Reformas Borbónicas en América

Reformas Borbónicas en América
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Concepto:Ordenar y actualizar las relaciones políticas, mercantiles y militares.

Reformas Borbónicas en América. Esta medida se hizo sentir a partir de las decisiones de Carlos III de España, quien emprendió una profunda reorganización en sus posesiones ultramarinas con el objeto de ordenar y actualizar las relaciones políticas, mercantiles y militares.

Orígenes

La llegada de Felipe V al poder español representó el comienzo de la influencia de Francia y su poderosa cultura sobre los asuntos de España. Felipe V aportó nuevas ideas para el gobierno de ese país, entre ellas importantes reformas como las Borbónicas. Este nombre se debe a que la nueva familia real pertenecía a la Casa de Borbón, o dinastía de los Borbones y Felipe V era en su primer rey de España.

La necesidad de cambios resultaba clara para todos los observadores de la época, pues sus antecesores inmediatos, Carlos II y su padre, habían sido gobernantes ineficaces. Para 1700, el imperio había sufrido penosas derrotas militares, estaba empobrecido y tenía poca autoridad sobre sus colonias. Más aún, la larga Guerra de Sucesión agravó la situación económica y política.

Reformas Borbónicas en América

En lo que respecta a las colonias americanas, la crisis del imperio se reflejaba principalmente en: la decadencia del comercio entre España y las colonias, la disminución en los impuestos recibidos, la falta de control sobre las autoridades locales. En resumen, el imperio no era ni rentable ni gobernable.

Para que España recuperara su poder tenía que enfrentar directamente estos problemas y lograr tres objetivos claros: aumentar el comercio, mejorar la recolección de impuestos y reorganizar la administración de las colonias.

Las Reformas Borbónicas, que perseguían estos objetivos, se llevaron a cabo lentamente a lo largo del siglo XVIII y cobraron mayor vigor con la llegada, en 1759, de Carlos III, el más dinámico rey español de esta época.

Las reformas se realizaron siguiendo los mismos criterios en todas las colonias de América, pero en cada región se tomaron en cuenta las condiciones locales. Los principales cambios que se llevaron a cabo en el comercio, los impuestos y la administración de las colonias se efectuaron a lo largo de varias décadas, pues los habitantes del vasto imperio no estuvieron de acuerdo con los deseos del rey de España.

Intercambio comercial

El aumento del intercambio comercial entre España y sus colonias era un objetivo vital, pues era la forma en que la Corona podría volver a recibir ingresos de América como en el primer siglo de dominio colonial. Sin embargo, esta labor tuvo numerosos obstáculos. En los años que siguieron a la Guerra de Sucesión España tuvo dificultades para controlar el comercio con sus colonias en América.

Esa guerra había terminado con la firma del Tratado de Utrecht, el cual otorgaba concesiones a Inglaterra que le facilitaban el establecimiento de redes de contrabando en América. Durante las primeras cinco décadas del siglo XVIII, España tuvo que compartir el comercio americano con otros países, a pesar de los esfuerzos por evitarlo.

Primero se intentó mejorar el sistema de flotas, pero a mediados del siglo XVIII era claro que este medio de recolectar y transportar productos de América a España no rendía frutos satisfactorios. Las flotas limitaban el comercio porque como todos los barcos tenían que viajar juntos, pasaban meses antes de que se reunieran en el puerto y juntaran la mercancía.

El largo período entre convoy y convoy limitaba el movimiento comercial. Además, al reunirse en los puertos tantos barcos y tanta mercancía los enemigos de España tenían la tentación de apoderarse de su riqueza. En vista de las limitaciones de este sistema, a mediados de siglo se creó un mecanismo diferente: se autorizó el comercio de navíos sueltos, barcos que comerciaban fuera del sistema de flotas.

Las reformas se realizaron siguiendo los mismos criterios en todas las colonias de América, pero en cada región se tomaron en cuenta las condiciones locales. Los principales cambios que se llevaron a cabo en el comercio, los impuestos y la administración de las colonias se efectuaron a lo largo de varias décadas, pues los habitantes del vasto imperio no estuvieron de acuerdo con los deseos del rey de España.

Consecuencias de las Reformas Borbómicas

Las Reformas Borbómicas cambiaron la forma en que los españoles administraban las colonias. En Centroamérica, y en San Salvador en especial, uno de sus efectos más importantes fue el auge del añil entre 1760 y 1792. La prosperidad, sin embargo, estaba vinculada con una mayor injerencia de las autoridades coloniales sobre las decisiones locales, hasta el punto de que algunos autores consideran que las reformas instituyeron una segunda conquista.

Al mismo tiempo que se daba el auge del añil, se sentía una mayor dependencia política de España y aumentaba la competencia entre diferentes grupos y regiones de la Capitanía General. Por lo tanto, la relativa prosperidad tuvo efectos inesperados: los criollos resintieron a los funcionarios españoles, los productores de añil a los comerciantes y los indios las presiones del tributo y del repartimiento.

Las Reformas Borbómicas contribuyeron a crear las condiciones para un desenlace que España nunca imaginó: el movimiento de independencia.

La marginación y la discriminación española fomentó tal diferenciación que los criollos empezaron a odiar a España y a empezar a crear una nueva identidad, primeramente como americano y en el proceso de la independencia como salvadoreño.

Las Reformas no consideraron el inconformismo social, las normas o leyes dadas por el Estado no tomaron en cuenta las consecuencias sociales de sus políticas económicas.

Véase también

Fuente

  • Historia 1 El Salvador [1]. Consultado 24/01/2022