Toxocara canis

Toxocara canis
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Otros nombresToxocara canis.
Clasificación Científica
Nombre científicoToxocara canis
Reino:Animalia
Clase:Chromadorea
Orden:Ascaridida
Familia:Toxocara

Toxocara canis Es un helminto nematodo gastrointestinal parásito específico de los perros y otros cánidos (zorros, coyotes, lobos, etc.). Se da en todo el mundo. Normalmente la infección cursa sin síntomas y pasa desapercibida; pero puede ser mortal, especialmente en cachorros. Puede afectar de manera accidental a los seres humanos, pero en este caso no puede completar su ciclo vital.

Morfología

Tiene la típica forma de gusano redondo y puede alcanzar de 7 a 18 cm de longitud y 0,3 cm de espesor. Es de un color blanquecino a cremoso. Los adultos disponen de unas típicas aletas cervicales. Los huevos son esféricos u ovales, miden unas 75 x 90 micras, contienen una sola célula y la membrana es gruesa.

Biología y ciclo vital

Este gusano tiene un ciclo de vida directo, pero notablemente complejo. Tras la excreción de los huevos en las heces, las larvas se desarrollan en su interior hasta el estadio L-II en 10 a 15 días. Los perros pero también muy a menudo roedores (ratones, ratas, etc.) ingieren las larvas. Los roedores sirven de hospedador secundario, pero las larvas no continúan el desarrollo a adultos en ellos.Tras ser ingeridas por el perro, directamente o a través de roedores, las larvas L-II eclosionan en el intestino, atraviesan la pared intestinal y emigran hasta los pulmones a través de la vena porta y el hígado. En los pulmones mudan a L-III y de ahí, pasan de ordinario a la tráquea y, por tos o estornudos, son expulsadas al exterior o llegan a la boca y son ingeridas. Esta migración dura unos 10 días. Una vez ingerida, la larva L-III llega hasta el intestino y muda a L-IV y al estado adulto, en total 25 a 30 días tras la infección. Al poco empieza a producir huevos que se expulsarán por las heces.Este ciclo suele tener lugar en perros de hasta 3 meses de edad. Los adultos no chupan sangre, sino que se alimentan de los nutrientes del hospedador, con el que compiten.En perros de más de 3 meses este ciclo se hace cada vez menos frecuente, y por encima de los 6 meses ya no se da. En su lugar, las larvas L-II inician una migración somática que puede llevarles a numerosos órganos: hígado, pulmones, corazón, cerebro, músculo esquelético, y a la pared del tracto gastrointestinal. En estos órganos acaban encapsulándose, inician una etapa de dormancia y pueden permanecer infectivas durante años.En esta migración somática las larvas pueden llegar también a Las glándulas mamarias de las hembras y a través de la leche infectar a los cachorros, sobre todo durante las tres primeras semanas de lactancia. Por esta vía, las larvas no harán una migración somática dentro del cachorro, sino que se instalarán directamente en el intestino donde completan el ciclo y empiezan a poner huevos. La madre puede reinfectarse con estos huevos al lamer al cachorro.También puede darse a veces la infección intrauterina: en las perras gestantes, unos tres meses antes del parto, las larvas L-II atraviesen la placenta y se instalen en los pulmones del feto donde mudan a L-III, justo antes del parto. De allí y a través de la traquea alcanzan el intestino del cachorro donde completan el desarrollo a adultos. Basta una sola infección de la madre, para que ésta infecte a todos los cachorros en los subsecuentes embarazos.

Daño y síntomas

La infección con unos pocos gusanos no produce de ordinario síntomas en los perros adultos. Pero en caso de infecciones masivas (varios centenares) en el intestino puede darse apatía, inapetencia, pelo desgreñado o erizado, debilidad y susceptibilidad a otras enfermedades, oclusiones intestinales e incluso obstrucción de las vías biliares. Las consecuencias son diarrea o extreñimiento, vómitos, sangre en las heces, anemia, etc. Las larvas migratorios pueden dañar a los órganos más afectados como riñones, hígado, pulmones (tos y neumonía son posibles síntomas), o los ojos. Todos estos daños pueden darse también en los cachorros, que a menudo muestran un característico vientre hinchado, y en los que estos trastornos afectan negativamente al desarrollo y al crecimiento. Debido a su gran talla, los adultos pueden obturar y perforar el intestino del cachorro. Si no se tratan a tiempo las infecciones de los cachorros con Toxocara canis pueden ser mortales. El diagnóstico preciso de Toxocara canis precisa del examen de materia fecal al microscopio para identificar los huevos.

Para el dueño del perro no es posible determinar un diagnóstico preciso sobre qué gusanos específicos afectan a su mascota, y por tanto qué medicamento debe emplear. Es ineludible consultar a un médico veterinario.

Fuente.