresa dominante de internet que controla más del 80 % de la información que fluye en los teléfonos inteligentes.

Si ayer esta empresa formó parte de los medios alternativos en la red digital, hoy con el “amasiato” entre Google y el Poder Estadounidense prácticamente se ha logrado, silenciosamente, la entrega de las estructuras del Estado Gringo a las empresas multinacionales privadas.

Un botón de muestra lo representa la entrega de la propia seguridad de los Estados Unidos a empresas multinacionales privadas, ya que si antes existían cerca de cien convenios con estas empresas ahora ya son mil cien los contratos, dejando la seguridad del mayor imperio del mundo occidental en manos del Gran Capital particular.

Si en el pasado reciente, Google, Facebook y Twitter formaron parte de un circuito de comunicación alterno, ahora forman parte de la nueva versión de este sistema expoliador: el Capitalismo de Vigilancia, convirtiendo en realidad la alegoría futurista del escritor de ciencia ficción George Orwell en su obra “1984”, donde anticipa un mundo controlado globalmente por el poder omnipresente del Gran Hermano mediante la tecnología: una “zoociedad orwelliana”.

Selección en Internet: Melvis Rojas Soris

  • Cronista y periodista mexicano