Sujeto

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Concepto:sujeto es una clase de argumentos verbales o sintagmas requeridos por los verbos finitos no impersonales en las lenguas nominativo-acusativas y, por lo tanto, es uno de los elementos destacados de la mayoría de oraciones en esas lenguas. Pueden existir sujetos pasivos y sujetos activos.

Sujeto. Es un concepto sintáctico, y aunque en ciertas lenguas pueden usarse criterios fonéticos, morfológicos e incluso semánticos para identificarlo, todos estos últimos son falibles por lo que la identificación de sujeto debe atenerse en lo posible a la sintaxis.

En español, por ejemplo, el sujeto de un verbo en voz activa suele cumplir que:

  • aparece antes que el verbo en las oraciones afirmativas.
  • semánticamente es un agente activo.

Sin embargo, en una oración como «Me gustan mucho los helados en verano», no se cumple ninguno de los dos anteriores criterios. Por esa razón conviene usar un criterio puramente sintáctico, como por ejemplo la concordancia gramatical, así si consideramos las oraciones alternativas:

  • Me gustan mucho los helados en el verano.
  • Me gusta mucho el helado en el verano.
  • Me gustan mucho los helados en los veranos.

Se aprecia que el único elemento que obligatoriamente concuerda con el verbo en número es precisamente el sujeto, que en este caso ni ocupa el primer lugar en la oración ni es un agente activo.

Qué es el sujeto

Desde un punto de vista sintáctico, toda oración propiamente dicha se divide en un sujeto y un predicado. Mientras el predicado es la acción expresada en el verbo, el sujeto es la persona u objeto que lleva a cabo la acción o del cual estamos hablando.

En otros términos, el sujeto es una de las partes sintácticas que componen una oración y en concordancia con la cual se conjuga el verbo del predicado. Suele ser el primer término de la oración, pero ese no es su lugar de manera exclusiva.

A pesar de que la mayoría de las oraciones del español tienen un sujeto claro y reconocible, existen muchas en las que no es así, como las oraciones de sujeto tácito (implícito, o sea, no presente pero deducible del contexto), o las oraciones impersonales (desprovistas de un sujeto lógico).

Para comprobar cuál es el sujeto, el método tradicional consiste en observar el verbo principal de la oración, dado que éste se halla conjugado en concordancia (persona y número). Así, por ejemplo, en la oración “Juana come vegetales”, el verbo está en tercera persona del singular (“come” y no “comen” a pesar de que son varios vegetales), para concordar con el sujeto, “Juana”. Puede servirte: Infinitivo

Tipos de sujeto

El sujeto puede clasificarse de distintos modos, atendiendo a diversos criterios. Los principales de ellos son:

  • Sujeto expreso y sujeto tácito. La primera distinción que debemos hacer para clasificar los sujetos tiene que ver con su aparición explícita en la oración. Así, cuando el sujeto está enunciado como tal dentro de la cadena sintáctica, o sea, cuando se lo dice expresamente, hablaremos de sujeto expreso. En cambio, cuando el sujeto no aparezca en la oración, pero se sobreentienda cuál es, o sea, se encuentre omitido o implícito, hablaremos de un sujeto tácito o sujeto desinencial. Por ejemplo: “Yo tengo 77 años” (sujeto explícito) y “Tengo 77 años” (sujeto tácito).
  • Sujeto agente y sujeto paciente. Otra forma de clasificar al sujeto tiene que ver con su forma de aparición dentro de la oración, respecto a la acción detallada por el verbo. Así, cuando el sujeto es la persona que ejecuta activamente la acción del verbo, tendremos acciones activas y un sujeto agente. En cambio, cuando el sujeto es la persona que padece la acción del verbo, o sea, que es sometido a la acción en lugar de ejecutarla, tendremos una oración pasiva y por lo tanto un sujeto paciente. Por ejemplo: “Mi mamá acarició al gato” (sujeto agente) y “El gato fue acariciado por mi mamá” (sujeto paciente). Tengamos en cuenta que al convertir una oración de activa a pasiva, el sujeto y el objeto directo cambian sus roles respectivos.
  • Sujeto simple y sujeto compuesto. Otra forma de clasificar el sujeto atiende a su composición morfológica, o sea, a la cantidad de términos que involucra. Así, podemos tener un sujeto simple cuando consta de un único referente, y un sujeto compuesto cuando alude en cambio a varios referentes, teniendo por ende dos o más núcleos. Por ejemplo: “Pedro robó el banco” (sujeto simple) y “Pedro y Mario robaron el banco” (sujeto compuesto).

Núcleo del sujeto

El sujeto oracional generalmente se compone de un sintagma nominal, del cual podemos distinguir dos tipos de elementos: el núcleo del sujeto y sus modificadores o adjuntos.

El núcleo generalmente es un sustantivo o un pronombre, o algún otro término sustantivado, sobre el cual recae la mayor carga semántica del sintagma y por lo tanto funciona como eje del sujeto.

Así, en la oración “Los monos comen maní”, el sujeto (“Los monos”) tendrá como núcleo al sustantivo monos. Mientras que en “Ellas dos también son mis compañeras”, el sujeto (“Ellas dos”) tiene como núcleo el pronombre personal Ellas.

Modificadores del sujeto

Los modificadores directos e indirectos inciden en el núcleo.

Aparte del núcleo, en el sujeto hacen vida los modificadores del sujeto, o sea, aquellos términos oracionales que acompañan y modifican el significado del sujeto, ya sea de modo directo o indirecto. Así, se tiene:

  • Modificadores directos. Se trata de aquellas palabras que van junto al núcleo del sujeto e inciden directamente sobre él, como son los artículos y los adjetivos. Los primeros definen gramaticalmente al sustantivo, o sea, indican su número y género gramatical, mientras que los segundos añaden un significado completo al sustantivo. Por ejemplo, en la oración “Unos tristes tigres comen trigo” el núcleo del sujeto (tigres) está acompañado de dos modificadores directos: el artículo “Unos” (indeterminado, masculino, plural) y el adjetivo “tristes” (o sea, no felices).
  • Modificadores indirectos. Sin embargo, el núcleo del sujeto puede ser acompañado por modificadores que no actúan directamente sobre él, sino que lo hacen a través del puente de una preposición y que constituyen, en sí mismos, sintagmas nominales o preposicionales. En este caso, el sintagma completo funciona como un adjetivo lo haría, pero debido a su lejanía sintáctica lo tendremos por un modificador indirecto. Por ejemplo: en la oración “El perro de mi primo me mordió”, el núcleo del sujeto (perro) está acompañado de un modificador directo (El) y de uno indirecto: “de mi primo”, que consiste en un sintagma preposicional (de+adjetivo+sustantivo), pero que en este caso no es autónomo, sino que tiene como propósito modificar al núcleo del sujeto, indicando que no se trata de cualquier perro, sino el perro “de mi primo”.

Oraciones con sujeto y predicado

Las oraciones dotadas de sujeto y predicado discernibles se conocen como oraciones bimembres (o sea, de dos miembros). Entre ellas se incluye a las que poseen un sujeto tácito o un predicado elidido, porque en ambos casos se puede inferir el contenido ausente a partir del contexto. Algunos ejemplos de oraciones bimembres son:

  • Mi padre limpia el patio con el rastrillo.

Sujeto: Mi padre Núcleo del sujeto: padre Modificador del sujeto: Mi (directo) Predicado: limpia el patio con el rastrillo Núcleo del predicado: limpia

  • Muchos grandes artistas pasaron inadvertidos.

Sujeto: Muchos grandes artistas Núcleo del sujeto: artistas Modificadores del sujeto: Muchos (directo), grandes (directo) Predicado: pasaron inadvertidos Núcleo del predicado: pasaron

  • Un gato persa se pasea por el comedor.

Sujeto: Un gato persa Núcleo del sujeto: gato Modificadores del sujeto: Un (directo), persa (directo) Predicado: se pasea por el comedor Núcleo del predicado: se pasea (pasearse)

  • Tengo dolor de estómago.

Sujeto: yo (tácito) Predicado: Tengo dolor de estómago Núcleo del predicado: Tengo

  • La mujer de mi primo falleció anoche.

Sujeto: La mujer de mi primo Núcleo del sujeto: mujer Modificadores del sujeto: La (directo), de mi primo (indirecto) Predicado: falleció anoche Núcleo del predicado: falleció


Criterios morfosintácticos

En muchas lenguas del mundo toda oración completa requiere la presencia de un sujeto explícito. En otras lenguas por el contrario se acepta la posibilidad de que no exista un elemento fonéticamente realizado que pueda ser interpretado como sujeto (lenguas pro-drop), en estos casos se habla de sujeto elíptico. Finalmente en algunas lenguas no existe sujeto semántico asociado en las oraciones genuinamente impersonales (las relacionadas por ejemplo con verbos meteorológicos: llueve, nieva, ...). Sin embargo, en las lenguas de sujeto explícito obligatorio suele aparecer un pronombre expletivo en la posición usual de sujeto, como sucede en francés e inglés:

(1a) It rains (1b) Il pleut (1c) Ø llueve En (1a) y (1b) aparecen los «pronombres expletivos» it y il que no tienen referente real (es decir, semánticamente vacíos).

Los tipos de sujetos existentes de acuerdo a criterios morfosintácticos son:

  • Sujeto expreso o explícito, que aparece en la oración: Pedro come manzanas.
  • Sujeto tácito, omitido o elíptico, el cual no tiene realización explícita en la oración. En español muchas veces es reconocible por la desinencia del verbo, como en «comía peras» que puede referirse a «yo, usted, él o ella», no siendo completamente eliminada la ambigüedad. Un subtipo de este tipo de sujetos es:
  • Sujeto indeterminado, aquel que no puede determinarse, porque no se desea revelar o por desconocimiento del hablante. Por ejemplo, en la oración «mataron al vendedor», el sujeto no necesariamente es ellos, ya que pueden ser ellas o ustedes.
  • Sujeto expletivo realizado por un pronombre de tercera persona, expresado pero sin significado real (en español no existe este tipo de sujetos, aunque sí aparecen en inglés, francés y alemán).

Criterios semánticos

Un criterio de identificación semántica del sujeto es ver, de entre todos los nombres (más exactamente sintagmas nominales), cuál de ellos tiene un referente que pueda ser experimentador o agente de la predicación del verbo. Si el verbo tiene forma pasiva, entonces el sujeto puede ser también paciente.

  • Sujeto agente es el que realiza, controla o preside la acción que ejecuta el verbo, y por tanto aparece siempre en las oraciones activas: Pedro come peras / El rey ganó la regata.
  • Sujeto paciente es el que padece la acción realizada por el verbo y ejecutada por un complemento agente con la preposición por o de, que puede aparecer u omitirse; por eso es el sujeto de las oraciones pasivas: «La circulación fue desviada por la carretera (por el policía de tráfico)». «El paciente fue operado por el doctor». «Lorca era conocido de todos» . «Se vende piso».
  • Sujeto causativo es el que no ejecuta directamente la acción, pero la preside: «Felipe II construyó El Escorial».

Otro tipo de sujeto sintácticamente complejo es el

  • Sujeto compuesto, aquel cuyo sintagma nominal posee dos núcleos: «Pedro y Luis salieron a pescar».
  • Experimentador es el elemento que designa a un participante de la predicación verbal que no es un partícipe consciente o voluntario del estado o proceso predicado por el verbo. Generalmente los sujetos de las oraciones intransitivas que designan estado o actividad mental son experimentadores.

Sujeto en sintaxis

En la gramática tradicional la oración se consideraba una estructura sintáctica exocéntrica, en la que ni el sujeto ni el predicado eran núcleo de la oración, siendo la oración la unión de dos sintagmas de diferente tipo. De hecho se suponía que una oración tendría una estructura simple del tipo:

Sin embargo, en el análisis generativista resultó más fácil hacer generalizaciones y formular algunos principios sintácticos, encontrados en las lenguas del mundo, suponiendo que todo sintagma es endocéntrico, en la línea la hipótesis de la X'-barra. En este tipo de análisis se considera que el sujeto es el especificador de un sintagma de tiempo y, por tanto, sujeto a los principios de rección y ligamiento regulados por el núcleo de tiempo. En este análisis la oración no es otra cosa que el sintagma que es proyección máxima del núcleo de tiempo, que está formado por los morfemas o marcas de TAM:

Además en el nuevo análisis suele aceptarse la hipótesis del sintagma determinante no como un sintagma nominal. Como los pronombres aislados tienen el rasgo [+determinado] eso explicaría porqué un pronombre aislado puede ser también sujeto.

El sujeto en español

En español, para saber qué constituyente es sujeto en una oración cualquiera basta con cambiar de número al verbo: la palabra que debe cambiar de número para que la frase tenga sentido es el sujeto:

A mí me gustan mucho los partidos de fútbol A mí me gusta mucho el partido de fútbol

El sujeto es el sintagma los partidos de fútbol, porque hay que cambiar de número a su núcleo para que «no suene mal», es decir, la oración resulte gramaticalmente interpretable.

Según otro criterio de la gramática tradicional, para localizarlo hay que preguntar ¿quién? o ¿quiénes? al verbo. Ejemplo: Alberto conducía a gran velocidad

Sin embargo, este último criterio de tipo semántico y conduce a problemas en oraciones de cierta complejidad como: Me gusta escuchar a María.

Ocasionalmente también el criterio de concordancia puede fallar con sintagmas cuyo referente son colectivos:

La mayoría de personas lo considera aceptable (concordancia normal) La mayoría de personas lo consideran aceptable (concordancia anómala)

El llamado sujeto inclusivo es aquel que no concierta en persona, pero sí en número con el verbo:

Los españoles somos así El sujeto posee generalmente una estructura de sintagma nominal, sin embargo, un caso peculiar son los sujetos introducidos por entre o hasta, como en:

«Entre Pedro y Luis acabaron la tarea» «Hasta Paco quiso venir» . Aunque tome apariencia de sintagma preposicional, «entre... y...» cumple función de nexo coordinante y «hasta» no es preposición ya que no rige el caso del pronombre, decimos (a) «Hasta yo puedo hacerlo» pero no (b) «Hasta mí* puedo hacerlo». En la teoría generativa puede admitirse que entre y hasta no son propiamente preposiciones (ya que no asignan caso como se aprecia en (a), si la preposición asignara caso tendríamos (b)), sino elementos colocados en dentro del sintagma complementante para modificar la fuerza ilocutiva de la oración.


Sujeto en la teoría lingüística

Por otra parte, en la antigua gramática transformacional se definía el sujeto como el constituyente sintáctico (usualmente un sintagma nominal) dominado inmediatamente por la oración. Más recientemente la gramática generativa ha modificado ese hecho y considera que el sujeto usualmente ocupa la posición del especificador del sintagma de tiempo (o el sintagma de inflexión, dependiendo la versión de teoría usada).

El sujeto, dependiendo de qué lengua, es o no un elemento imprescindible en la oración según no exista o sí exista un morfema claro que lo indique, de forma que, por ejemplo, en francés e inglés es preciso siempre especificarlo con un pronombre sujeto si no hay un sintagma nominal que lo represente. En español puede muchas veces omitirse, denominándose entonces sujeto elíptico: «Todos los días voy al trabajo» (Sujeto elíptico o tácito, yo). También se habla en este caso de sujeto desinencial (presente en la desinencia del verbo).

Oraciones impersonales

En las llamadas oraciones impersonales, el sujeto no se realiza porque no es necesario, no interesa o no aporta ninguna información relevante, de forma que queda indeterminado:

Llueve Huele a rosas Se vive bien aquí Hay muchos problemas de matemáticas Basta con dos Sin embargo, las lenguas en las que el sujeto es indispensable para construir una oración gramatical pueden utilizar pronombres expletivos como en la expresión inglesa «it rains».

Lenguas ergativas

Las lenguas ergativas muestran peculiaridades en el comportamiento de sus «sujetos» y «objetos», en particular:

  • Muchas lenguas ergativas carecen de una voz pasiva (en que se puede hablar del que sufre una acción omitiendo los agentes responsables) y en su lugar tienen una voz antipasiva (en la que se puede hablar de quienes son agentes responsables de algo, sin explicitar a quien se lo hacen).
  • En ciertos casos de omisión sintáctica, las lenguas ergativas pueden omitir el «paciente» (realmente el argumento externo). En una lengua nominativo-acusativa resulta natural decir algo como:

(1) «El hombre llegó y vio a la mujer». Donde en la segunda oración se omite hombre. Pero en una lengua ergativa pura esa construcción es agramatical en la diátesis normal, por lo que en caso de la omisión de un argumento en la segunda parte de la oración se dice algo como: (2) «La mujer llegó y el hombre fue el que vio»

En una lengua ergativa se podría omitir totalmente «mujer» en la segunda oración cosa que no es posible en español donde necesitamos hacer algo como la mujer llegó y el hombre la vio donde el pronombre la en la segunda no es omitible. Sólo si se pasa a la pasiva se puede decir algo como «La mujeri llegó y fue vista» (donde ahora sí se omite completamente «mujer» en la otra oración). De la misma manera decir algo como en una lengua ergativa, omitiendo «hombre» totalmente requeriría el uso de la voz antipasiva. Se puede ilustrar esto con ejemplos del dyirbal o yirbal una lengua aborigen de Australia:

(3a) Balan dugumbili baniñu, bangul yarangu Øi buran ART.ABS mujer.ABS (elidido:mujer) venir.PSD, ART.ERG hombre.ERG ver.PSD «La mujer vino, [y] el hombre la vio» (3b) *Bayi yarai baniñu, Øi balan dugumbil buran ART.ABS hombre.ABS venir.PSD, (elidido:hombre) ART.ABS ver.PSD «El hombre vino, y vio a la mujer». La primera de estas oraciones (3a) tiene la forma (2) y es perfectamente gramatical y natural en dyirbal, sin embargo (3b) tiene la forma (1) y está mal formada en dyirbal.


Fuentes