Emir Abdelkader
Emir Abdelkader Prócer de la independencia argelina. Conocido por la rica trayectoria de lucha contra el colonialismo francés y su relación, en pensamiento y acción, con el Apóstol José Martí.
Datos biográficos
Nació el 6 de septiembre de 1808 en la ciudad de Muaskar, luchador incansable contra el colonialismo Francés y se convirtió en héroe nacional de Argelia.
Labor revolucionaria
En 1832 inició el levantamiento contra los franceses llamando a la Guerra Santa, y puso sitio a Orán. Proclamado príncipe de los creyentes (amir) en 1832. Prosiguió su guerra contra los franceses hasta que en el Tratado de Tafna 1837 se le concedió el control de la provincia de Orán y una parte de la de Argel. En 1839 atacó la Mitidja, pero fue derrotado por las tropas francesas, que en 1843 completaron la ocupación de Argelia. Refugiado en los confines de Marruecos, intentó continuar la lucha, pero la derrota de su aliado, el sultán marroquí ‘Abd al-Rahmán en la batalla de Isly 1844 le forzó a entregarse a los franceses 1847. Fue internado en Francia, primero en Toulon y luego en Pau, hasta que en 1852 se le dio la libertad con honores. Durante este periodo escribió su al-Mirad al-Hadd, un breve escrito donde defendía el Islam de los ataques de un cura. Partió hacia Oriente, residiendo primero en Bursa 1853 y luego en Damasco 1855. En ella residió hasta su muerte. De esta época los historiadores han recogido su actuación en las revueltas de los drusos, donde protegió a los cristianos de las matanzas (por lo que se le concedió la medalla de honor de la república francesa) y su participación en la ceremonia de apertura del canal de Suez. Falleció en Damasco, y fue enterrado junto a la tumba del maestro sufí Ibn Arabi, aunque sus restos fueron trasladados a Argelia en 1966 por petición de este país, donde es considerado héroe nacional.
Otros
Emir Abdelkader y José Martí, fueron similares en sus objetivos, sus valores éticos y morales, sus sentimientos patrios y su visión común acerca de la lucha que debieron llevar a cabo para lograr la liberación de sus pueblos del yugo colonial. José Martí, hizo referencia en algunos de sus escritos, a los árabes y en particular al prócer argelino, a quienes Martí describió como “aquellas ágiles y encantadoras criaturas que forman el más noble y elegante pueblo de la tierra”.
Fuentes
- Archivos de la biblioteca provincial José Martí