Hepatitis canina

HepatitisCanina
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Clasificación:Enfermedad Crónica

Hepatitis Canina. Enfermedad viral que afecta fundamentalmente a los perros, los signos más relevates son: fiebre, anorexia, aumento de las secreciones nasales y oculares, conjuntivitis, hiperemia de mucosas, vómitos, edema en tejido subcutáneo cabeza, cuello y partes declives del cuerpo.

Quién la ocasiona y cómo se adquiere

Es ocasionada por un adenovirus tipo 2. El virus sobrevive durante varios días a temperatura ambiente en fómites sucios (Objetos inanimados que transportan microorganismos patógenos y que pueden ser fuente de infecciones) y permanecen viable durante meses. La adquisición está dada por exposición buco nasal. Se encuentra en todos los tejidos y se alberga en todas las secreciones durante la infección aguda. Se adquiere casi exclusivamente en perros no vacunados.

Síntomas

Después de contraído, el virus causa viremia, o sea, virus en sangre y se extiende a todos los tejidos, especialmente a los hepatocitos, células del hígado y células endoteliales.

Presentan síntomas como: fiebre, anorexia, aumento de las secreciones nasal y ocular, conjuntivitis, hiperemia de mucosas, vómitos, hepatitis y edema en tejido subcutáneo (cabeza, cuello y partes declives del cuerpo).

El daño a los hepatocitos puede causar muerte del hígado o hepatitis activa crónica. La lesión en las células endoteliales es principalmente en: endotelio corneal (Edema corneal y uveítis anterior), glomerulonefritis (inflamación del riñón) y dañar las células que cubren los vasos sanguíneos.

¿Cómo se diagnostica la hepatitis canina?

El veterinario suele diagnosticar este proceso tras una exploración clínica exhaustiva del animal junto con los resultados de los análisis de sangre y orina.

Aunque con el diagnóstico clínico ya es suficiente para establecer un tratamiento, se puede confirmar el diagnóstico aislando el virus, sobre todo a partir de riñón y también de cámara anterior del ojo y el hígado y se puede utilizar para su identificación la técnica de inmunofluorescencia.

Las pruebas serológicas más utilizadas son inhibición de la hemoaglutinación, fijación de complemento, inmunodifusión y ELISA y suelen mostrar títulos altos de anticuerpos después de la infección con virus de campo en comparación con el virus utilizado en la vacunación.

Tipos de Infecciones

Infección peraguda: Los perros con enfermedad aguda se vuelven moribundos y fallecen en pocas horas.

Infección aguda: Fiebre, vómito, diarrea, dolor abdominal, inflamación de las amígdalas y faringe. Desorientación, depresión, coma y convulsiones. Esto último en caso de que la infección sea grave y ocasione una encefalitis hepática.

Infección ocular: Edema corneal, córnea opaca, también llamada ojo azul de la hepatitis y uveítis anterior.

Hepatitis crónica activa: Daño en un 70% del hígado con mal funcionamiento del mismo.

Prevención

Inmediatamente se debe aislar el animal enfermo para evitar que contagie a otros animales. Asimismo se debe mantener a los animales recién adquiridos en cuarentena, antes de introducirlos en el colectivo canino.

La mejor manera de proteger al perro es mediante la vacunación. Generalmente se suele vacunar junto con la vacuna del moquillo y de leptospirosis.

La vacunación es un medio eficaz a modo de prevenir esta enfermedad, de la misma forma, en caso de animales ya infectados, los propietarios deberán tener cuidado de que su mascota no infecte el medio. En caso de cachorros, una adecuada y correcta vacunación es más que suficientes.

Se puede aplicar un suero polivalente que previene a corto plazo y no interfiere con los anticuerpos maternales. Este suero está recomendado en caso de que nuestro perro vaya a asistir a exposiciones y no haya dado tiempo a empezar la vacunación o a que se inmunice.

Hay vacunas con el virus inactivado que para que puedan proteger al animal se necesita aplicar dos dosis de vacuna y la protección que confieren al animal es de 6 a 9 meses.

En contraste, las vacunas vivas atenuadas tienen la ventaja que con una sola dosis protegen de forma eficaz y duradera. Así pues, debe ser nuestro veterinario quien nos indique cómo y cuándo vacunar a nuestro perro.

Fuentes