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== Donativos para los niños  ==
 
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Doña Rosa cedió su participación en las propiedades heredaddas de su padre y contribuyo con la suma de 30.00 pesos impuestos en fincas de su propiedad, para el sostenimiento de las escuelas para niños pobres¨San Pedro Nolasco¨y Santa Rosalía y para el asilo de los pobres ¨San Pedro y Santa Rosalía¨.  
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Doña Rosa cedió su participación en las propiedades heredaddas de su padre y contribuyó con la suma de 30.00 pesos impuestos en fincas de su propiedad, para el sostenimiento de las escuelas para niños pobres¨San Pedro Nolasco¨y Santa Rosalía y para el asilo de los pobres ¨San Pedro y Santa Rosalía¨.  
  
 
Cuando se celebró el segundo centenario de la fundación de [[Santa Clara]], el día [[15 de julio]] de [[1889]], con una “Feria exposición” debido a la iniciativa del ilustre villaclareño Doctor [[Rafael Tristá]].  
 
Cuando se celebró el segundo centenario de la fundación de [[Santa Clara]], el día [[15 de julio]] de [[1889]], con una “Feria exposición” debido a la iniciativa del ilustre villaclareño Doctor [[Rafael Tristá]].  

Revisión del 11:32 21 sep 2010

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Rosa Beatriz Abreu Arencibia. Benefactora de su pueblo, al igual que su hermana Marta Abreu, cuyo mejoramiento cooperó en todos los órdenes. En varias ocasiones hizo donativos que ayudaron a los pobres y desvalidos de Santa Clara. Hija de Pedro Nolasco González Abreu y Jiménez y Rosalía Justiniana Arencibia.

Matrimonio

Contrajo matrimonio con el Sr. Santiago Contreras el martes 6 de marzo de 1866. Habiendo enviudado de Contreras, contrae sus segundas nupcias con el Ilustre médico francés Dr. Joseph Graucher. En ninguno de los dos matrimonios tuvo hijos.

Obras de Caridad

En el “Hospital de San Lázaro” atendió a muchas necesidades de los enfermos y en cierta ocasión, en 1885, donó 200 camas y 200 mudas de ropa. Las dádivas y las medicinas que pudiera aliviar a los leprosos, nunca faltaron: Doña Rosa se cuidó siempre de esto. Por los días de pascuas mandaba un regalo para que los pobres recluidos pasaran mejor esa época del año.

En octubre de 1885 hizo una importante donación que fue repartida entre los asilados, y costeó las reformas del viejo edificio, que amenazaba ruina. El “Hospital de San Lázaro” fue construido, merced al esfuerzo del alcalde “Don Luis Carta”, en 11 de agosto de 1839, y en muy pocas reformas se habían hecho al edificio hasta entonces. Doña rosa atendió con celo patriótico la instrucción pública, sostenía algunas escuelitas de primera enseñanza, para la niñez desvalida, en barrios apartados del centro de la ciudad, no sólo para socorrer a varias maestras ancianas, sino para proporcionar gratuitamente la educación a los niños pobres.

La Asociación de ¨San Vicente de Paula¨ tuvo en ella una protectora que magníficamente derramó la caridad y prestó su concurso a todas las obras emprendidas en bien del prójimo. El Asilo ¨San Pedro y Santa Rosalía¨ mereció la atención de Rosa, la cual donaba anualmente ropas, camas, muebles, etc. y atenta siempre a las necesidades de los asilados, les hacía frecuentes donativos, para ayudar al sostenimiento de los ancianos y de los imposibilitados para el trabajo.

Ella, unida, identificada con su hermana doña Marta, secundaba las obras de ésta. En 1896 se instala el ¨Hospital de Viruelas¨ en las afueras de la ciudad, envío desde París su donativo y dispuso que en nombre de su ilustre esposo y en el de ella, se instalaran camas y demás enceres necesarios, y se dotara a ese establecimiento de ropa suficiente para todos los enfermos atacados de tan terrible mal. Ella no olvidaba a su pueblo y no fue nunca indiferente a sus necesidades.

Gratitud hacia Rosa

El ayuntamiento en distintas fechas, acordó testimoniarle su gratitud, así como al doctor Joseph Grancher, esposo de tan esclarecida benefactora, cionsigandos estos acuerdos en diferentes actas. En los días terribles de la reconcentración, doña rosa se suscribió con una suma importante para ayudar a la ¨Cocina Económica¨ que funcionaba en la Iglesia Buenviaje, a cargo de los padres pasionistas y del Padre Chao, y que fue la salvación de muchos pobres, los cuales hubiesen muerto de hambre en las calles. Este gesto de doña Rosa trató al inolvidable General José de Jesús Monteagudo que fuera perpetuado en una lápida colocada en unos de los muros del convento de los Rudos. P.P. Pasionistas, según carta dirigida al Sr. Alcalde Municipal de Santa Clara el día 10 de enero de 1899, de la cual tomamos este párrafo:

¨Es un deber de los villaclareños todos perpetuar en lápida aquel hecho misericordioso de la ¨Cocina Económica ¨ que funcionó en nuestro pueblo durante los meses terribles de la reconcentración, salvando a millares de seres de perecer de hambre. Y debemos todos consignar el agradecimiento y la madmiración a dona Rosa Abreu de Grancher, una de las Hermanas de la Gran Marta Abreu. De este modo las generaciones futuras podrán tributarle la admiración y la gratitud a tan preclara compatriota nuestra.¨

Donativos para los niños

Doña Rosa cedió su participación en las propiedades heredaddas de su padre y contribuyó con la suma de 30.00 pesos impuestos en fincas de su propiedad, para el sostenimiento de las escuelas para niños pobres¨San Pedro Nolasco¨y Santa Rosalía y para el asilo de los pobres ¨San Pedro y Santa Rosalía¨.

Cuando se celebró el segundo centenario de la fundación de Santa Clara, el día 15 de julio de 1889, con una “Feria exposición” debido a la iniciativa del ilustre villaclareño Doctor Rafael Tristá.

Doña Rosa Abreu y Arencibia se suscribió con la suma de 666.66 pesos para la construcción del edificio donde aquella se instaló. En octubre de 1884 se fundó la Escuela ¨La Trinidad¨ para niños de color. A las que contribuyó con 5.00 pesos anuales. Esta escuela fue clausurada en 1894 , ante la negligencia de los pobres de familia. Al instalarse la sociedad ¨Liceo de Villaclara ¨ en 1899, y abrir su Biblioteca Pública donó algunas obras muy importantes, que fueron enviadas desde París con ese objeto. Contribuyó para la reedificación de la Iglesia del Carmen, al ser esta entregada por el gobierno de la iglesia, al cesar la dominación española. Esta es, en síntesis, la vida preclara de la ilustre dama villaclareña, que residía en París, desde donde evocaba a su pueblo y donde también le sigue la admiración y la gratitud, que nunca podrá olvidar a una de sus benefactoras ilustres, que supo derramar la caridad y abrir escuelas y asilos para mantener el faro esplendoroso de la ilustración y del patriotismo.

Doña Rosa costeó los estudios del bachillerato y los superiores a muchos jóvenes villaclareños, donó al templo católico de la encrucijada una colección de seis candelabros y seis floreros para el altar mayor y varios ramos de flores artificiales que envío desde París.

Fuentes

  • Cenit
  • Manuel García Garófalo Mesa: Marta Abreu Arencibia y el Dr. Luis Estévez y Romero, La Habana, Imprenta y Libreria La Moderna Poesía, 1925.