Fernando (Perro)

Fernando
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Concepto:Perro argentino reconocido por la población.
Origen:Bandera de Argentina Argentina
Fecha de fallecimiento: 28 de mayo de 1963 Resistencia, Bandera de Argentina Argentina

Fernando fué un famoso perro vagabundo que vivió en la ciudad de Resistencia, Chaco, Argentina, en los años 1950 y principios de 1960. Alcanza la fama entre los habitantes de la ciudad por frecuentar bares y conciertos.

Su figura era popular y no había reunión social o artística que no contara con su simpática presencia silenciosa, como si gustara y disfrutara del espectáculo. Sobre él se escribieron varias notas en diarios y revistas de Argentina y del extranjero, y hasta mereció un comentario de Arturo Barea por la BBC de Londres. Tenía por costumbre cumplir meticulosamente sus recorridos, y nunca faltaba a la Plaza Central, donde cumplía una de sus grandes pasiones: perseguir gatos.

La historia

Estatua de Fernando frente al Fogón de los Arrierros
Estatua de Fernando frente a la casa de gobierno

Este perro vivió en los años 50, tuvo un oído musical perfecto y es todavía, junto con las casi 500 esculturas de sus veredas arboladas, algo así como la representación simbólica de la capital del Chaco.

Su dueño fue un cantante de boleros que un día recaló en la ciudad y se llamaba Fernando Ortiz, aunque otra versión atribuye el nombre al patrono departamental: San Fernando, venerado por los primeros inmigrantes friulanos con el aditamento “de la Resistencia”.

Este alegre perrito se ganó la admiración y el amor de todo un pueblo por su excepcional oído musical. No había fiesta de casamiento, cumpleaños, carnaval o concierto al que Fernando no entrara para sentarse junto a las orquestas, o a los solistas, y darles su aprobación meneando la cola o, tras parar las orejas ante el más mínimo furcio, soltar gruñidos y hasta aullidos desaprobatorios. Y en las Navidades su presencia en una casa era siempre buena señal.

Pasaba sus tardes en un conocido bar de la ciudad, refugio de conocidos políticos, intelectuales respetables, industriales, contrabandistas y ladrones.

Muerte

Cuando Fernando murió, toda la ciudad de Resistencia lo lloró, miles de personas, en las veredas, las calles y los balcones, despidieron al querido perrito blanco, aquel día que lo enterraron durante una solemne ceremonia. Después la vida continuó, llegó la Navidad y el escritor Giardinelli cuenta con nostalgia que fue la primera fiesta en la que faltó un ser amado por él. Ya no estaba más aquel juez implacable que evaluaba a la hora de los tangos la calidad musical de los artistas. La gente sintió la ausencia del perro de todos. Ese fue Fernando, el perro de las tres esculturas.

Anécdotas del Perro Fernando

  • Fernando se puso de pie alzando las orejas y soltó un gruñido. Pareció que el mundo se detenía, pero Paderewsky, todo un profesional, siguió como si nada. Sin embargo, hacia el final del concierto, nuevamente el perrito sacudió las orejas y miró fijo al pianista como diciéndole oiga, la está pifiando. Entonces Paderewsky, con europea elegancia, detuvo sus manos, miró al perrito y le dijo, en duro castellano: “Tiene razón, equivoqué dos veces”. E hizo un dacapo y repitió la sonata, que le salió perfecta. El concierto acabó con una ovación, un par de bises y el discreto mutis de Fernando.
  • Tenía afición por lo artístico. En una oportunidad en que el Coro Polifónico de Resistencia ofrecía un recital, entró a la sala por el acceso de los artistas, precisamente en el momento en que la Directora Sra. de Elizondo, marcaba el inicio de la actuación: El perro dio una vuelta por el escenario, y se acurrucó a un costado para escuchar el coro. Otra vez irrumpió en escena para lamer la cara de una actriz, Delma Ricci, en una escena en que la amenazaba un hombre- lobo. Allí acabó la función. Fue grande.
  • Cuando lo invitaban a una mesa y le acercaban una silla, el seguía la conversación mirando a una u otra de las personas que hablaban. Una noche hacía mucho frío y se me ocurrió darle azúcar con grappa. Al principio no le gustó mucho, pero al rato empezó a pedir más. Cuando terminó, no podía bajar de la silla, y caminaba, borracho, de costado. Una vez, en el Bar Japonés, lo hirieron con un cuchillo, y le tiraron agua caliente. Se le infectó la herida, y tuvimos que llevarlo al Dr. Reggiard], que lo intervino. Lo llevamos luego al Club Progreso, allí le acondicionaron un lugarcito para su recuperación. Estuvo bien atendido, y allí se vio cuánto lo quería la gente de Resistencia, ya que el Club tuvo que poner dos teléfonos a disposición para atender la cantidad de llamados de la gente que quería saber como seguía Fernando. Para esa solidaridad con el perro, no había horarios, y el teléfono sonaba mañana, tarde y noche.
  • En otra oportunidad, pese a tener chapa Nº1 de vacunación antirrábica, fue llevado por la perrera, lo metieron medio dormido en el camión. Tatalo Domínguez, boxeador chaqueño y titulo Argentino, recriminó, junto a otras personas, a los perreros que lo apresaron. Discutieron, y finalmente rescataron a Fernando junto a los restantes perros, que se metieron todos en el Sorocabana.

Fuentes

  • Artículo Fernando (Perro). Disponible en " http /www.faunatura.com”. Consultado: 17 de Noviembre del 2011.
  • Artículo Fernando (Perro). Disponible en " http / www.mrmproducciones.com.ar”. Consultado: 17 de Noviembre del 2011.
  • Artículo Historia del perro Fernando.Disponible en " http www.varelaenred.com.ar ". Consultado: 17 de Noviembre del 2011.