Techo de cristal

Techo de cristal
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Concepto:Es un concepto actual que metaforiza la dificultad que encuentran las mujeres para al ascenso laboral.

Techo de cristal . Es un concepto de plena actualidad que tiene sus bases en la brecha salarial, la desigualdad en el número de puestos de responsabilidad, el desequilibrio en el reparto del cuidado de los hijos y las tareas del hogar.


Concepto

Se refiere al conjunto de normas no escritas al interior de las organizaciones que dificulta a las mujeres tener acceso a los puestos de alta dirección. Su carácter de invisibilidad es resultado de la ausencia de leyes y códigos visibles que impongan a las mujeres semejante limitación.


Origen del término

Fue Marilyn Loden, consultora de ámbito laboral en Estados Unidos quien acuñó la frase. En 1978 Marilyn argumentó en una mesa redonda que las mujeres no ascendían en el mundo laboral debido a una cultura que obstruye sus aspiraciones y no fomenta una equidad de oportunidades.


Simbología

El hecho de que ese techo sea de cristal simboliza el hecho de que esos rasgos culturales, sociales y económicos son, en la mayor parte de los casos, velados, disimulados o subrepticios de forma que son difíciles de detectar, lo que complica la puesta en marcha de medidas y actitudes para romperlo.

Con el tiempo, la expresión se ha aplicado también a minorías que, por motivos raciales, religiosos, sexuales, etc., ven obstruida su carrera laboral.


Las estadísticas

  • En el año 2020 casi un 90% de las mujeres solicitaron una excedencia para el cuidado de los hijos frente a un 12% de los hombres.
  • La tasa de actividad de las mujeres en España en 2021 es del 53% por el 63% de los hombres. Por su parte, la tasa de paro de las mujeres es del 17% por el 13% de los hombres.
  • Hay más de 2 millones de mujeres trabajando a tiempo parcial, frente a algo más de 700.000 hombres cobrando por hora una media de 10,29 euros frente a los 12,05 de los hombres.
  • El salario anual más frecuente en las mujeres es de 15.484 euros frente a los 18.470 de los hombres.
  • El salario medio por hora de las mujeres en 2018 era de 11,9 euros la hora frente al 12,8 de los hombres.
  • En la franja de edad entre 55 y 65 años, la brecha salarial supone un 18,2%.
  • La pensión media para una mujer es de 805 euros frente a los 1.227 de los hombres, fruto de la desigualdad en el mercado laboral de las últimas décadas.


Estrategias para superar el techo de cristal

Estrategia política y empresarial

Los gobiernos deben establecer nuevas estrategias políticas para abordar los obstáculos que encuentran las mujeres para progresar en su carrera laboral. Por una parte, los gobiernos deben establecer férreas políticas de igualdad, además de planes que reviertan la brecha salarial y ayuden a la conciliación familiar.

Por otra parte, las empresas deben concienciarse en materia de igualdad elaborando sus propios planes internos de igualdad de oportunidades. Porque apoyar el talento femenino es rentable, desperdiciar talento es perder dinero, dicho en lenguaje empresarial.

Cambio cultural

Una vez rota la brecha educacional el cambio cultural está más cerca. Solo hace falta echar un vistazo al comportamiento y las actitudes de los más jóvenes para inferir que algo está cambiando. Sin embargo, no basta con que crezca el número de féminas con nivel superior y categorías docentes y científicas si potencial real no se emplea en pos de toda la sociedad y de sí mismas.

Empoderamiento individual

Además del esfuerzo colectivo de la sociedad para generar ese cambio cultural que nos lleve a una sociedad más igualitaria, ¿qué puede hacer una persona a nivel individual para romper su techo de cristal?

  • Desarrollar todo el potencial. Se trata de evitar los tradicionales estigmas y tópicos asociados al trabajo femenino para desarrollar todas las capacidades individuales.
  • Asumir liderazgo. En consonancia con lo anterior y, dentro de las diversas derivaciones del empoderamiento, el liderazgo en nuestro día a día laboral se manifiesta a través de una actitud proactiva, responsable y autoexigente.
  • Ser positiva. Queda mucho por hacer, pero las cosas están cambiando. Hoy en día es menos complicado acceder a un puesto de responsabilidad que en el pasado. Por eso hay que evitar autocompadecerse y luchar por los objetivos que nos hayamos marcado, si es que nos hemos marcado objetivos.
  • Equilibrar el reparto de tareas. En caso de tener pareja y, aunque cada familia es mundo, es necesario establecer un equilibrio en el reparto de tareas. Se trata de que el inevitable perjuicio que supone, al menos actualmente, la conciliación del trabajo, las tareas del hogar y el cuidado de niños y/o personas dependientes no recaiga solo en una de las dos partes.
  • Evitar el estrés. Según diversos analistas, la conciliación familiar y el trabajo supone una carga extra de estrés para muchas mujeres a la que son ajenas muchos hombres y que podría ser uno de los principales refuerzos de ese techo de cristal. El cuidado de la salud, tanto física como mental, debe ser siempre una prioridad. Tener un espacio para uno mismo, una habitación propia, es fundamental para asegurar un buen rendimiento laboral.
  • Reflexionar sobre el propio concepto de trabajo. Por último, cabe señalar que cada mujer, cada persona, es diferente y su relación con el trabajo y con su carrera profesional, también. El progreso laboral entendido como objetivo per se puede convertirse en un arma de doble filo y, desde luego, no debe ser nunca impuesto desde fuera. Algunas mujeres, incluso algunos hombres también, no consideran el trabajo como algo esencial en sus vidas, aunque lo sea. Trabajar menos y vivir más también puede romper otros techos de cristal.

Fuentes