Contenido y forma (Filosofía)

Contenido y forma (Filosofía)
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Concepto:Categorías que reflejan la interconexión de dos aspectos de la realidad natural y social.

Contenido y forma. Categorías que reflejan la interconexión de dos aspectos de la realidad natural y social: conjunto ordenado de determinado modo de los elementos y procesos que forman el objeto o fenómeno, es decir, el contenido, el modo de existencia y expresión de este contenido y de sus distintas modificaciones, es decir, la forma.

El contenido se refiere al conjunto de elementos y procedimientos que constituyen un objeto y un fenómeno dado. Forma es la estructura u organización del contenido. La forma no es un agregado externo que se relacione con el contenido. Sino es algo propio e inherente al mismo. En los fenómenos sociales también están presente el contenido y la forma. Ej: las fuerzas productivas constituyen el contenido y las relaciones de producción constituyen la forma.

Contenido y forma

El concepto de forma se emplea en el sentido de la organización interna del contenido, adquiriendo así desarrollo sucesivo en la categoría de estructura la problemática de la forma. En la filosofía premarxista, sobre todo en la idealista, la forma se reducía a la estructura, y el contenido se identificaba con cierto conjunto no ordenado de elementos y propiedades (con la “materia”), lo cual contribuyó a que durante un prolongado período histórico se consolidaran y se conservaran las representaciones idealistas sobre la primacía de la forma respecto al contenido.

En la dialéctica materialista, la estructura y el ordenamiento interno se consideran como componentes necesarios del contenido. A medida que se modifica la estructura, la organización, cambian sustancialmente el contenido del objeto y sus propiedades físicas y químicas. Al fijar las múltiples modificaciones del contenido y los modos de su existencia y manifestación, la forma también posee una estructura. La interacción del contenido y la forma incluye obligatoriamente en el proceso de desarrollo tanto la acción de los distintos componentes del contenido sobre la forma como los de la forma sobre el contenido, tomando en cuenta la subordinación objetiva del contenido y la forma. En la interacción del contenido y la forma, el contenido representa el lado rector, determinante del objeto, y la forma, el lado que se modifica, cambia en dependencia del cambio del contenido y las condiciones concretas de su existencia.

A su vez, la forma, poseyendo una relativa autonomía, ejerce influencia activa inversa sobre el contenido: la forma que corresponde al contenido acelera su desarrollo, mientras que la forma que dejó de corresponder al contenido modificado frena su desarrollo. La interrelación del contenido y la forma es un ejemplo típico de la interconexión de los contrarios dialécticos que se caracterizan tanto por su unidad como por las contradicciones y conflictos entre ellos.

Categorías filosóficas que sirven para poner de manifiesto las fuentes internas de la unidad, de la integridad y del desarrollo de los objetos materiales. El contenido es el conjunto de los elementos y procesos que constituyen la base de los objetos y condicionan la existencia, el desarrollo y la sustitución de sus formas. La categoría de forma expresa el nexo interno y el modo de organización, de interacción de los elementos y procesos del fenómeno tanto entre sí como con las condiciones externas. El desarrollo de la forma y del contenido es el de dos aspectos del mismo fenómeno, es el desdoblamiento de lo uno, desdoblamiento que da origen a contradicciones y conflictos que llevan a desechar la forma y a modificar el contenido. La relación entre contenido y forma es dialéctica, por cuanto el contenido determina la forma, es decir lo que constituye a las cosas determina la manera como ésta se exprese; y la disposición formal de las cosas favorece que el contenido se desarrolle o se destruya.

Unidad de contenido y forma

La unidad de forma y contenido es relativa, transitoria y se altera a raíz de los cambios, de los conflictos y de la lucha entre una y otro. La fuente de las contradicciones entre forma y contenido radica en la diferencia de sus funciones en el desarrollo: el contenido es la base del desarrollo, la forma es el modo de existencia de la cosa; el contenido posee movimiento propio, la forma depende de él; el contenido encierra en sí posibilidades de desarrollo sin fin, la forma lo limita; el contenido es el elemento rector del desarrollo, la forma posee una independencia relativa, puede facilitar u obstaculizar el desarrollo. El cambio de forma tiene lugar como resultado de un cambio en el contenido mismo, lo cual condiciona su función rectora en el desarrollo. La forma nunca permanece invariable. Pero, el cambio de la forma, su eliminación, no siempre se produce de golpe; lo frecuente es que tenga lugar como resultado de una acentuación gradual de las contradicciones entre forma y contenido. Además, sobre los cambios de forma ejercen también determinada influencia condiciones exteriores, factores y nexos que no conciernen directamente al contenido.

Independencia relativa de la forma

La forma posee una independencia relativa que se intensifica tanto más cuanto mayor es la historia de la forma dada. La estabilidad de la forma es un factor que garantiza el desarrollo progresivo del contenido. Pero esa misma estabilidad que en las primeras etapas estimula el desarrollo, se transforma con el tiempo en fuente de conservadurismo. Las contradicciones entre forma y contenido no lo son de una parte pasiva y otra activa. El proceso real acontece como resultado de su acción recíproca en cuanto contrarios que influyen acitivamente en el desarrollo. La falta de correspondencia entre la forma y el contenido, debida al retraso de la primera respecto al segundo, aunque es de gran importancia para el desarrollo, caracteriza tan sólo una de las contradicciones de este último. La solución de las contradicciones entre forma y contenido depende del carácter que aquéllas tengan, de su grado de desarrollo y de las condiciones en que se produzcan. La solución puede ocurrir mediante el cambio de la forma en consonancia con los cambios del contenido, mediante el cambio del contenido en consonancia con la nueva forma, mediante el rechazo de la forma, la subordinación de la vieja forma al nuevo contenido. Al pasar de un estado cualitativo a otro, o bien se liquida la vieja forma o bien se transforma, con la particularidad de que la vieja forma no puede liquidarse antes de que en ella misma se hayan preparado las premisas y los elementos para pasar a una forma más perfecta. Éste es el proceso dialéctico de la “superación”, en la cual la vieja forma raras veces se desecha por completo y de manera absoluta; la nueva forma no siempre se convierte, de golpe, en dominante, sino que empieza a prevalecer gradualmente; las viejas formas aseguran el desarrollo en menor medida que las nuevas y por este motivo la nueva forma, con el tiempo, ocupa un lugar cada vez más importante. Semejante carácter de la «superación» de la vieja forma hace también posible un desarrollo regresivo, la restauración de las viejas formas. La dialéctica del contenido y de la forma se manifiesta brillantemente en el proceso de constante renovación y progreso de la sociedad.

En el pensamiento

En el pensamiento, el contenido y la forma son conceptos fundamentales de la ciencia lógica. En la dialéctica materialista como lógica (Lógica dialéctica), se entiende por contenido del pensamiento la realidad natural y social en el aspecto en que aparece ante nosotros como objeto del pensamiento teórico-científico: en forma de un conjunto de conceptos, representaciones, teorías, diversas abstracciones e idealizaciones, que se establecen en el curso del desarrollo histórico del conocimiento. Las formas del pensamiento son diversos modos de actuación del sujeto social con el objeto en el plano ideal, orientados a reproducir las regularidades y propiedades de la realidad objetiva en el contenido del pensamiento (categorías, ascenso de lo abstracto a lo concreto, distintas formas de ilaciones, etc.). El conjunto de formas del pensamiento organiza de determinado modo el contenido cognoscitivo y orienta el avance del pensamiento del sujeto en los procesos de obtención de un conocimiento nuevo.

En el arte

En el arte, el contenido y la forma son aspectos mutuamente condicionados del arte en su conjunto o de una obra artística, correspondiendo el papel rector al contenido. El contenido del arte lo integran la realidad polifacética en su originalidad estética, principalmente, el hombre, las relaciones humanas y la vida social concreta.

La forma es la organización interna, la estructura concreta de una obra artística, que se configura con ayuda de los medios expresivos específicos para esclarecer y plasmar el contenido. Los elementos fundamentales del contenido de una obra de arte son su tema e idea. El tema revela la gama de fenómenos vitales, que se refleja y concibe en la obra. La idea expresa la esencia de los fenómenos reproducidos, las contradicciones de la realidad y su valoración emocional-figurativa desde el punto de vista del ideal estético, conduciendo al hombre a determinadas conclusiones estéticas, morales y políticas.

La forma artística de una obra de arte es multifacética. Figuran entre sus elementos principales la trama, la composición, el lenguaje artístico y los medios expresivos materiales (palabra, rima, ritmo, entonación de sonido, armonía, color, colorido, línea, dibujo, claroscuro, volumen, tectónica, mise en scene, montaje cinematográfico, etc.).

Contrariamente al formalismo, que separa la forma del contenido, y el naturalismo, que los identifica, la estética marxista estima que un importante criterio del nivel artístico de una obra es la unión indisoluble y la correspondencia entre el contenido y la forma.

Fuentes

Enlaces externos