Deformidades articulares
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Deformidades articulares. Alteraciones congénitas o adquiridas de la morfología de las extremidades óseas.
Sumario
Causas
Las deformidades son frecuentes en el curso de las artropatías y pueden ser el resultado de causas diversas. Alteraciones congénitas o adquiridas de la morfología de las extremidades óseas, pueden dar origen a una desviación axial o a un hundimiento de la meseta tibial externa, lo cual ocasiona muchas veces una desviación de la pierna hacia afuera. Tambien las retracciones capsuloligamentosas pueden dificultar un movimiento hasta el punto de crear una actitud anormal permanente; por ejemplo, el pie equino.
Limitación de los movimientos
Cada articulación tiene sus grados de amplitud de los movimientos, los cuales quedan limitados en la mayor parte de las artropatías. El facultativo debe explorarlos en todas las direcciones, comparativamente con los del lado opuesto; resulta conveniente medir los grados de amplitud de cada movimiento. Algunas veces los movimientos pasivos son menos limitados que los activos. Esta diferencia se debe, a menudo, solamente al hecho de que el dolor es mas fuerte cuando se realiza esfuerzo muscular, ya que este requiere la movilización activa.
Rigidez articular
Dificulta la ejecución de ciertos movimientos. Puede acompañar a los dolores articulares y estar sujeta a las mismas influencias, o bien existir sola e independientemente de toda manifestación dolorosa.
Anquilosis articular
En la ausencia completa del ángulo de movimiento de una articulación puede ser debida a causas articulares o extraarticulares ligamentosas.
Laxitud exagerada
Algunas personas indemnes de toda artropatía tienen una laxitud exagerada. Esta circunstancia casi nunca produce trastorno, solamente en raros casos en que la laxitud es muy marcada, existe una predisposición a los esguinces y luxaciones articulares.
Crepitación articular
Hay artropatías que se acompañan de crepitación articular, como por ejemplo, la artrosis. Sin embargo, una gran parte de las articulaciones que crepitan. Clínica y radiológicamente son normales e indoloras.
Tumefacción articular
Muchas artropatías producen tumefacción en las articulaciones. Si la articulación es demaciado profunda, inmersa en los músculos, la tumefacción no es visible. Un ejemplo donde esto se pone de manifiesto es la cadera, en la cual es muy rara la tumefacción.
Tumefacción inflamatoria
Es blanda, a lo sumo consistente; si la articulación es superficial, puede haber edema subcutáneo. Debido a la vasolidilatación, esta tumefacción se acompaña de elevación de temperatura cutánea y de rubor local. La menbraba sinovial es a veces palpable en un fondo de saco superficial. El derrame intraarticular es sobre todo demostrable en la rodilla. En ciertas localizaciones la inflamación puede alcanzar tambien las bolsas serosas y las vainas sinoviales vecinas, como ocurre, por ejemplo en la miñeca y el tobillo.
Tumefacción no inflamatoria
Se debe generalmente a la hipertrofia osteolítica de los extremos de los huesos, aunque en ciertos casos puede ser causada por la osteocondrosis intraarticular. La tumefacción no inflamatoria es dura o al menos sólida. No va acompañada de rubor, ni de calor local, ni de derrame de líquido intraarticular.
Fuentes
Dr. Álvarez Cambras, Rodrigo, y coautores . Traumatología Tomo I. Tratado de cirugía ortopédica y traumatológíca. Colaboración: Luís Enrique González Frómeta. Editorial Pueblo y Educación, 1985.