Síndrome de la piel escaldada


Síndrome de la piel escaldada
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Síndrome de la piel escaldada. Este se produce como una reacción sistémica ante una toxina estafilocócica.

Patogenia

EL –sepe es provocado por el S.aureus del grupo fágico SS 7,22, productor de una exotoxina exfoliativa que condiciona la formación de grandes ampollas, con exfoliación de la piel. Los estafilococos productores de toxina afectan principalmente las conjuntivas, el ombligo y los anejos. La enfermedad aparece rápidamente, pero a veces lo hace varios días después de la infección estafilocócica reconocida. Habitualmente el paciente presenta un foco primario infeccioso, que pasa inadvertido.

Cuadro clínico

Aunque afecta principalmente a los lactantes y niños pequeños, también puede observarse en adultos, especialmente en inmunodeprimidos (enfermos con insuficiencia renal crónica, que requieren diálisis, u otros con terapéutica antineoplásica o esteroides consecutivos a trasplante renal). Desde el punto de vista clínico, el paciente presenta, en primer lugar, una gran sensibilidad de la piel al dolor, con fiebre, irritabilidad acompañada de una erupción rojo brillante, de tipo difuso (como en la escarlatina) o máculas generalizadas en 1 a 2 días, y a continuación vesículas y ampollas. A las arrugas de una piel dolorosa en cara, cuello, axilas e ingles, se asocia el desprendimiento de la porción más superficial de la epidermis, en grandes láminas (signo de Nikolsky positivo). Unas costras serosas y prominentes pueden irradiarse periorificialmente desde la boca, nariz y ojos, si bien la mucosa bucal suele respetarse. Ocasionalmente se produce una conjuntivitis purulenta. El edema cutáneo generalizado es otro signo presente en esta afección. Las ampollas son estériles y la denudación extensa de la piel trastorna el equilibrio hidroelectrolítico.

Histopatología

Se caracteriza histológicamente por un plano de escisión situado en la zona alta de la epidermis, lo cual permite diferenciar esta enfermedad de la necrólisis tóxica epidérmica, que daña las capas subepidérmicas.

Diagnóstico

Se basa en: 1. Cuadro clínico 2. Identificación de la exfoliativa o toxina epidermolítica, perteneciente a los fagos del grupo SS 7,22. 3. Biopsia cutánea, si fuese necesario.

Diagnóstico diferencial

A veces se torna complicado. Especialmente el primer día de la erupción, que es cuando puede confundirse con la escarlatina, el síndrome de shock tóxico, la enfermedad de Kawasaki y el eritema multiforme; sin embargo, la exfoliación superficial “dramática” y rápida, aunque respete las mucosas, y el típico aspecto de la cara de los pacientes con SEPE, debe diferenciar este proceso eruptivo de cualquiera de los otros mencionados. Necrólisis epidérmica tóxica. Suele ser consecutiva a una alergia medicamentosa y afectar las mucosas y la subepidemis, sobre todo en adultos. Pénfigo agudo febril grave. Al parecer es causado por algún microorganismo virulento que habita en animales vivos o muertos. Las ampollas hemorrágicas se diseminan rápidamente por la boca y la piel, y el mal se acompaña de graves síntomas constitucionales.

Evolución, pronóstico y complicaciones

En general los pacientes evolucionan y no están tan enfermos como su violenta erupción podría sugerir. Puesto que es la cantidad de toxinas (más que la infección estafilocócica en sí) la que provoca el cuadro clínico, puede verse un SEPE muy grave en pacientes que aparentemente tienen, por ejemplo, una colonización faríngea sin infección invasiva. Por otra parte, los procesos infecciosos graves, como la sepsis, incrementan la baja pero apreciable tasa de mortalidad por SEPE.

Tratamiento

1. Local. Baños antisépticos ya aplicación tópica de antibacterianos. 2. Sistémico. Antibióticos antiestafilocócica, generada, en parte, por la producción de una exotoxina pirógena.

Fuente

  • Tomado del Libro Dermatología / Dr.Julián Manzur Katrib, Dr. José G. Díaz Almeida, Dra .Marta Cortes Hernández. —La Habana: Editorial Ciencias Médicas; 2002 310 p.il, pág. 130