Sistema óseo


Sistema óseo
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Concepto:El sistema óseo está formado por un conjunto de estructuras sólidas compuestas básicamente por tejido óseo, que se denominan huesos.

El sistema óseo está formado por un conjunto de estructuras sólidas compuestas básicamente por tejido óseo, que se denominan huesos. El esqueleto formado por un conjunto de huesos constituye el armazón o soporte del cuerpo y a la vez le sirve de protección. El esqueleto constituye la parte pasiva del sistema locomotor

Función

Los huesos son órganos duros y resistentes, de color blanquecino, que al unirse entre sí mediante las articulaciones forman el esqueleto, el cual constituye la parte pasiva del sistema osteomioarticular o aparato locomotor, existiendo en una persona adulta 200 huesos aproximadamente. Los huesos contribuyen a realizar las funciones generales de tipo mecánicas correspondientes al esqueleto, que ya fueron explicadas con anterioridad. Además tienen funciones específicas de tipo biológicas propias del sistema óseo, participando en los procesos metabólicos del organismo, especialmente el mineral, constituyendo los huesos un depósito de sales minerales principalmente de calcio y fósforo e intervienen en la hemopoyesis o formación de células sanguíneas. También el desarrollo óseo tiene gran importancia en el crecimiento corporal.

Clasificación de los huesos

Los huesos se pueden clasificar de diversas maneras, teniendo en cuenta diferentes criterios como la situación, origen, estructura, función y forma de los mismos. Por su forma, los huesos se clasifican basándose en las relaciones que existen entre las tres dimensiones fundamentales de los cuerpos, o sea, el largo, ancho y grosor. Esta clasificación es clásica, ya que fue establecida en la época de Galeno (130-200 n.e.) y aún perdura con algunas modificaciones. Actualmente la clasificación de los huesos aceptada internacionalmente está basada en su forma, lo que facilita el estudio de sus porciones. En esta clasificación se distinguen cinco tipos de huesos: cortos, planos, largos, neumáticos e irregulares.

Huesos cortos

Los huesos cortos se caracterizan porque las dimensiones son aproximadamente iguales, presentando una forma más o menos cúbica y por lo general son pequeños. Están situados en regiones que tienen movimientos muy variados y poco extensos como el carpo de las manos y el tarso de los pies. Una variedad de este grupo son los huesos sesamoideos que reciben su nombre al compararlos por su tamaño con el grano de la planta de sésamos conocido en nuestro país por ajonjolí, los cuales se localizan cerca de las articulaciones de las manos y de los pies, incluidos en tendones, donde actúan como dispositivos auxiliares de los músculos.

Huesos planos

Los huesos planos se destacan porque dos de las dimensiones, el largo y el ancho, predominan sobre el grosor presentando dos caras y un número variable de bordes, según la figura geométrica del hueso. En general son incurvados, algunos son alargados y de acuerdo con su tamaño pueden ser grandes y pequeños. Están situados en regiones destinadas a la protección y sostén de otros órganos, como en la cabeza, tórax y cinturón de los miembros.

Huesos largos

Los huesos largos se caracterizan porque una de las dimensiones, el largo, predomina sobre las otras dos, presentando una forma tubular en la que se distinguen tres porciones, la diáfisis y dos epífisis. La diáfisis o cuerpo del hueso, es la porción alargada en forma de cilindro. Las epífisis o extremidades del hueso generalmente son voluminosas, donde se encuentran superficies lisas articulares y eminencias rugosas en las que se insertan los ligamentos y tendones. Además, se describe la metáfisis, zona correspondiente a los extremos de la diáfisis que en la etapa de crecimiento están separadas de las epífisis por los llamados cartílagos epifisarios (cartílago de conjunción). Estos huesos por su tamaño pueden ser grandes y pequeños. Están situados en regiones de gran movilidad, actuando como brazos de palancas, en la parte libre de los miembros.

Huesos neumáticos

Los huesos neumáticos se distinguen por presentar cavidades en su interior, que contienen aire. Tienen formas diversas constituidas por varias caras y generalmente son pequeños. Están situados en regiones próximos a la cavidad nasal, protegiendo a otros órganos (etmoides y maxilares). Las cavidades neumáticas de los huesos se denominan senos, cuyas paredes están revestidas de mucosa, la cual puede inflamarse provocando las sinusitis. Por lo general la forma de los huesos es muy irregular y por tanto, muy difícil de precisar, presentando formas diferentes que son propias de cada uno, dependiendo de la función que realizan. Por este motivo en algunos huesos se pueden considerar formas mixtas de los tipos antes mencionados, que se clasifican como irregulares. Estos huesos se localizan en el esqueleto axil, o sea, en la cabeza (esfenoides y temporal) y columna vertebral (vértebras).

Características de las superficies de los huesos

En la superficie de los huesos se pueden precisar las porciones o partes que son comunes a todos aquellos huesos que tienen una forma semejante. Por ejemplo, en los huesos largos se distinguen el cuerpo o diáfisis y las extremidades o epífisis (proximal y distal). Además, en la diáfisis de estos huesos también se aprecian caras y bordes. En los huesos planos siempre se destacan dos caras, siendo variables el número de bordes y ángulos, de acuerdo con la figura geométrica que presenta su forma, ya sea triangular o cuadrilátera, y en los huesos cortos se distinguen las caras que están determinadas por la forma general de los mismos. En la superficie de las distintas porciones de los huesos se observan además, distintos tipos de impresiones o irregularidades que le proporcionan al hueso sus detalles anatómicos. Estas superficies irregulares o detalles anatómicos de los huesos pueden clasificarse en articulares y no articulares. Las superficies articulares, como su nombre indica, forman parte de las articulaciones y se caracterizan porque son lisas y tienen formas variables de acuerdo con su función. Estas superficies reciben nombres diversos y serán estudiadas en el capítulo de artrología. Las superficies no articulares pueden ser de tres tipos: elevaciones, depresiones y orificios. Las elevaciones generalmente son rugosas y representan puntos de inserción de ligamentos y tendones. Las depresiones son también áreas de inserción de ligamentos y músculos, actuando en determinadas zonas como receptáculos de órganos, tendones y elementos vásculonerviosos. Los orificios son las entradas o accesos a alguna cavidad o canal óseo, por donde pueden pasar elementos vásculonerviosos. Las superficies irregulares o detalles anatómicos reciben distintas denominaciones de acuerdo con su forma y extensión, las cuales se irán precisando en el estudio particular de cada hueso. Algunas de estas irregularidades tienen gran importancia en el estudio de la anatomía de superficie y radiológica como puntos de referencia u orientación.

Detalles anatómicos óseos no articulares

ELEVACIONES CARACTERISTICAS

Eminencia Poco pronunciada

Protuberancia Muy pronunciada

Tubérculo Pequeño y redondeado

Tuberosidad Grande y rugosa

Trocánter Grande y redondeado (en fémur)

Proceso (apófisis) Largo y rugoso

Espina Larga y delgada

Cresta Lineal, prominente y rugosa

Línea Lineal, poco prominente

DEPRESIONES

Fosa Grande y profunda

Fosita Pequeña y poco profunda

Incisura Localizada en el borde de un hueso

Surco Lineal, como un tubo abierto

Canal Semejante al surco. En anatomía se usa como sinónimo de conducto, pero que no tiene paredes propias.

Meato Canal

Conducto Tubular, con paredes propias

Cavidad Espacio dentro de un cuerpo u órgano

Antro y seno Cavidad de un órgano

Celda o célula Cavidad pequeña

ORIFICIOS (Foramen, abertura, hiato, adito)

Poro Pequeño

Fisura (hendidura) Estrecha y alargada

Anatomía radiológica de los huesos

La radiografía es utilizada frecuentemente como medio diagnóstico en las afecciones del esqueleto y para determinar el desarrollo óseo alcanzado por el individuo. En las radiografías los huesos se observan con marcada claridad, destacándose su forma, tamaño y estructura macroscópica (sustancia ósea compacta y esponjosa). La periferia o cortical de los huesos, formada por sustancia ósea compacta, tiene el aspecto de una banda homogénea blanquecina (radioopacidad intensa), la cual está muy engrosada en la diáfisis de los huesos largos. El interior de los huesos cortos, planos y epífisis de los huesos largos, formada por sustancia ósea esponjosa, presenta el aspecto reticular con radioopacidad menos intensa. Las cavidades óseas que se encuentran en el interior de los huesos se observan más oscuras (radiotransparente). La imágen radiográfica de los huesos se puede apreciar desde el período prenatal, cuando comienzan a originarse los centros de osificación que van apareciendo de forma progresiva y con una cronología determinada, lo que permite valorar el grado del desarrollo óseo y calcular la edad aproximada del individuo, especialmente en los niños, siendo utilizada con este objetivo la radiografía del carpo de la mano. En el recién nacido ya se observa la mayoría de los huesos, aunque de forma incompleta. En el niño se osifican los huesos del carpo y la mayoría del tarso y de las epífisis de los huesos largos, que se hallan unidos a la diáfisis por los cartílagos epifisarios o de conjunción (sincondrosis), cuyo conocimiento tiene gran importancia práctica porque pueden ser motivo de confusión con las fracturas (Fig. 19.6). En la adolescencia aparecen algunos centros de osificación secundarios en determinados huesos y se produce la fusión de los centros de osificación existentes en cada hueso. Al inicio de la adultez (20 años) algunos huesos completan su fusión y al final de este período (45 años) algunos huesos se fusionan con los vecinos. En el período de envejecimiento se pueden apreciar en las radiografías de los huesos, algunas transformaciones como la atrofia ósea senil (osteoporosis) y la neoformación de tejido óseo con aposiciones periósticas circunscritas en las proximidades de focos inflamatorios crónicos (osteofitos).

Fuentes

  • Tomo I Morfología Humana. Drs. Rosell, Dovale y Torres
  • Folleto de Consideraciones generales de la Anatomía y el Aparato Locomotor. Rosell y Dovale.
  • www.monografias.com