Síndrome del desembarco

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Síndrome del Desembarco o Mal de Debarquement.
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Mal de debarquement 2.jpg
Región más común:Cabeza, Oidos.
Forma de propagación:No es propagable

Síndrome del desembarco. Es una forma de vértigo y desequilibrio que ocurre habitualmente luego de un viaje, generalmente la personas más afectadas son mujeres entre los 40 y 50 años.

Resumen

El Síndrome del Desembarco, Mal de Debarquement o MDD es una forma de vértigo que puede presentarse luego de un viaje en barco, avión, tren, automóvil u otra forma de traslado que signifique una movilización sustancial. Los mensajes que traen estos síntomas pueden aprovecharse para el autoconocimiento y la realización de los cambios necesarios para obtener mayor bienestar.

Síntomas

El Síndrome del Desembarco, Mal de Debarquement o MDD es frecuente después del traslado en cualquier medio de transporte que signifique una movilización sustancial. Los síntomas más frecuentes son:

  • Sensación de estar en una hamaca o mecedora.
  • Dificultad para mantener el equilibrio.
  • Extrema fatiga.
  • Falta de concentración.

Adicionalmente pueden presentarse:

  • Mareos
  • Visión borrosa u otras perturbaciones visuales.
  • Dolores de cabeza o migrañas.
  • Confusión y ansiedad.

Muchos pacientes describen también:

  • Hiperacusia y tinitus,
  • Sensación de vacío en la cabeza,
  • Dolor de oídos y disminución de la audición.

Sectores de la porblación con mayor riesgo a contraerlo

En el MDD los síntomas se incrementan por el estrés, falta de sueño, ruidos, luces intermitentes, aglutinamiento de gente, movimientos intempestivos o rápidos, lugares cerrados o exceso de trabajo. Un estudio reciente de la MDD Balance Disorder Foundation, realizado a más de cien personas diagnosticadas con este síndrome muestra que la mayoría de los que la padecen son mujeres (en un rango de 9 a 1), con un promedio de edad entre los 43 y 45 años. Los mayormente reportados suceden después de un crucero (45%), excursiones cortas en barco (22%), viaje en avión (15%), y en automóvil (8%) .

Descripción de MDD

El MDD se considera una alteración en el esquema de adaptación a condiciones de movimiento persistente. Durante la exposición sostenida a éste se producen estímulos visuales, vestibulares y propioceptivos no naturales y conflictivos que generan la aparición de intolerancia inicial (mismatch theory); aquí, la expresión clínica inmediata es la cinetosis (estímulo básicamente nauseogénico). Si bien la mayoría de nuestros pacientes presenta antecedentes de cinetosis, sólo uno refiere haberla presentado durante el viaje que desencadenó el MDD; por tanto, su presencia previa no es condición obligada.

Paralelamente al conflicto sensorial inicial, se ponen en marcha mecanismos neurofisiológicos adaptativos destinados a mejorar la interacción entre el sujeto y el medio ambiente móvil innatural. La adaptación sostenida en el tiempo se considera como una habituación a la condición nueva. Se han documentado múltiples modificaciones neurofisiológicas tanto transitorias como persistentes, expresiones del mecanismo adaptativo, modificación en la ganancia y fase del reflejo vestibuloocular, disminución de las respuestas calóricas vestibulares y aumento de las latencias motoras y de la dependencia somatosensorial a expensas del descenso visual y vestibular.

Cuando las relaciones sensoriales adaptativas nuevas persisten tras el desembarco, un nuevo conflicto aparece, y se expresa clínicamente como MdD. Una nota interesante es que cuando los pacientes con MDD persistente regresan al barco (medio ambiente móvil), los síntomas mejoran. Por lo anteriormente expuesto se resume que los afectados de MdD presentan rigidez para adaptarse sensorialmente a las condiciones de movimiento persistente del entorno. Sin duda, dicha rigidez adaptativa es una condición individual en la que pueden participar factores predisponentes: genéticos, migraña, hormonales, psicológicos y factores propios del estímulo: frecuencia, amplitud, multiaxialidad, etc.

Tratamiento

No se han estudiado sistemáticamente ni la prevención de un nuevo evento ni el tratamiento sintomático una vez instaurado el cuadro. Los sedantes vestibulares (antihistamínicos o anticolinérgicos) no suelen ser útiles. Ciertos fármacos con capacidad para retrasar la habituación podrían utilizarse para prevenir un evento nuevo. Se han usado:

Para el tratamiento de los síntomas instalados hay evidencia positiva con el uso de:

Es recomendado en estos casos la realización de ejercicios que incluyan el desplazamiento como caminar, correr, y andar en bicicleta (no la bicicleta fija). Los neurólogos suelen recetar también algunos medicamentos específicos que, si bien no ofrecen una solución permanente, alivian los síntomas. Entre otras, algunas teorías le adjudican este síndrome a una falla de ajuste de los receptores de la gravedad alojados en el oído interno. Otros creen que se trata de una variante de la migraña. Debido a que la mayoría de quienes las padecen son mujeres, se le otorga también alguna relación con las hormonas sexuales: estrógenos y progesterona.

Fuentes