Pozo de Darvaza (Turkmenistan)

Pozo de Darvaza (Turkmenistan)
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Concepto:La puerta del infierno: Darvaza, el cráter en llamas eternas.

El pozo o cráter de Darvaza. Es un agujero en el desierto de casi setenta metros de diámetro. No hay absolutamente nada en diez kilómetros a la redonda, ni tampoco en cien, salvo la aldea que le da nombre y la carretera y el ferrocarril que van hacia Uzbekistán.

La puerta del infierno

Muchos han sido los enormes agujeros excavados por el hombre en su búsqueda por explotar los ricos minerales que la Tierra alberga en sus entrañas. Pero la naturaleza también hace su parte, creando agujeros descomunales y sorprendentes. El pozo o cráter de Darvaza es una de sus ejemplos más sorprendentes.

El desierto de Karakum cubre el 70% del territorio de Turkmenistán, con un área total superior a los 350.000 kilómetros cuadrados. Es uno de los desiertos más extensos del mundo y uno de los territorios más despoblados del planeta. En mitad del desierto se encuentra Darvaza, una minúscula aldea de poco más de tres centenares de habitantes a unas cinco horas de coche al norte de la capital turkmena, Asjabad. Muy cerca del poblado se halla una de las maravillas más inquietantes conocidas. Su población autóctona lo conoce como la puerta del infierno; es el cráter de Darvaza, que lleva ardiendo sin cesar por más de cuatro décadas.Es muy rico en petróleo y gas natural: de hecho, sólo el 2,5 % de la tierra es cultivable y su población es menor a los 5 millones de habitantes, así que más que un país es un pedazo de desierto lleno de oro negro. En 1971, un equipo de geólogos soviéticos, que se hallaba en la región realizando perforaciones en busca de yacimientos de gas, dio por casualidad con una caverna subterránea que estaba repleta de gas natural.

El pozo o cráter de Darvaza es un agujero en el desierto de casi setenta metros de diámetro. No hay absolutamente nada en diez kilómetros a la redonda, ni tampoco en cien, salvo la aldea que le da nombre y la carretera y el ferrocarril que van hacia Uzbekistán. De día resulta llamativo por su amplitud y por su aparente carencia de sentido. Un enorme boquete en mitad de la más profunda y angustiosa de las nadas. Pero si de día impresiona, al anochecer resulta inquietante. En las horas previas a la desaparición del sol bajo el horizonte, el cráter va adquiriendo la consistencia de las puertas del infierno, resaltando la luz de sus llamas en la cada vez más reinante oscuridad. Cuando desaparece la luz natural, quedan el silencio y la oscuridad quebrados por las llamas del cráter.

Origen

El cráter no tiene origen volcánico sino humano. A principios de los años 70 un grupo de geólogos soviéticos andaba haciendo perforaciones por la zona buscando petróleo, gas natural y demás fuentes de energía. En un momento dado encontraron una cueva que estaba hasta arriba de gas natural. Al perforar derrumbaron todo el techo de la cueva sobre ésta, formándose así el cráter de setenta metros de diámetro, que también tiene unos veinte metros de profundidad. Al percatarse del escape de gas, que podía resultar muy perjudicial para cualquier cosa que se acercara, los geólogos decidieron pegarle fuego, esperando que éste se extinguiera en unos días. Y desde entonces hasta hoy han pasado más de quince mil días y aquello sigue ardiendo. A plena luz del día, Darvaza parece un desierto de ciencia ficción, aunque las vistas más espectaculares del pozo se producen por la noche. El gas que aún alberga en su interior sigue consumiéndose de manera incesante y, según relatan los que allí han estado, ejerce una especie de magnetismo sobre los insectos, que no pueden evitar arrojarse a las llamas. De noche el cráter es visible desde varios kilómetros de distancia. Lleva ardiendo más de cuarenta años, y se desconoce durante cuánto tiempo más puede seguir ardiendo. Quizá décadas, o quizá esté próximo a su final. En cualquier caso es la principal atracción turística del desierto. De hecho podríamos decir que es la única. No muy lejos de allí hay otro cráter, pero en este no encontramos llamas sino agua. Eso y la aldea son lo único que tiene vida en un lugar lejano y desolado. O, visto desde otro punto de vista, hasta en un lugar tan lejano y desolado se puede encontrar vida y algo que ver.

En la actualidad, el cráter está vallado para evitar accidentes puesto que es uno de los principales lugares turísticos del desierto de Karakum.

Nadie sabe a ciencia cierta cuándo se apagará, pero es más que probable que el pozo de Darvaza siga ardiendo durante décadas. Y no a mucho tardar, el lugar se verá rodeado de otros pozos y de grandes tuberías. Cuando alguien muestre interés por las reservas de gas y petróleo que duermen bajo el desierto.

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