Portal:Panorama Mundial/DE LA PRENSA/2021-10-08

8 de octubre

El legado del Che (Cubasí)

Redacción ¿Qué posición hubiera tomado el Che si viviera en esta etapa compleja y demandante de la Revolución? Algunos han hecho notar posibles discrepancias entre el pensamiento del internacionalista argentino y la práctica del proceso al que consagró buena parte de sus esfuerzos y aspiraciones. Se ignoran los principios más elementales de la dialéctica.


El pensamiento y la propia ejecutoria de Ernesto Guevara hay que entenderlos en relación directa con su contexto, con su momento. Son otras las circunstancias. Otra época. Pero algo sí queda claro: el Che hubiera actuado con la honradez y la coherencia que impone un ideal, y desde la ética que presupone.


Partiría también de una conciencia de la utilidad del servicio público. Y apostaría por el debate fecundo, imprescindible en la construcción de un socialismo emancipador.


Algunos enarbolan la imagen del Che como blasón de la utopía eterna. O del sueño inalcanzable. O de la rebeldía sin causa. Ciertamente, el Che encaja en la idea, a veces trasnochada, del héroe romántico. Pero siempre fue un hombre con los pies en la tierra. Y estaba convencido de que no araba en el mar. Ernesto Guevara tenía un proyecto.


Podría debatirse (y se debate) sobre las potencialidades de concreción de ese proyecto. La Revolución Cubana fue, de hecho, materialización de muchas de esas ideas. Fue laboratorio. Y el propio Che estaba convencido de la complejidad de muchos de esos empeños. Asumir que su partida de Cuba obedeció al fracaso de su visión implica reducir el alcance de su proyección política.


El Che era un internacionalista. Y estaba convencido de la necesidad de internacionalizar la Revolución. Se afianzó en el concepto del hombre nuevo, que implicaba necesariamente una renovación raigal de la sociedad. Entendió que el camino factible era la lucha armada. Otros (compartiendo buena parte de sus ideales) defendieron (y defienden) otras alternativas. Pero considerar al Che un aventurero es, por lo menos, muestra de ingenuidad.


El principal legado de Ernesto Guevara, más allá de la vigencia de su patrimonio intelectual, es su apego a un ideal, inherente a las demandas y aspiraciones de los más humildes y desfavorecidos. La utilidad de la virtud a la que se refirió José Martí. El Che tiene mucho que enseñar todavía, por más que algunos quieran reducirlo a una simple marca comercial.

¿Lasso peor que Lenín?: Por lo menos su continuidad (Cubasi)

Arnaldo Musa* MEDIO ORIENTE



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Reportan 16 soldados muertos en Mali por ataque de grupo armado

Accidente de barco en República Democrática del Congo causa 51 muertes GLOBALES La ONU reconoce que vivir en un medio ambiente limpio es un derecho humano A pocos meses de haber asumido la presidencia de Ecuador, el empresario Guillermo Lasso, ultradefensor del neoliberalismo, encuentra cada vez mayores demostraciones de protestas en su contra, encabezadas principalmente por muchos de quienes lo votaron y ahora encuentran que sus promesas electorales fueron vanas, al hacer empeorar la actual situación económica y social de una nación envuelta aún en la epidemia del nuevo coronavirus.


Los más enfadados integran una población indígena que se dejó guiar por sus jefes para votar contra el candidato del correísmo y, como el resto de la población, sufre los altos precios de los combustibles, los constantes despidos, los bajos salarios y la menguada atención a la salud y la educación, tal como lo dejó el anterior gobierno de Lenín Moreno, quien en sus inicios fue un discípulo de Lasso, luego de traicionar a sus compañeros de partido y gobierno que lo llevaron a la presidencia.


Hoy Lasso se encuentra con una agravada crisis carcelaria, con motines que han causado centenares de muertos y heridos, con familiares que sufren al ver desatendidas las demandas de mejorar la situación de los encarcelados.


A ello se agrega el inicio de una demanda judicial por evasión de impuestos, conocido por la filtración de documentos en el casos denominado Pandora Papers, donde Lazo es uno de los tres actuales presidentes latinoamericanos que son acusados de enviar dinero a los paraísos fiscales, además de crear lo que se conoce como empresas offshores, es decir abiertas en otro países con nulas o pocas exigencias. ¡14 sociedades financieras!


Lasso habría tenido hasta 14 sociedades financieras en Panamá y Estados Unidos, según los Pandora Papers. Antes de lanzarse a su tercera campaña presidencial, el jefe de Estado se deshizo de gran parte de las empresas offshore. Lasso realizó estos cambios, luego de que el gobierno de Rafael Correa impulsó en el 2017, una ley para prohibir a los candidatos ser beneficiarios de sociedades en paraísos fiscales. Actualmente, al parecer 10 de las 14 empresas están inactivas y sobre las otras cuatro el presidente niega cualquier relación o beneficio.


Había enfatizado que, de llegar al gobierno, mantendría el código de Trabajo actual para garantizar los derechos adquiridos de los trabajadores que hoy tienen empleo, pero que son la minoría en el Ecuador.


En torno a quienes no tienen empleo, propuso crear un Código de Oportunidad Laboral que cubriera a los más de seis millones de desempleados que esperan un trabajo, pero todo se ha diluidos por lo utópico, al igual que no ha podido disminuir la corrupción vigente, con políticos que utilizan el ingreso a los hospitales como moneda de cambio, mientras enfrenta acusaciones sobre lavado de dinero.


Pero no solo Lasso atraviesa por dificultades. En el marco de la grave crisis económica y social que enfrenta el país sudamericano, el presidente de la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional del parlamento de Ecuador, ha recomendado un enjuiciamiento político y la censura del ex contralor general del Estado, por incumplimiento de funciones, así como también solicitó que se investigue una estructura de corrupción que habría funcionado en el interior de la Contraloría.


En los informes de la Comisión Económica para América Latina se ubica al país entre los que mayor decrecimiento económico tienen en la región, con cerca de 11 puntos de caída, lo cual es sumamente grave para una economía deficiente como la ecuatoriana, por lo cual Guillermo Lasso es prácticamente la continuidad de Lenin Moreno en materia de políticas de Estado.


Y es que quienes eran parte del gabinete de Moreno, ahora son parte cercana del Gobierno de Lasso.


Más aún: se destaca una alianza entre el gobierno y las hegemonías mediáticas, a partir de lo cual se muestra que en la actual configuración hay una continuidad del anterior régimen. En este sentido, Lasso no tiene una política económica clara ni una presentación al país de las políticas que va a implementar durante su gestión.

Si a eso se le suman los efectos de la pandemia provocada por la Covid-19, los motines carcelarios y las acusaciones de lavado de dinero el escenario se agrava de manera considerable.

  • Licenciado en Letras de la Universidad de La Habana. Postgrado en la Escuela Nacional “Ñico

López”. Comentarista Internacional desde 1966. Laboró en el Periódico Granma, Radio Habana Cuba, Periódico Girón

Sembrar caos y destruir desde dentro: ¿asestará AUKUS un golpe contra Corea del Norte? (Sputnik)

Denis Lukyanov* Corea del Norte está decepcionada con la creación de una nueva alianza anglosajona en el Indo-Pacífico y predice que este pacto podría desatar una “carrera de armas nucleares” en la región. Los líderes de los países que conforman AUKUS afirman que su bloque no está dirigido contra ningún país. Pero los expertos dicen que busca contener a China. China no es el único jugador político que impide los planes de Estados Unidos en la región. Corea del Norte sin duda es una piedra en el zapato de Washington que no le permite actuar más activamente cerca de las fronteras chinas y rusas, y también en la península coreana. La creación de AUKUS provocó una fuerte reacción en Pyongyang. La agencia estatal de noticias, KCNA, calificó la fundación del bloque anglosajón y un reciente contrato para vender submarinos a Australia de “actos extremadamente indeseables y peligrosos”. Según el medio, estos pasos “afectarán el equilibrio estratégico en la región Asia-Pacífico y desatarán una carrera de armas nucleares”. Para un jefe del Departamento de Noticias Internacionales del Departamento de Prensa del Ministerio, las recientes decisiones de la Casa Blanca derriban el sistema internacional de no proliferación nuclear. En el pasado, Estados Unidos trató de crear una imagen de sí mismo como un país promotor de la desnuclearización en la región. Sus acciones, entretanto, dicen precisamente lo contrario y esto no debería ser una sorpresa porque sus políticas desde hace mucho tiempo destacan por el doble rasero. Las amenazas del futuro Con las recientes pruebas de misiles realizadas por las dos Coreas y la activación de las instalaciones nucleares la paciencia de Washington empezó a agotarse. En general, la política de Joe Biden respecto a Pyongyang es radicalmente diferente al enfoque que tomó su predecesor, Donald Trump. Pero al mismo tiempo, Biden carece de determinación política para enfrentar las acciones de Kim Jong-un con valentía. En este caso, Estados Unidos, que tiene un presidente bastante débil, podría tratar de encontrar apoyo de sus nuevos antiguos aliados, el Reino Unido y Australia. No obstante, estos dos países a día de hoy no tienen la influencia necesaria en la región, especialmente en comparación con EEUU. En cualquier caso, la creación de un nuevo bloque militar no es una buena noticia para Pyongyang. Es un dolor de cabeza porque las acciones conjuntas de los tres países podrían representar un peligro para Corea del Norte a largo plazo. La cúpula dirigente norcoreana entiende que es importante prever las amenazas que podrían surgir en el futuro, por eso denuncia la creación de AUKUS ya hoy. Aun así, es lo único que las autoridades norcoreanas son capaces de hacer por ahora. De todas formas, la nueva alianza nunca se atreverá a atacar Corea del Norte directamente porque esto conlleva muchos riesgos y con toda probabilidad resultaría en numerosas bajas entre los militares invasores. Además, pondría en peligro inminente a la capital de su aliado surcoreano, Seúl. Las tácticas del pasado Y no necesariamente se trata de armas nucleares: Pyongyang dispone de suficientes fuerzas convencionales para causar un gran daño a sus adversarios. Este es precisamente aquel desenlace que los surcoreanos preferirían evitar, así que no están interesados en una escalada en la vecindad inmediata a su ciudad más grande. EEUU y sus aliados de AUKUS podrían recurrir a la misma táctica del pasado: tratarían de sembrar caos, discordia y descontento con las autoridades norcoreanas desde dentro del país. El mismísimo Joe Biden ya dijo que la época de guerra se acabó, por eso, derrocar a Kim y su Gobierno sin armas parece ser una tarea imposible para el país norteamericano. Teniendo en cuenta que los anteriores intentos de EEUU de hacer caer al Gobierno norcoreano fallaron, se puede afirmar que los esfuerzos del nuevo bloque con toda probabilidad también fracasarán. Los líderes pueden ir asegurando que su bloque no está dirigido contra los países particulares, pero la experiencia del pasado demuestra que Washington no da pasos en vano. Otra cosa es que dichas decisiones al fin y al cabo no siempre resultan beneficiosas para sus intereses. Hay indicios de que este es uno de los casos, es decir, no saldrá bien para los belicistas estadounidenses. Seguirán atentando contra el Gobierno norcoreano en sus intentos desesperados de derrocarlo. Esta posibilidad sí existe: teóricamente pueden conseguirlo, pero ¿a qué precio?

  • Periodista. Egresado de la Universidad Estatal de Moscú. Máster en Relaciones Internacionales de la Universidad Chung-Ang, Seúl, Corea del Sur. Corresponsal de Sputnik desde el 2017

Submarinos nucleares en el Pacífico (Rebelión)

Higinio Polo* El 15 de septiembre, el presidente Biden y los primeros ministros británico y australiano, Johnson y Morrison, anunciaron la creación del AUKUS (acrónimo de los tres países), un acuerdo de cooperación y defensa para la gran región que agrupa a los océanos Índico y Pacífico.


El pacto prevé la asistencia norteamericana y británica para dotar de submarinos de propulsión nuclear a Australia, que se construirán en Adelaida, y de recursos de inteligencia artificial, tecnología cibernética y cuántica, con el objetivo oficial de “garantizar la paz y la estabilidad” en esa región, pero con el inconfesado y evidente fin de que Canberra se convierta con esos nuevos submarinos nucleares en espía y policía de las costas y mares chinos.


El AUKUS es un paso más en el despliegue militar norteamericano en Asia, definido en la presidencia de Obama, y que ha seguido desarrollándose con Trump y ahora Biden. El acuerdo, que sorprendió en París, complica las relaciones del trío anglosajón con Francia, y sobre todo con China, y lanza un peligroso aviso al mundo. Implica la cancelación del contrato firmado por Canberra con Francia, con la empresa Naval Group, que tenía previsto construir doce submarinos convencionales para la flota australiana por valor de 66 mil millones de dólares.


La tradicional doblez de Washington, incluso con sus aliados, se puso de manifiesto en la cumbre del G-7 en Corwall, donde se ultimaron los detalles del pacto, sin prevenir al presidente francés, Macron, que estaba presente en la reunión. No podía extrañar después que Jen-Ives Le Drian, ministro de Exteriores francés, calificase la decisión de Australia de "verdadera puñalada por la espalda” y de “desprecio”, que afectará duramente a los trabajadores de la empresa francesa.


Pese a que Francia cargaba las tintas contra Australia, es consciente de que el gestor y responsable del acuerdo es Washington. A su vez, China denunció el AUKUS y el acuerdo para construir nuevos submarinos nucleares como una provocación y que precipitaría la “carrera de armamentos”.


Las señales de alarma son muchas. A la ruptura del acuerdo australiano con París, se une la caótica retirada de Afganistán realizada por Washington sin consultar a sus aliados de la OTAN, aunque los había forzado veinte años atrás a implicarse en la ocupación y la guerra afgana con el envío de tropas y con su colaboración en el gasto militar. La completa marginación de los Estados mayores europeos, incluso de la fiel Gran Bretaña, que ignoraban los detalles de la retirada, hizo aumentar la preocupación de los aliados europeos, que se vieron forzados a improvisar la evacuación de sus fuerzas de Afganistán en medio del caos.


París, que ha llamado a consultas a sus embajadores en Washington y Canberra, presidirá la Unión Europea durante el primer semestre del 2022 y ultima una propuesta, a iniciativa de Macron, para presentar ante la cumbre de primavera de la OTAN en Madrid un nuevo “concepto estratégico” de la alianza militar atlántica. La idea de un cuerpo militar europeo dentro de la OTAN viene de lejos, pero cuenta con muchos enemigos.


El socialdemócrata noruego Stoltenberg, secretario general de la OTAN, que apoyó las exigencias de Trump para que los aliados europeos de la OTAN incrementasen sus presupuestos de defensa y su implicación en las guerras norteamericanas, se opone a la creación de organismos y de una “fuerza de respuesta rápida” de la Unión Europea.


Aunque la creación de esa fuerza lleva discutiéndose desde hace años en Bruselas, y la reunión de ministros de Defensa europeos en septiembre en Kranj, Eslovenia, reactivó la propuesta de crear un cuerpo europeo de acción rápida compuesto por cinco mil militares, la dependencia de Washington de muchos países europeos, el temor a contrariar a Estados Unidos y la presión de los más fervientes atlantistas, complica extraordinariamente que esa propuesta se abra paso.


Stoltenberg viene lanzando alertas sobre el peligro de que la Unión Europea “haga la competencia a la OTAN”, e insiste en la tesis norteamericana de que la OTAN, Estados Unidos y la Unión Europea deben centrarse en hacer frente a “agresiva política expansionista de Rusia y de China”. Stoltenberg hace abstracción de que todas las guerras de los últimos veinte años han sido iniciadas por Estados Unidos, e ignora deliberadamente que tanto Moscú como Pekín solo están reaccionando al peligroso y masivo despliegue de fuerzas norteamericanas ante las fronteras europeas de Rusia y en el Mar de China meridional, estrecho de Taiwán y en toda la región del Pacífico. La habitual palabrería de Stoltenberg y de los responsables del Pentágono y del Departamento de Estado norteamericano no puede ocultar que es Estados Unidos quien está aumentando y llevando fuerzas militares a las fronteras europeas de Rusia y a los mares chinos, y que, por el contrario, ni Moscú ni Pekín, desarrollan operativos en las costas estadounidenses o en sus países vecinos.


Además del nuevo AUKUS, Estados Unidos mantiene el QUAD en la región del Indo-Pacífico, con el que pretende implicar a Japón y la India, además de Australia, en su peligroso plan de “contención” de China. Washington afirma que sus iniciativas, el envío de portaviones al Mar de China meridional, los innecesarios patrullajes en la región y el constante paso de sus barcos de guerra por el estrecho de Taiwán, pretenden “asegurar la libertad de navegación”, pese a que la hipocresía estadounidense llega al extremo de que ni siquiera ha ratificado la Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar, que es el principal tratado multilateral que regula el derecho internacional en los océanos y mares del planeta.


La lógica del nuevo acuerdo del trío anglosajón se encuentra en su nueva doctrina militar, donde establece que China y Rusia son enemigos, y mientras procura deshacerse de la carga de Oriente Medio, intentando preservar su presencia militar y su influencia política en la región. Siguiendo la estela de Trump, Biden continúa el agresivo despliegue de las fuerzas norteamericanas en Asia, en el Índico y el Pacífico, aumentando el gasto: el presupuesto militar estadounidense para el 2022 es de 778 mil millones de dólares, triplicando el de China y multiplicando por diez el de Rusia.


Culminando el aventurero desprecio por los intereses de otros países, Estados Unidos, que gasta más de dos mil millones de dólares diarios en sus ejércitos, lanza alertas sobre el peligro de “ruptura del equilibrio internacional” porque considera que el mundo debe permanecer bajo su hegemonía.


Tres días después de que Biden, Johnson y Morrison, anunciasen al mundo la creación del AUKUS, donde Australia ejercerá de policía para vigilar a China con los nuevos submarinos nucleares, la U. S. Navy informaba de que había llevado a cabo en las costas de Florida las pruebas de misiles Trident II D5LE desde el submarino USS Wyoming. El Trident II es un misil balístico intercontinental desplegado en submarinos (SLBM)Era otro aviso más a Pekín y Moscú.

  • Licenciado en Geografía e Historia, y doctor en Historia contemporánea por la Universidad de

Barcelona