Siempre hemos vivido en el castillo

Siempre hemos vivido en el castillo
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Un relato de terror contenido sobre la familia Blackwood, envenenada seis años atrás, y de la que solamente quedan con vida Merricat, su hermana Constance y su tío Julian.
Título originalWe Have Always Lived in the Castle
Autor(a)(es)(as)Shirley Jackson
Editorial:Minúscula
ColecciónTour de force, 3
GéneroNovela
Edición2012
Primera edición21 de septiembre de 1962
ISBN978-84-95587-89-3
PaísBandera de España España
Notas
Contiene 222 páginas

Siempre hemos vivido en el castillo. Última novela de la escritora estadounidense Shirley Jackson (San Francisco, 1916- North Bennington, Vermont, 1965), es un relato exquisitamente complejo. Junto al resto de su obra literaria, ha sido y continúa siendo objeto de controversia entre la crítica y el público, ¨We have always lived in the castle¨ fue llevada al cine en el año 2017.

Reseña

«Me llamo Mary Katherine Blackwood. Tengo dieciocho años y vivo con mi hermana Constance. A menudo pienso que con un poco de suerte podría haber sido una mujer lobo, porque mis dedos medio y anular son igual de largos, pero he tenido que contentarme con lo que soy. No me gusta lavarme, ni los perros, ni el ruido. Me gusta mi hermana Constance, y Ricardo Plantagenet, y la Amanita phalloides, la oronja mortal. El resto de mi familia ha muerto.» Con estas palabras se presenta Merricat, la protagonista de Siempre hemos vivido en el castillo, que lleva una vida solitaria en una gran casa apartada del pueblo. Allí pasa las horas recluida con su bella hermana mayor y su anciano tío Julian, que va en silla de ruedas y escribe y reescribe sus memorias. La buena cocina, la jardinería y el gato Jonas concentran la atención de las jóvenes. En el hogar de los Blackwood los días discurrirían apacibles si no fuera porque los otros miembros de la familia murieron envenenados allí mismo, en el comedor, seis años atrás.

Argumento

La novela gira en torno a la vida de las hermanas Blackwood y su tío Julian. Los tres viven en la mansión familiar donde seis años atrás el resto de la familia murió envenenada. Los habitantes del pueblo siempre les han odiado, según nos cuenta Mary Katherine, “Merricat”, la hermana pequeña y narradora, y acusan a su dulce hermana Constance del envenenamiento a pesar de haber sido absuelta por las autoridades. Al contrario de lo que podría sugerir una mirada inicial, Siempre hemos vivido en el castillo no es una novela de misterio.

No caben las deducciones acerca de quién fue el verdadero artífice del envenenamiento o cuáles fueron sus motivos. En esta historia se va perdiendo el juicio hasta que hacer lo correcto deja de tener sentido. Ésta es una novela de terror, un terror íntimo que nos deja con el sabor amargo de lo que rodea una verdad velada.

Es posible que nos dejemos engañar por su aparente simplicidad, la de la rutinaria vida de las hermanas Blackwood; sin embargo, es sólo una argucia de la retorcida escritura de Shirley Jackson. La “tontuela Merricat” narra su relato con el desapego y la soltura de quien escribe en un diario. De inmediato, el lector se siente impelido a identificarse con la protagonista, joven huérfana que (sobre)vive con su hermana y su tío enfermo. Su vida se compone de una deliciosa rutina casera intercalada con fantasías de magia y muerte que, interpretamos, permiten soportar el aburrimiento del encierro en la casa a una niña con un espíritu salvaje. He aquí donde Jackson nos traiciona. Merricat no es Anna Frank, se encierra voluntariamente. Merricat no es una niña, tiene dieciocho años. Merricat es casi demasiado salvaje.

La novela de Shirley Jackson es, en realidad, un cuento de hadas maltrecho, una cálida pesadilla. Como nos adelanta el título, este relato ocurre en un castillo. Como en todos los cuentos, hay una princesa, un príncipe y un dragón. Jackson juega con el intercambio de roles y los giros inesperados para transgredir y generar una creciente inquietud en el lector. Cuando el terror se endulza con mermelada resulta en exceso siniestro, no debería ser y, sin embargo, es.

Sobre el autor

Shirley Jackson (San Francisco 1916- Bennington 1965) estudió en la Universidad de Syracuse. Muchos de sus cuentos fueron publicados por primera vez en The New Yorker, donde colaboró de manera regular durante las décadas de los años cuarenta y cincuenta. En 1952 se reunieron estos textos en un libro titulado Life Among The Savages. En 1948 publica La lotería, un relato que causó un gran impacto y que cuenta con una reseña en NST. Otra joya de esta autora es La maldición de Hill House (1959) que en 2018 se convirtió en una serie de diez capítulos de la mano de de Neflix y dio a conocer a esta autora al gran público.

Siempre hemos vivido en el castillo (1962) fue la última novela de Shirley Jackson y considerada por la revista Time como una de las mejores diez novelas de ese año.

Fuentes

  • Disponible en:[1]. Consultado el 21 de abril de 2021.
  • Disponible en:[2]. Consultado el 21 de abril de 2021.
  • Disponible en:[3]. Consultado el 21 de abril de 2021.