Protocolo de Montreal

Protocolo de Montreal
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Concepto:Instrumento diseñado para reducir la producción y consumo de sustancias que agotan la Capa de Ozono reduciendo su abundancia en la atmósfera protegiendo así la frágil Capa de Ozono del planeta

Protocolo de Montreal. Firmado por diferentes países en el año 1987 como una medida global para hacer frente al problema del deterioro de la Capa de Ozono que afecta a las personas del mundo. El cumplimiento de las normas establecidas en dicho Protocolo, sus enmiendas y ajustes, han controlado el uso de las sustancias químicas sumando al desarrollo industrial sustancias sustitutas “no agotadoras de ozono”. La acumulación de gases agotadores de ozono se ha frenado e incluso disminuido lo que ha reducido el riesgo de futuros daños a la Capa de Ozono.

Con 197 países firmantes, el Protocolo es uno de los tratados más ampliamente ratificados en la historia de la Naciones Unidas y es responsable, conjuntamente con el Tratado de Viena, hasta la fecha de más del 97% de reducción en el consumo de sustancias controladas que agotan la capa de ozono (medidas en toneladas de SAO).

Antecedentes

La confirmación científica del agotamiento de la Capa de Ozono impulsó a la comunidad internacional a establecer un mecanismo de cooperación para tomar medidas y proteger la Capa de Ozono. Esto se formalizó en el Convenio de Viena sobre la protección de la Capa de Ozono, que fue aprobado y firmado por 28 países, el 22 de marzo de 1985. Esto condujo a que el 16 de septiembre de 1987, tras una serie de reuniones y negociaciones rigurosas, se concertara en la sede de la Organización de Aviación Civil Internacional en Montreal, el Protocolo de Montreal, que entraría en vigor el 1 de enero de 1989 cuando fue ratificado en principio por 29 países y la Comunidad Económica Europea.

El Protocolo

El objetivo principal del Protocolo de Montreal es la protección de la Capa de Ozono mediante la toma de medidas para controlar la producción total mundial y el consumo de sustancias que la agotan, con el objetivo final de eliminarlas, sobre la base del progreso de los conocimientos científicos e información tecnológica y proteger así la frágil Capa de Ozono del planeta.

El Protocolo de Montreal se estructura en torno a varios grupos de sustancias destructoras del ozono. Los grupos de sustancias químicas se clasifican de acuerdo a la familia química y se enumeran en los anexos al texto del Protocolo de Montreal.

El Protocolo exige el control de casi 100 sustancias químicas en varias categorías. Para cada grupo o anexo de sustancias químicas, el Tratado establece un calendario para la eliminación gradual de la producción y el consumo de esas sustancias, con el objetivo de eventualmente eliminarlas por completo.

El calendario establecido por el Protocolo de Montreal se aplica al consumo de sustancias destructoras del ozono. El consumo se define como las cantidades producidas, más importadas, menos las cantidades exportadas en un año determinado. También existe una deducción por la destrucción verificada.

Incluye una provisión de ajuste única que permite a las Partes al Protocolo responder rápidamente a toda nueva información científica y llegar a un acuerdo para acelerar las reducciones requeridas de productos químicos según el Protocolo. Estos ajustes son automáticamente aplicables a todos los países que ratificaron el Protocolo. Desde su adopción inicial, el Protocolo ha sido ajustado en varias ocasiones.

Específicamente la Segunda, Cuarta, Novena, Undécima y Decimonovena reuniones de las Partes en el Protocolo de Montreal aprobaron, de conformidad con el procedimiento establecido en el párrafo 9 del artículo 2 del Protocolo de Montreal ciertos ajustes y reducciones de la producción y consumo de las sustancias controladas enumeradas en los anexos del Protocolo.

Esos ajustes entraron en vigor, para todas las Partes, el 7 de marzo de 1991, el 23 de septiembre de 1993, el 5 de agosto de 1996, el 4 de junio de 1998, el 28 de julio del 2000 y el 14 de mayo del 2008, respectivamente.

Además de ajustar el Protocolo, las Partes en el Protocolo de Montreal han introducido enmiendas al Protocolo para facilitar entre otras cosas el control de nuevos químicos y la creación de un mecanismo financiero que facilite el cumplimiento de países en desarrollo. Específicamente, la Segunda, Cuarta, Novena y Undécima reuniones de las Partes en el Protocolo de Montreal aprobaron, de conformidad con el procedimiento establecido en el párrafo 4 del artículo 9 del Convenio de Viena, cuatro enmiendas del Protocolo, la "Enmienda de Londres" (1990), la "Enmienda de Copenhague" (1992), la "Enmienda de Montreal" (1997) y la "Enmienda de Beijing" (1999).

En contraste con los ajustes al Protocolo, las enmiendas deben ser ratificadas por los países antes de que los respectivos requisitos sean aplicables a los países. Las Enmiendas de Londres, de Copenhague, de Montreal y de Beijing entraron en vigor, únicamente para las Partes que las ratificaron, el 10 de agosto de 1992, el 14 de junio de 1994, el 10 de noviembre de 1999 y el 25 de febrero de 2002, respectivamente.

Aparte de los ajustes y enmiendas al Protocolo de Montreal, las Partes en el Protocolo se reúnen anualmente y adoptan una variedad de decisiones con la intención de facilitar la aplicación efectiva de este importante instrumento legal.

A través de las reuniones de las Partes en el Protocolo de Montreal, las Partes han aprobado más de 740 decisiones. Las decisiones adoptadas por las Partes son incluidas en los informes de la Reuniones de las Partes. Las decisiones de las Partes también son incluidas en el Manual del Protocolo de Montreal.

La aplicación del Protocolo de Montreal ha progresado en los países desarrollados y países en desarrollo. Todos los calendarios de eliminación se han respetado en la mayoría de los casos, algunos incluso antes de lo previsto.

En vista del progreso constante realizado en el marco del Protocolo, ya en 2003, el ex Secretario General Kofi Annan declaró:

"Tal vez el acuerdo internacional más exitoso hasta la fecha ha sido el Protocolo de Montreal"

El 16 de septiembre del 2009, el Convenio de Viena y el Protocolo de Montreal fueron los primeros tratados en la historia de las Naciones Unidas a obtener ratificación universal.

Véase también

Fuentes